lunes, 12 de septiembre de 2011

Región Pacifico: Una puerta al comercio exterior.

La región pacífico es una de las regiones del país con mayor potencial a corto plazo. Para hacer el argumento, se podría apelar a cifras como el hecho que esta región produce el 13,5% del PIB nacional, concentra el 17,2% de la población y es responsable de aproximadamente el 16% de las exportaciones nacionales. O que esta cuenta con un importantes anclajes industrial como el establecido en el Cali-Yumbo, y una zona industrial en consolidación como la antigua zona Ley Páez en el norte del Cauca. O que tal vez la agroindustria de mayor potencial en nuestro país a mediano y corto plazo, como lo es la azucarera, se encuentra en casi en su mayoría en esta región. Agroindustria que se ha convertido ahora en un negocio de energía renovable y que puede convertirse en base para una nueva revolución de materiales con los bio-plásticos.

Pero la región tiene otros atractivos, como su riqueza natural que se manifiesta en la biodiversidad de las selvas chocoanas, el potencial agrícola de Cauca, Nariño y Valle del Cauca, así como poseer una de las zonas con mayor cantidad de precipitaciones del mundo. La región también sirve como lugar de nacimiento de las ballenas jorobadas, un ejemplo no solo de la biodiversidad sino también de las potencialidades del ecoturismo que posee la región.

Pero tal vez la característica más importante de la región es su ubicación estratégica. En 2008 y 2009, durante la crisis financiera, los flujos de comercio a nivel mundial no presentaron una debacle gracias al dinamismo de la demanda de los países emergentes. Es más, un estudio del BID publicado este año por los investigadores Talvi e Izquierdo, demostró que los países latinoamericanos que en su mayoría tenía flujos comerciales con los países industrializados fueron aquellos que se vieron afectados en mayor magnitud por la crisis financiera de 2008. Por otro lado, países como Brasil y Colombia que tenían un portafolio de exportaciones más diversificado y que incluían países emergentes, no se vieron afectados sustancialmente por la crisis. En otras palabras, uno de los secretos de la estabilidad de algunos países latinoamericanos fue tener su comercio exterior diversificado.

La coyuntura actual permite vislumbrar que en el mediano plazo los países industrializados, en especial los europeos y los Estados Unidos, experimentarán una desaceleración de su actividad económica; o en el peor escenarios, entrarán en una recesión y por tanto sus socios comerciales sufrirán las consecuencias. Así, el comercio internacional estará jalonado por los países emergentes, de los cuales la mayoría se encuentran en la cuenca del pacífico. Tal vez Brasil es una de las excepciones más grandes.

Así, la cuenca del pacífico será en el corto y mediano plazo una de las regiones con el mayor crecimiento en los flujos de comercio exterior y probablemente el motor del crecimiento de la economía mundial. Entonces, esta región es la puerta del país a los mercados con mayor potencial de crecimiento en el mediano plazo.

Los acuerdos comerciales del país y el futuro TLC con Estados Unidos, así como el acceso de la región a la cuenca del pacífico hacen de la región pacífica una ubicación privilegiada para atraer inversionistas que quieren aprovechar el mercado local y el acceso a la cuenca.

Esto hace que la región pacífica presente un gran potencial para el país. Y en especial el Puerto de Buenaventura, y en menor medida el de Tumaco, se convierten en la punta de lanza del crecimiento del comercio exterior de nuestro país. Pero precisamente esa puerta se convierte en el mayor cuello de botella que tiene el país y la región para aprovechar todo su potencial.

Es bien conocido el atraso de la infraestructura de transporte terrestre que comunica al resto del país con el puerto y la necesidad de ponerse al día con esa tarea se hace inminente si deseamos aprovechar todos los potenciales de la región y en especial queremos aprovechar esa puerta a un comercio exterior dinámico.

(Este artículo de opinión fué publicado en el diario la Republica de la ciudad de Bogotá el viernes 9 de septiembre de 2011)

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