miércoles, 10 de septiembre de 2014

Contrabando, un problema prioritario

El contrabando es un gran problema que afecta de manera directa o indirecta a todos los colombianos. La magnitud de este en Colombia es claramente grande. El flagelo no deja registros y al actuar en la clandestinidad hace difícil su medición. No obstante, en la más reciente estimación de la Dian se encontró que para el 2012, el contrabando representaba el 10 por ciento de las importaciones legales. Y los productos que son más contrabandeados son: las confecciones, la gasolina, los licores, el arroz, el calzado y los cigarrillos. Si bien no contamos con información de la magnitud del fenómeno en el Valle del Cauca, la Dian estima que los productos que más entran como contrabando por las costas vallecaucanas son las confecciones, los textiles y armas. Por Nariño (tanto costas como la frontera con Ecuador) ingresa, en su mayoría, arroz, textiles, cemento, insumos para el narcotráfico y armas. El contrabando crea un círculo vicioso que alimenta a actores del conflicto y la criminalidad. Pero concentrémonos en los problemas económicos más evidentes. Al entrar contrabando, los productores nacionales tienen que competir con productos con menores precios que no pagan impuestos. Esta es una competencia desleal que puede parcial o totalmente aniquilar sectores de la economía. Por ejemplo, el contrabando de calzado que llega al Valle ha terminado por hacer inviables a pequeñas empresas de la región. Esto implica una disminución en los puestos de trabajo disponible para los caleños. Pero no solo los industriales y los puestos de trabajo formales se ven afectados. El Gobierno Nacional, departamental y municipal también se ven afectados. Por ejemplo, el comercio ilegal de licores y cigarrillos impide al Gobierno departamental recolectar los impuestos que financian la salud y la educación de los vallecaucanos, el de gasolina afecta el recaudo de la sobretasa a la gasolina que se destina a recuperar la malla vial de los municipios. Todos perdemos y una cantidad pequeña de personas al margen de la ley se favorecen. Pero ese beneficio de los ilegales trae consigo problemas de crimen asociado al ajuste de cuentas y otros crímenes necesarios para garantizar que ‘ese negocio’ siga funcionando. No hay muchas experiencias internacionales exitosas para combatir el contrabando que sirva como receta mágica. La experiencia internacional muestra que las medidas más exitosas implica la cooperación entre los entes nacionales relacionados. La coordinación entre entidades como la Dian, la Policía Fiscal y Aduanera, la Policía de Carreteras, la inteligencia del Estado, la marina, y la Fiscalía es un factor de éxito necesario para disminuir el contrabando. Por otro lado, la educación sobre los efectos del contrabando podría ayudar a desestimular la demanda por esos productos ilegales quitándole espacio a este delito. Otro factor que ha demostrado ser útil para combatirlo es la cooperación entre las autoridades competentes de diferentes países. La evidencia internacional muestra que la guerra contra el contrabando no la gana un solo país. Solo si existe voluntad política para combatir el contrabando en los países de origen, tránsito y destino se puede reducir este fenómeno. En ambos frentes, aún hay muchas tareas pendientes que tendrán que convertirse en prioridad para esta administración que inicia. (Esta columna de opinión fue publicada en el diario económico Portafolio el 10 de septiembre de 2014)

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