martes, 19 de octubre de 2010

Inversión extranjera una necesidad para que el Valle crezca de nuevo

En la década de los 60 Cali y el Valle vivieron la primera gran ola de inversión extranjera que transformó la ciudad y la región trascendentalmente. Después de esa década, la economía vallecaucana no fue la misma. El aparato productivo se modernizó y transformó en ejemplo de un proceso de industrialización a nivel nacional e internacional.
La pujanza de nuestra región durante los años 70 en gran medida se debe a la llegada de la inversión extranjera. Pero no sólo fue importante la apertura de nuevas plantas sino también el arribo a la región de nuevas prácticas empresariales y el desarrollo del capital humano en la región gracias a la presencia de las firmas extranjeras.
Lastimosamente la llegada de la inversión extranjera a nuestra región no continuó con el mismo ritmo y en la segunda parte de la década del 90 e inicios de este siglo la tendencia se revirtió y algunas empresas migraron de la región. Esto se produce en un momento en que la economía mundial presenta una tendencia a globalizarse y la inversión extranjera se hace aún más común alrededor del mundo de lo que había sido en las décadas anteriores. Sin embargo, es paradójico que en una época en que está de moda la inversión extranjera directa y en la que el país se ha vuelto atractivo para los inversionistas extranjeros, el Valle del Cauca no esté experimentando una avalancha de inversionistas.
Las ventajas de establecerse en el Valle del Cauca parecen casi obvias para los vallecaucanos. La proximidad a la cuenca del Pacífico y la cercanía a grandes mercados como los de Bogotá y Medellín, nuestra malla vial y la relativamente alta disponibilidad de mano de obra calificada en la región son evidentes. Pero lastimosamente, en el mundo competitivo de hoy, tener esas ventajas no es suficiente. Además se necesita un ambiente institucional propicio para que los inversionistas lleguen a la región, se necesita crear el ambiente de negocios adecuado y comunicarlo en todas las esquinas del mundo. El sector público, así como el privado, tiene que ponerse de acuerdo para facilitar la instalación de nuevas empresas y para promocionar la región.
Hoy en día, literalmente, todo el mundo se encuentra compitiendo por atraer inversión que genere empleo. Esto lo han entendido desde hace unos años ciudades como Bogotá, Medellín y Barranquilla. Por ejemplo, Barranquilla creo Pro Barranquilla, una institución privada para promocionar la ciudad y facilitar la llegada de inversión a la ciudad. En Medellín el sector público creo ACI Medellín y en Bogotá se constituyó una institución de carácter mixto Invest in Bogotá.
Los frutos de estas agencias de promoción no se han visto esperar. La inversión ha llegado a esas regiones con mayor dinamismo que a la nuestra. No basta con que estemos más cerca que esas ciudades de los mercados de los países de la cuenca del pacífico, no basta con tener la mejor infraestructura vial del país, no basta con tener una tradición de ser una región que acoge las migraciones. Es imperativo que nuestra región salga a vender sus bondades en todo el mundo, esta es la única forma que podremos recuperar las oportunidades de negocio que estamos perdiendo.

Tal vez la nueva agencia de promoción de Inversión del Valle del Cauca no será garantía de que llegué nuevas inversiones a la región y se genere de nuevo empleo de calidad. No obstante, esta nueva agencia sí llega en buen momento y nivela el terreno de juego. Terreno de juego que teníamos desnivelado en nuestra contra y en favor de Bogotá, Medellín y Barranquilla, por solo mencionar algunas ciudades del país.
En buena parte el futuro de nuestra región y del empleo productivo de la ciudad dependerá del éxito que tenga esta nueva agencia para promocionar nuestra región como un destino de inversión. Necesitamos una nueva ola de inversión para vivir nuevamente años de prosperidad y pujanza como se vivieron a principios de la década del 70.

(Este artículo de opinión fue publicado en el Diario el País de Cali el martes 19 de Octubre de 2010)

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