sábado, 26 de mayo de 2018

Entrada a la OCDE de Colombia: Es el inicio del camino

La OCDE es el “club” de los países de mayor desarrollo económico que promueve las instituciones democráticas, la economía de mercado, el comercio internacional y, en especial, la coordinación de políticas públicas de sus miembros. Esta organización cuenta en a actualidad con 36 miembros. Y como cualquier club, tiene unas condiciones para aceptar nuevos miembros. Colombia expresó su deseo de hacer parte del “club” en enero de 2011. Y desde 2013 se inició el proceso formal de entrada. La tarea ha sido larga y los ajustes que se realizaron fueron numerosos; por ejemplo, nuevas normas de respeto al derecho de autor, cambios en la legislación laboral y sacar de las juntas directivas de las empresas públicas a los ministros. Finalmente, el 25 de mayo de 2018, Colombia es admitida convirtiéndose en el miembro 37 y el tercer país latinoamericano. México es miembro de la OCDE desde 1994 y Chile desde 2010. Con se ha discutido ampliamente, se espera que la membresía a este selecto grupo genere una confianza a la inversión extranjera sobre nuestra economía. De hecho, las experiencias de México y Chile muestran que tanto la inversión extranjera directa aumentó como la tasa de interés se redujo tras la entrada a la OCDE. Está aún por determinarse si esto es mera coincidencia o si existe una relación causal. Pero si es claro que estar en este club puede generar confianza para invertir y para prestarle al país. Eso es bueno para todos. Ahora, entrar al club no es el final del camino. Aún hay retos grandes para nuestro país en áreas como la ambiental, la educación, las finanzas públicas y la gobernanza. De todas las tareas que ha “sugerido” la OCDE durante este período, aún faltan algunas que se convierten en grandes retos en el mediano plazo. De estas tareas sobresalen dos sugeridas en 2015 por esa organización. La propuesta para lograr un ambiente adecuado para el desarrollo y la equidad (según esa organización) implica adelantar una reforma tributaria estructural que va mas allá de la realizada a finales de 2017 y una reforma pensional. Ambas propuestas en últimas apuntan a asegurar la sostenibilidad fiscal del país, algo deseable. No obstante la mayoría de los economistas estamos de acuerdo que se necesitan ambas reformas, el contenido de las reformas genera una gran discusión tanto en los economistas como en la opinión pública. Si bien estos temas han sido discutidos en la actual campaña presidencial, la verdad pocas propuestas concretas se han presentado. El reto en estos dos frentes es grande y deberá afrontarse el primer año de la próxima administración, pues esto implicará de alguna manera consumir parte del capital político con que llegue la nueva administración. Se requieren decisiones difíciles. Ahora, para entender lo difícil de este tipo de reformas, es importante tener algo de perspectiva. Estas reformas no son un problema exclusivo de Colombia. es claro que la mayoría de los socios de la OCDE no han hecho esta tarea completamente. Por ejemplo, la mayoría de las economías de la Zona Euro y Estados Unidos tienen un sistema pensional que no está totalmente financiado y su reforma se viene aplazando desde hace décadas. Así mismo, dichas economías tiene grandes problemas de encontrar los ingresos tributarios para financiar sus gastos. Estas reformas son importantes para nuestra economía, pero el camino no será nada fácil. Se necesitará soluciones innovadoras y en especial la ayuda de otras experiencias para diseñar la solución que mas le convenga a nuestro país. Ahora podemos contar con un “club” para discutir buenas prácticas. (Una versión de esta columna de opinión fue publicado en el diario del País de Cali el 26 de mayo de 2018.)