sábado, 14 de marzo de 2009

¿Y qué hacer con el empleo? El paquete de salvamento económico no ataca el problema de fondo

Las medidas que ha aplicado el Gobierno para enfrentar la crisis no solucionan el problema.

El plan de salvamento para el sector automotriz y de electrodomésticos anunciado el viernes pasado lleva a reflexionar sobre el paquete de medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno para afrontar el contexto hostil en que se mueve la economía colombiana. El equipo económico construyó un paquete de políticas que se compone de cuatro tipos de medidas, pero buena parte de ellas ya se empleaban para estimular la producción antes de que el ambiente externo se tornara en la ‘tormenta perfecta’ a mediados del 2008.

Por eso, el plan no tiene nada de novedoso y difícilmente ataca el problema más importante que afrontaremos en el 2009: la protección de los puestos de trabajo, en especial aquellos de mano de obra con baja capacitación.

Las primeras medidas están relacionadas con la infraestructura. Unas obras que buscan poner al día la malla vial. Pero éstas hacen parte de un plan que el Gobierno ha intentado ejecutar desde su primer mandato.

Si bien estas grandes obras son necesarias, es difícil entender cómo se pondrán a funcionar rápidamente, cuando las administraciones nacionales y locales han mostrado su ineficiencia en la ejecución y administración de los recursos en forma rápida. El MÍO es un gran ejemplo de ello. Así, la medida no es nueva y además no es previsible que en uno o dos años arranquen los megaproyectos de tal forma que se generen los empleos que se necesitan con urgencia. Por otro lado, las megaobras emplean cada vez menos mano de obra de baja capacitación.

El segundo tipo de medidas se asocia a programas para proteger el ingreso de personas de bajos recursos, como ‘Familias en Acción’, que sumó a tres millones de familias. También se inició un programa de microcréditos y se fortaleció la Banca de Oportunidades. Estas medidas son necesarias, pero tienen más un tinte de asistir a una población, que de brindar opciones de generación de empleo.

El tercer tipo de medidas se encamina a la defensa de la inversión privada. Se pretende mantener y estimular esta inversión con exenciones de impuestos, acuerdos de estabilidad tributaria y la aprobación de nuevas zonas francas. Pero éstas lo que hacen es abaratar la compra de maquinaria con tecnología que ‘ahorra’ el uso de trabajo, porque ayuda a modernizar el parque industrial, pero difícilmente permite crear masivamente puestos de trabajo no calificado. Se crearán algunas nuevas plazas de trabajo, pero probablemente éstas serán para mano de obra capacitada.

Finalmente, el cuarto tipo de medidas está encaminado a financiar al Estado y al sector privado. Allí se enmarca la línea de crédito anunciada el viernes pasado, que pretende facilitar el endeudamiento de los hogares para que compren carros y electrodomésticos, de tal manera que las ventas en esos sectores no se caigan y se pueda mantener el empleo. En tiempos de ‘vacas flacas’ es normal que los hogares sean prudentes y no se endeuden por fuera de los límites necesarios para sobrevivir. Por ello, difícilmente esta medida generará o salvará puestos de trabajo. Pero aún así la pregunta continúa: ¿cómo se crearán los empleos no calificados que se necesitan? El paquete adoptado no responde esta pregunta y no soluciona los problemas urgentes. ¿Qué tal pensar en programas de construcción masiva de ciudadelas de Vivienda de Interés Social?

(ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS DE LA CIUDAD DE CALI EL VIERNES 13 DE MARZO DE 2009)

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