La globalización implica que lo que ocurra en un país afecte el resto del mundo y viceversa. Esto significa por ejemplo que lo que ocurra en un país como Chile tendrá efecto en Colombia. Chile es uno de los países del mundo más integrados con el comercio exterior, cuenta con alrededor de 33 acuerdos comerciales o tratados de libre comercios con diferentes países o regiones del mundo. Entre esos tratados se encuentra el TLC con Colombia que entró en vigencia el 08 de mayo de 2009.
El TLC entre Chile y Colombia ha permitido consolidar la relación económica entre los dos países. En enero de este año Chile se convirtió en el segundo destino de nuestras exportaciones, detrás de Estados Unidos. En otras palabras, Chile desplazó a nuestro socio natural Venezuela y de esta manera, el aumento de las exportaciones a Chile ha evitado que se presente una debacle en las exportaciones colombianas, después de los inconvenientes con nuestros vecinos.
Por otro lado, Colombia se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los inversionistas chilenos, siendo el tercero más importante en 2008 y el y el cuarto en 2009. Al mismo tiempo, las empresas colombianas llegan cada vez más con inversiones a Chile; por ejemplo: ISA, Terpel y Manuelita.
A finales de los ochenta y principios de la década de los 90, Chile realizó los ajustes estructurales en su economía que permitieron que este país se convirtiera en el ejemplo a seguir. Hoy, ese país austral es el paradigma de un país relativamente pequeño que le saca provecho a la globalización. Su infraestructura vial, portuaria y de telecomunicaciones, unida a sus instituciones convierten a Chile en uno de los países más competitivos del mundo.
En esta oportunidad, las instituciones chilenas enfrenta su mayor reto, reconstruir al país después del desastre natural del fin de semana pasado. Si bien es temprano para determinar la magnitud de los daños causados por el sismo, es innegable que la infraestructura de transporte ha sufrido y la comunicación terrestre entre las diferentes regiones y los puertos se han visto afectadas.
Después que se terminen las tareas de rescate y búsqueda de víctimas, Chile necesitará enfocar todos sus esfuerzos en la reconstrucción de su infraestructura económica. Afortunadamente, Chile ha ahorrado durante sus vacas gordas para las vacas flacas. Hoy el gobierno chileno cuenta con un muy buen colchón: el fondo del cobre. En ese fondo los chilenos ahorraron buena parte de los ingresos que se percibieron por la gran bonanza en el precio del cobre de los primeros años de esta década. Ese fondo será la mejor fuente de financiación de la reconstrucción de ese país. Así, si bien en el corto plazo Chile podrá enfrentar una caída en sus exportaciones, en el mediano plazo ese país podrá reconstruir su infraestructura y recobrar su senda de crecimiento.
En cuanto a Colombia, en el corto plazo se presentarán dos efectos directos. Primero, la fuente y creciente inversión que provenía de Chile se verá afectada. Muy seguramente en 2010 no veremos el mismo dinamismo que se observó en los últimos años y esto disminuirá el flujo nada despreciable de inversión extranjera proveniente de Chile.
Por otro lado, experimentaremos una caída de nuestras exportaciones. Ahora que nuestros exportadores habían logrado remplazar a nuestro Venezuela con Chile como destino, se presenta esta catástrofe. Esto implicará la necesidad de reenfocar los esfuerzos a otros mercados y ratificar la necesidad de continuar en la diversificación de los destinos de nuestras exportaciones.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 3 de Marzo de 2010)
miércoles, 3 de marzo de 2010
Las replicas económicas del Terremoto
Etiquetas:
Chile,
Chile terremoto,
Colombia,
Exportaciones Colombianas,
inversión en Colombia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario