lunes, 21 de mayo de 2012

Educación y TLC (TLC: El cuello de Botella mas grande es el sistema educativo)

En los últimos días se ha escrito mucho sobre el TLC y los “cuellos de botella” que se presentan para aprovechar el TLC con Estados Unidos al máximo. Se han mencionado, con razón, el retraso de la infraestructura vial del país. En ese frente, el gobierno ha prometido un plan de choque para mejorar la infraestructura y está en proceso de sacar a licitación y acelerar grandes proyectos viales. Si bien la tarea no se realizó a tiempo, se está corriendo para hacerla. Otros analistas han mencionado las falencias de las cadenas logísticas. De hecho, las cadenas logísticas comprenden los procesos de transporte, trasbordo, etc. necesarios para hacer llegar las mercancías de los centros de producción a los puertos y de los puertos a los centros de consumo. Un productor nacional puede tener costos de producción competitivos, pero si la cadena logística implica unos costos muy altos, dicha ventaja se puede desvanecer. El 15 de mayo, por coincidencia, cuando arrancaba nuestro TLC con Estados Unidos, el Banco Mundial reveló un estudio que evalúa el desempeño logístico de 155 países. El estudio permite clasificar los países de acuerdo al desempeño de la cadena logística. Colombia clasificó en el puesto 64, de mitad de tabla hacia arriba. Ahora bien, si consideramos nuestros vecinos latinoamericanos, encontramos que por encima de Colombia se encuentran Chile (39), Brasil (45), Argentina (49), Perú (60) y Panamá (61). Es decir, parece que en dicho índice, si bien nos podría ir mejor, no nos va tan mal como intuitivamente se esperaría. Pero si uno compara los resultados de 2012 con los estudios realizados en 2010 y 2007 por el mismo Banco Mundial, uno encuentra resultados interesantes. Colombia pasó de la posición 82 entre 150 países en 2007 a la posición 72 entre 155 en 2010, y finalmente a la 64 en 2012. Estos resultados muestran que el desempeño de la cadena logística del país ha venido mejorando. Esa tarea se está haciendo. Otro “cuello de botella” que se ha mencionado son las aduanas nacionales. En ese frente, si bien se tenían 5 años para adecuar nuestras aduanas a las demandas de los nuevos tratados de libre comercio, apenas ahora se está trabajando en la modernización de las aduanas. Por cierto, es increíble que las aduanas no estén conectadas entre si en tiempo real y que para llevar el control del cumplimiento de cuotas de importación de los diferentes TLC se estén empleando hojas electrónicas. Pero, parece que en este frente ya se tiene un proyecto y un contrato que permitirá la actualización tecnológica de las aduanas. Por otro lado, uno de los “cuellos de botella” más importante para que aprovechemos al máximo como país el TLC es el sector educativo. Pero sobre este cuello de botella no se discute mucho y no parece existir un claro norte para solucionarlo. Las pruebas estandarizadas que permiten comparar a nivel internacional el desempeño de nuestros niños en áreas como las matemáticas y ciencias naturales no deja bien parado a nuestro sistema educativo. Por ejemplo, la prueba PISA administrada por la OECD compara estudiantes de aproximadamente 15 años para diferentes países. Colombia participó en las pruebas para los años 2006, 2009 y 2011. Si bien los resultados no están disponibles aún para 2011, se encuentra que en Ciencias para 2006 Colombia se ubicó en el puesto 53 de 57 y en 2009 en el puesto 54 de 65. En el caso de matemáticas en el 2006 nuestros estudiantes quedaron en el puesto 54 y en el 2009 el puesto 58. Otra prueba que nos permite comparar nuestros estudiantes con otros países es el TIMSS administrado por la Asociación Internacional para la Evaluación de los logros educativos. Colombia ha participado en esta prueba en 2003 y 2007. En 2007, para el caso de matemáticas la prueba clasificó nuestros estudiantes de cuarto grado de 30 de 36 países comparados y para octavo grado el puesto fue de 40 entre 48. Para las pruebas de ciencias los resultados son similares. Estas cifras solo son reflejo de una situación muy delicada en la base de nuestro sistema educativo. Es innegable que para poder afirmar que el TLC fue beneficioso para los colombianos deberíamos tener más empleo, de mejor calidad y formal. Empleo que genere más ingresos para los colombianos y que permita comprar más bienes y más baratos. En ese momento podríamos decir que el TLC benefició a todos los colombianos y no solo a unos sectores. Pero para que esto ocurra, es necesario que nuestra población tenga la formación adecuada para generar nuevas oportunidades de negocio en un mundo cada vez más competitivo. Una formación que permita la fácil adaptación a nuevas realidades, una educación para la innovación, una educación para aprovechar la información disponibles en inglés en lugares como Internet, una educación de clase mundial en matemáticas y ciencias. ¡Esta tarea está es urgente! (Esta columna de opinión fue publicada en el diario el País el lunes 21 de mayo de 2012)

No hay comentarios:

Publicar un comentario