martes, 12 de abril de 2011

Trámite del TLC: No hay mal que por bien no venga…

El mes pasado el Banco Interamericano de Desarrollo público un libro (One Region, Two Speeds?) en el que se concluía que en América Latina existen dos grupos de países. Un grupo liderado por Brasil que se caracteriza por tener economías con un crecimiento relativamente grande y no haber sido tan afectadas por la crisis financiera de 2008 . Por otro lado, está el grupo encabezado por México que se caracteriza por un crecimiento lento y haber sido fuertemente afectado por la crisis financiera.
Colombia, al igual que Chile y Perú, se encuentra en el grupo de Brasil. Lo que distingue a los países de este grupo dinámico del otro grupo es la baja dependencia de su aparato económico de las economías industrializadas. Mientras que México se caracteriza porque cerca del 85% de sus exportaciones van a Estados Unidos (80%) y la Unión Europea, las exportaciones de los países del grupo de Brasil que van a Estados Unidos y la Unión Europea no superan el 55%.
El BID concluye que el éxito de los países latinoamericanos del grupo de Brasil, entre ellos Colombia, radica entonces en la diversificación de sus relaciones comerciales. Y en especial en depender más de mercados asiáticos y emergentes que de Estados Unidos. Este resultado contrasta con la política exterior y comercial del gobierno Uribe que intentó poner “todos los huevos” en la misma canasta: “la norte americana”.
La dilación en la aprobación del TLC con los Estados Unidos y las peleas con nuestros vecinos, obligó al anterior gobierno a buscar otros tratados de libre comercio y otros destinos a nuestras exportaciones. El resultado, queriendo o sin querer, fue unas exportaciones más diversificadas y una economía que no fue afectada duramente por la crisis de 2008.
Esto es paradójico, pues si bien parece que el tratado de libre comercio trae beneficios a la economía colombiana, la dilación por parte del Congreso americano salvó a la economía colombiana de un mayor contagio de la crisis financiera.

Hoy la noticia de un preacuerdo con la casa blanca para finalmente pasar el TLC al Congreso americano, si bien es una noticia importante y alentadora para algunos sectores, no es la gran noticia para nuestra economía. Hoy es más importante lo que está pasando en nuestro sector de hidrocarburos y la confianza de los inversionistas internacionales en el país. Por otro lado, parece existir un consenso entre analistas que este tratado ni será la debacle del aparato productivo y ni representa el despegue del crecimiento del país.
Lo interesante de toda la historia del TLC es que nos ha obligado realizar algunos esfuerzos para pensar la estrategia de crecimiento de la economía colombiana y diversificar las exportaciones, aunque aún el 40% de las exportaciones colombianas van a Estados Unidos. Si el TLC hubiese sido aprobado en 2006, probablemente esto no hubiese ocurrido y Colombia podría ahora estar en el grupo de países latinoamericanos con crecimiento desacelerado.
Finalmente, el episodio del jueves pasado deja una sensación algo “aburrida”. El Gobierno Santos admite unos compromisos apenas razonables y obvios en cualquier democracia a cambio de destrabar el TLC . Y el gobierno norteamericano sólo se compromete a hacer lo que tenía que hacer hace muchos años: pasar el TLC al congreso . El problema de este último capítulo de la telenovela fue el “tonito” y no el resultado.

(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 11 de abril de 2011)

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