lunes, 10 de febrero de 2014
El Valle debe ser el epicentro colombiano de la Alianza del Pacífico.
Una de las ventajas de la Alianza del Pacífico es que es un bloque comercial que parece estar conformado por países muy parecidos. A diferencia de Mercosur o la Unión Europea, esta alianza integra economías relativamente parecidas. Chile, Colombia, México y Perú parecen no solo tienen economías relativamente parecidas, sino grados de desarrollo no tan diferentes. Y esto hace que la Alianza tenga tanto potencial para Colombia.
A diferencia de los tratados de libre comercio que han firmado estos cuatro países con países desarrollados como Estados Unidos, esta alianza tiene dos grandes aspectos que sobresalen. La primera es que va más allá de tratados de libre comercio. Es decir, no solo se trata de un acuerdo que reduce los aranceles y otras barrares al comercio, sino que tiene como objetivo lograr una integración que implica desde compartir embajadas en lugares remotos del mundo hasta integrar los mercados accionarios y de capitales. La alianza pasa por acuerdos políticos y de movilidad que implica desde eliminar los visados entre los miembros hasta la creación de un fondo de cooperación. Es decir, se busca la construcción de un bloque que sincronice el comportamiento de las cuatro economías. Algo parecido a la Unión Europea, pero no tan ambicioso.
La segunda diferencia es que las acciones conjuntas tiene una clara intencionalidad y no es simplemente un sueño de integración latinoamericana. La intencionalidad clara desde la creación de la Alianza del Pacífico en 2011 es la de lograr la vinculación comercial del bloque con la región Asia-Pacífico. Es decir, el foco claro de la Alianza se encuentra en el Pacífico y no en Europa o Estados Unidos (el Atlántico).
Es precisamente este foco en la región Asia- Pacífico que hace que el Valle del Cauca sea la región colombiana que mayor provecho le debería sacar a la Alianza. Las razones son apenas evidentes. No solamente el Valle posee el puerto más grande sobre el pacífico, sino que es la región más cercana al Pacífico que posee el aparato productivo mas modernos y la mejor infraestructura vial. Por otro lado, la séptima cumbre de la Alianza del Pacífico que se realizó en Cali en 2013 fue muy simbólica. Ésta ratificó que el Valle era la región colombiana llamada a liderar el proceso de integración de la Alianza Pacífico. Dicha cumbre convirtió a Cali en la capital del pacífico y demostró el porqué Cali es la llamada a convertirse en la capital colombiana de esta alianza. La cumbre sirvió para continuar la construcción del imaginario de la región pacífica y para convencer a propios y extraños de la necesidad de reconocer el potencial del pacificó como región. Además quedó de manifiesto la necesidad de intensificar las inversiones en infraestructura y sociales en el pacífico colombiano y en especial en Buenaventura. Es tal vez por eso que en el Valle, y en especial en Cali, nos hemos sentido algo incomodos por escoger a Cartagena como la sede de la octava cumbre de la Alianza del Pacífico.
Vale la pena recordar un poco la historia de las sedes de las cumbres. La primera se realizó en Lima, el puerto peruano más importante sobre el Pacífico. La segunda fue en la ciudad mexicana de Mérida que se encuentra en el estado de Yucatán sobre el Golfo de México (mar caribe). La tercera cumbre fue virtual. La quinta fue en la ciudad portuaria de Antofagasta, sobre el Pacífico en el norte de Chile. La sexta cumbre se realizó en el puerto español de Cádiz sobre el Océano Atlántico. Está ha sido la única cumbre que no se ha realizado en un país miembro pleno y tenía como objetivo dar al bienvenida a España, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Uruguay como nuevos miembros observadores de la Alianza. La sexta cumbre se efectuó en Santiago de Chile a orillas del Pacífico. La séptima cumbre fue organizada en Cali. Ahora la octava cumbre se organiza en el caribe colombiano en Cartagena.
Si bien no todas las cumbres se realizan sobre el pacífico o cerca de este, si es cierto que la mayoría lo ha sido. Pero retornando la molestia de la elección de la ciudad sede. Si es claro que la escogencia de la sede se convierte en un mensaje y en símbolo importante para la construcción y consolidación de imaginarios. El simple hecho que los lideres políticos, empresariales, gremiales y académicos de la región manifiesten esa inconformidad muestra lo importante que fue para Cali ser sede de la cumbre del Pacífico. Para la región es claro que en el pacífico está nuestro futuro y las oportunidades de desarrollo económico. Así, está sobre nuestra mesa y en la agenda de la región la necesidad de seguir construyendo ese imaginario de la región pacífico y consolidar el liderazgo nacional sobre esta Alianza. Es por eso que el Valle a diferencia de otra región en Colombia siente más propia esta Alianza. Y una cumbre de la Alianza Pacífico es para nosotros mucho más que un evento más organizado en la región. Es cuestión de nuestra posición en el Pacífico y nuestro futuro.
(Esta columna de opinión fu publicada en el diario El País de Cali el lunes 10 de febrero de 2014)
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Alianza del Pacífico,
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