martes, 14 de agosto de 2012

Contrato SiCali. La terminación anunciada de un contrato


Finalmente, la administración de Cali decidió terminar unilateralmente el contrato de Sicali.  Con esta decisión finaliza una historia larga y tortuosa para la ciudad.

Desde diciembre de 2008, el final del contrato se venía venir. En aquel entonces el tribunal Contencioso del Valle declaró la nulidad de la licitación que adjudicó el recaudo de los impuestos de la ciudad a Sicali. Al declarar nulo ese proceso, el contrato de Sicali también fue declarado nulo. Pero, como la sentencia era de primera instancia, Sicali interpuso un recurso de apelación ante el Consejo de Estado, instancia judicial que aún no ratifica la decisión. Pero era claro que una posibilidad jurídicamente viable era terminar de manera administrativa el contrato. Es más, los numerosos incumplimientos de Sicali, ayudaban a engrosar el caso a favor del municipio.

La historia de ese contrato es larga y complicada. Sólo basta recordar que este contrato ponía en manos de un privado el recaudo de los dos impuestos más importantes para la ciudad: Industria y Comercio y Predial. La idea de entrada era perversa. No es solo el hecho que un privado estaba realizando una labor que por definición le corresponde a la administración municipal. Sino que además dicha tarea implicó costo muy alto para los caleños.

Pero si la idea era mala, el inicio de la historia fue peor. El proceso licitatorio presentó numerosos problemas de forma y de fondo. Ese proceso fue suspendido por observaciones de la Procuraduría General de la Nación, pero posteriormente continuó y SiCali inició labores en febrero del 2005.

No obstante, lo más preocupante de la historia fueron los incentivos detrás del contrato. Por ejemplo, en caso de no recaudarse lo esperado, el Municipio compensaba a SiCali; si el recaudo se encuentra dentro de lo esperado, se paga una comisión del 2,8%; y si los ingresos superan lo esperado, entonces la comisión sobre el exceso de ingresos es del 1,9% adicional. Lastimosamente, el contrato no implicó un aumento del recaudo de impuestos y por el contrario los costos para el municipio no fueron para nada despreciables.

¿Qué significa esta decisión para la ciudad? ¡Tal vez una de las mejores noticias que han recibido las finanzas públicas municipales y una gran oportunidad!  De entrada, sin hacer “nada” los ingresos aumentarán por lo menos un 2,8%. Por otro lado, Hacienda podrá retomar la gestión necesaria para generar nuevos ingresos. Por ejemplo actualizar el avalúo catastral en las comunas en que no se han actualizado. Esto no se ha podido hacer, pues era tarea de SiCali quien incumplió. No actualizar dichos avalúos implicó que los ingresos del municipio se mantuvieron rezagados.

En otras palabras, la decisión administrativa regresa una tarea natural a Hacienda Municipal y da las herramientas que permiten hacer gestión fiscal. Esperemos que estas herramientas naturales se traduzcan en recursos frescos para la inversión en el municipio.


 (Esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el martes 14 de Agosto de 2012)

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