Finalmente,
la administración de Cali decidió terminar unilateralmente el contrato de
Sicali. Con esta decisión finaliza una
historia larga y tortuosa para la ciudad.
Desde diciembre
de 2008, el final del contrato se venía venir. En aquel entonces el tribunal
Contencioso del Valle declaró la nulidad de la licitación que adjudicó el
recaudo de los impuestos de la ciudad a Sicali. Al declarar nulo ese proceso,
el contrato de Sicali también fue declarado nulo. Pero, como la sentencia era
de primera instancia, Sicali interpuso un recurso de apelación ante el Consejo
de Estado, instancia judicial que aún no ratifica la decisión. Pero era claro
que una posibilidad jurídicamente viable era terminar de manera administrativa
el contrato. Es más, los numerosos incumplimientos de Sicali, ayudaban a
engrosar el caso a favor del municipio.
La historia
de ese contrato es larga y complicada. Sólo basta recordar que este contrato
ponía en manos de un privado el recaudo de los dos impuestos más importantes
para la ciudad: Industria y Comercio y Predial. La idea de entrada era perversa.
No es solo el hecho que un privado estaba realizando una labor que por
definición le corresponde a la administración municipal. Sino que además dicha
tarea implicó costo muy alto para los caleños.
Pero si
la idea era mala, el inicio de la historia fue peor. El proceso licitatorio
presentó numerosos problemas de forma y de fondo. Ese proceso fue suspendido por
observaciones de la Procuraduría General de la Nación, pero posteriormente
continuó y SiCali inició labores en febrero del 2005.
No
obstante, lo más preocupante de la historia fueron los incentivos detrás del
contrato. Por ejemplo, en caso de no recaudarse lo esperado, el Municipio compensaba
a SiCali; si el recaudo se encuentra dentro de lo esperado, se paga una
comisión del 2,8%; y si los ingresos superan lo esperado, entonces la comisión
sobre el exceso de ingresos es del 1,9% adicional. Lastimosamente, el contrato
no implicó un aumento del recaudo de impuestos y por el contrario los costos
para el municipio no fueron para nada despreciables.
¿Qué
significa esta decisión para la ciudad? ¡Tal vez una de las mejores noticias
que han recibido las finanzas públicas municipales y una gran oportunidad! De entrada, sin hacer “nada” los ingresos
aumentarán por lo menos un 2,8%. Por otro lado, Hacienda podrá retomar la
gestión necesaria para generar nuevos ingresos. Por ejemplo actualizar el
avalúo catastral en las comunas en que no se han actualizado. Esto no se ha
podido hacer, pues era tarea de SiCali quien incumplió. No actualizar dichos
avalúos implicó que los ingresos del municipio se mantuvieron rezagados.
En otras
palabras, la decisión administrativa regresa una tarea natural a Hacienda
Municipal y da las herramientas que permiten hacer gestión fiscal. Esperemos
que estas herramientas naturales se traduzcan en recursos frescos para la
inversión en el municipio.