A principios de 2009, la adminsitración Ospina presentó el proyecto de acuerdo para la construcción por el sistema de concesión una autopista que permita a los automóviles movilizarse de sur a norte en 15 minutos tras el pago de peajes: la hoy famosa. El Concejo, en abril de 2009, le dió a la adminsitración local las facultades para iniciar el proceso de licitación en un plazo de 18 meses. En febrero de este año, la misma Corporación, le extendió el plazo hasta diciembre para, con la esperanza que en 10 meses se logre lo que no se había hecho en 18 meses.
El proceso parece estar estancado y poco se sabe cómo en los seis meses que faltan de este año se pueda llevar a feliz término el proceso de licitación de una obra tan imporante para la ciudad. Parece que esta obra tendrá que ser retomada por la futura adminsitración.
El problema de dejar pasar el tiempo son dos. Por un lado, estamos desaprovechando una coyuntura muy buena de bajas tasas de interés a nivel internacional y de alta liquidez. Hay inversionsitas institucionales que están buscando literalmente en todo el mundo que hacer con sus recursos. Y Colombia es uno de esos lugares a dónde están mirando. Dificilmente se podrá repetir una coyuntura como la del año pasado y éste en los próximos cuatro años. Claramente, la época de bajas tasas de interés está empesando a desaparecer. En otras palabras, financiar un proyecto como éste no es tan dificil en la coyuntura internacional actual, pero probablemente no lo seguirá siendo en unos meses, o si se consiguen los recursos nos costarán más.
Por otro lado, y tal vez más importante aún, es la necesidad de brindar soluciones claras a la mobilidad de la ciudad y la conección de la ciudad con el suroccidente colombiano. Tal vez el mismo desarrollo de la ciudad responde a la mayor articulación de la ciudad con Bogotá y el norte del país, lo que se refleja en la infraestructura vial que conecta el norte con el resto del país. Pero ya es momento que miremos la conección entre el sur y el norte de la ciudad. Necesitamos que la ciudad se integre con el sur del país de una manera más adecuada a nuestros retos. Aprovechar el potencial que trae la región Pacífico y potencializar el atractivo de Cali depende de una planeación de las vías. La ciudad necesita una estrategia de crecimiento que integre la inversión pública y privada en infraestructura y las potencialidades del aparato productivo de la región. Es cuestión de competitividad.
(Esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el 3 de junio de 2011)
viernes, 3 de junio de 2011
miércoles, 1 de junio de 2011
Colombia recibe nuevamente grado de inversión
Este segundo grado de inversión que recibe el país lo convierte en una clara opción de inversión para el mundo.Esta calificación ha llegado en un buen momento porque hay inversionistas que quieren colocar su dinero en inversiones seguras y este hecho envía una señal a todos los mercados de que Colombia es un lugar seguro para invertir.
Al mismo tiempo que Grecia, España e Irlanda se están convirtiendo en unos deudores peligrosos, los inversionistas están buscando mercado seguros como el nuestro. Ahora, después de la crisis del 2008, en los años 2009 y 2010 los países industrializados gastaron mucho para evitar una recesión, pero ese gasto lo financiaron con deuda, de tal manera que las deudas de esas naciones son bastante altas en proporción a su PIB.
Tal situación genera incertidumbre, pues no se sabe si esos mercados podrán pagar sus deudas. Fruto de eso están haciendo grandes ajustes fiscales que se perciben en España y otros países europeos, así como en EE.UU.
Mientras ellos están endeudados Colombia está recibiendo un espaldarazo de las calificadoras de riesgo que muestra que este es un país donde se puede traer dinero.
Los recursos que lleguen al país serán mayores de lo que está entrando ahora, pero aquí viene una paradoja, toda vez que se creará más presión para que el dólar siga cayendo en el país.
Y la verdad es que uno espera que el dólar se mantenga en el nivel que tiene hoy, entre los $1.700 y los $1.800, o por lo menos que baje un poco más, pero lo que sí es claro es que no subirá
(Esta columna de opinión fué publicada en el diario El País de Cali el primero de junio de 2011)
Al mismo tiempo que Grecia, España e Irlanda se están convirtiendo en unos deudores peligrosos, los inversionistas están buscando mercado seguros como el nuestro. Ahora, después de la crisis del 2008, en los años 2009 y 2010 los países industrializados gastaron mucho para evitar una recesión, pero ese gasto lo financiaron con deuda, de tal manera que las deudas de esas naciones son bastante altas en proporción a su PIB.
Tal situación genera incertidumbre, pues no se sabe si esos mercados podrán pagar sus deudas. Fruto de eso están haciendo grandes ajustes fiscales que se perciben en España y otros países europeos, así como en EE.UU.
Mientras ellos están endeudados Colombia está recibiendo un espaldarazo de las calificadoras de riesgo que muestra que este es un país donde se puede traer dinero.
Los recursos que lleguen al país serán mayores de lo que está entrando ahora, pero aquí viene una paradoja, toda vez que se creará más presión para que el dólar siga cayendo en el país.
Y la verdad es que uno espera que el dólar se mantenga en el nivel que tiene hoy, entre los $1.700 y los $1.800, o por lo menos que baje un poco más, pero lo que sí es claro es que no subirá
(Esta columna de opinión fué publicada en el diario El País de Cali el primero de junio de 2011)
Etiquetas:
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