viernes, 10 de octubre de 2008

Vacas flacas y el cobro de valorización.

Los abuelos recomendaban ahorrar en épocas de las vacas gordas para cuando llegaran las vacas flacas. Siguiendo esa idea, la mayoría de los economistas estamos de acuerdo que la política económica debe ser contra-cíclica, en especial la política fiscal. En otras palabras, se debería tener una política fiscal de tal manera que se presentaran ahorros fiscales cuando la economía está acelerada y se gaste más cuando la economía se desacelera gracias a los ahorros.
Las finanzas municipales vienen en un proceso de recuperación que ha evitado que la administración anterior y la actual generen ahorros para la época de vacas flacas. Por otro lado, de las tres principales fuentes de ingresos tributarios del municipio de Cali, dos de ellas dependen fuertemente del nivel de actividad económica: el impuesto de Industria y comercio y la sobretasa a la gasolina. De tal manera que en épocas de desaceleración, se espera que el recaudo por industria y comercio y sobretasa a la gasolina no crezca con la misma vitalidad que cuando la economía crece.
A estas alturas de la crisis financiera internacional es evidente que el próximo año no será un año de vacas gordas. El próximo será un año difícil para el sector empresarial y para los hogares del país y de la ciudad. Un año en el que el ambiente internacional será hostil y en el que la mayoría de las organizaciones tratarán de capotear la desaceleración. Y es precisamente en un año como ese en el que aumentar el gasto en infraestructura y el gasto social tiene mucho sentido. Siempre y cuando esa mayor inversión y gasto se financie con el ahorro de las épocas de vacas gordas. Ahorro con el que no cuentan las finanzas del municipio. No tiene mucho sentido aumentar el gasto aumentando el recaudo de tributos del sector privado en un año en el que se espera se pasen aprietos.
La administración acaba de presentar su presupuesto para el año 2009 a consideración del Concejo municipal. Este presupuesto asciende a un billón 560.763 millones de pesos. Según el proyecto de acuerdo, esos egresos serán financiados por un incremento del 21% en los ingresos totales. La administración espera un aumento del 10% para el 2009 de los impuestos y sobretasas, entre los cuales están el impuesto de industria y comercio y la sobretasa a la gasolina. Por otro lado, los ingresos no tributarios se presupuestan aumentarán en 31%.
De acuerdo al presupuesto propuesto, el próximo año se inicia el cobro por valorización. Del cuál se espera recaudar unos $187,9 miles de millones. Mientras que por predial (sin incluir la Sobretasa Ambiental, ni la Sobretasa bomberil), se proyecta recibir $219,5 miles de millones; es decir el recaudo por valorización para el año 2009 será el 86% más de lo que se recibirá por predial.
Si bien es innegable la importancia de los 21 proyectos que se financiarán con el cobro por valorización, también es importante recordar que la última vez que se aplicó este cobro fue a partir de 1996. La mala coincidencia del cobro de valorización con una de las peores crisis económicas de la ciudad trajo como resultado una carga excesiva sobre los caleños y que las 27 obras que se tenía proyectadas en ese momento no se realizarán por completo. La pregunta, hoy que se encuentra en estudio este presupuesto, es ¿Será que estamos repitiendo la historia? ¿Vale la pena iniciar el cobro por valorización el próximo año?

ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Otubre 10 de 2008)

miércoles, 1 de octubre de 2008

La maraña de los impuestos en la Ciudad de Cali

En la actualidad los ingresos por tributos a nivel municipal provienen de cerca de 20 impuestos o sobretasas. Estos tributos se recaudan por razones tan disímiles que van desde aquel tributo que se cobra por el degüello de ganado menor hasta el que grava las actividades industriales, comerciales o de servicios realizadas dentro del municipio. De esos 20 tributos que se cobran a nivel municipal, tres de ellos concentran en promedio el 90,1% de los ingresos totales de Cali. Estos tres tributos son, en su orden de importancia: predial, industria y comercio y la sobretasa a la gasolina. Esta concentración de los ingresos en estos tres tributos es similar en los grandes y medianos municipios del país.

No obstante esta concentración, la cantidad de tributos municipales que recae sobre empresarios y ciudadanos es grande y su cobro depende de diferentes bases y tasas, haciendo de la estructura de los tributos municipales una maraña de decretos y acuerdos seguidos de diferentes modificaciones. Cumplir con esta cantidad de tributos y ‘seguirle la pista’ a sus respectivas modificaciones se torna en una labor relativamente complicada que implica sobrecostos a la actividad empresarial y hace más difícil a los ciudadanos cumplir con sus obligaciones. Asimismo, obtener la información relevante de las posibles exenciones a los tributos y sus respectivas vigencias se torna en una tarea de investigador privado.

Una manera de facilitar que los ciudadanos y empresarios cumplan sus obligaciones es brindar información transparente sobre la normatividad de cada uno de los tributos. Esto se logra de manera muy fácil, compilando toda la normatividad asociada a los tributos municipales en un estatuto tributario municipal.

El último intento que se presentó en Cali para facilitar el seguimiento y cumplimiento del pago de impuestos fue en 1999. Es decir, hace ya casi 10 años que la comunidad caleña no cuenta con una herramienta actualizada como ésta; y por supuesto en estos años se han realizado cambios en la reglamentación relevante. Cambios que se encuentran diseminados en decretos y acuerdos.

Si bien la existencia de un estatuto tributario municipal convencionalmente no se entiende como una ventaja comparativa de un municipio, es importante tener en cuenta que una herramienta como esta facilita la formalización de empresas, la transparencia en las reglas de juego y disminuye costos administrativos en las organizaciones. Las ventajas comparativas de un municipio no sólo se basan en la disponibilidad de recursos naturales, capital humano con la adecuada capacitación o infraestructura física; las ventajas comparativas de una ciudad también dependen de su claridad en las reglas de juego para sus empresarios.

Es momento que la Administración y el Concejo de nuestra ciudad se pongan a la par con otras ciudades del país y le faciliten a sus ciudadanos el acceso a la información de sus obligaciones tributarias del nivel municipal. En especial, cuando un estatuto tributario es una tarea que tiene un costo relativamente bajo y sólo requiere voluntad política para organizar la casa. Es importante entender que la competitividad de la ciudad no sólo pasa por nuevas obras de infraestructura, sino también por contar con herramientas que hagan transparente nuestra estructura tributaria, disminuyendo los costos de los empresarios.

ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAÍS DE LA CIUDAD DE CALI (Octubre 01 de 2008)