martes, 11 de junio de 2024

Ajustes inevitables

Las cuentas fiscales de un gobierno no son diferentes, en su esencia, a las de un hogar. Los gastos se deben pagar con los ingresos y si no alcanza, recurrir al crédito. Y los principios detrás de manejar bien las finanzas públicas tampoco son diferentes a los que deberíamos tener en nuestros hogares: no debemos gastar más allá de lo que nos entra. Es esencial que un gobierno, al igual que un hogar, viva dentro de sus posibilidades financieras y no dependa constantemente de préstamos. En Colombia, la regla fiscal asegura que la administración de turno no pueda desmedirse en gastos y endeudamiento. Lo que está ocurriendo con las finanzas públicas del gobierno central durante los últimos días es el resultado de que se materializó algo que era evidente para buena parte de los analistas económicos. El presupuesto que presentó la administración para el 2024 cuadraba en el “Excel” del Gobierno gracias a supuestos muy optimistas sobre los ingresos. El listado de esos supuestos alegres es grande y algunos conocidos. Un ejemplo de supuestos no tan conocidos es que se esperaba un impacto grande en el PIB y por tanto en el recaudo desde el 2024 de la política del gobierno de reindustrialización. Política que no ha tenido los frutos que esperaban. Tras 5 meses del 2024 es evidente que no se cumplirán esos supuestos de ingresos. Los ingresos no cuadran en la realidad y la capacidad de endeudamiento está cercana al tope, entonces es necesario recortar el gasto para cumplir la regla fiscal. Lo responsable y lo que está haciendo el ministro de hacienda es recortar el gasto, por ahora, en 20 billones. Es importante sincerar las cuentas del Gobierno. El monto del recorte es aproximadamente el 4% del total del presupuesto de gastos para el 2024. Parece aún insuficiente. Con cálculos conservadores, podrían estar faltando unos 25 billones de pesos más de recorte. Si bien el recorte puede ser insuficiente, éste si produce una buena señal y en la dirección correcta. La administración está comprometida con balancear sus cuentas y cumplir la regla fiscal. Una de las implicaciones del recorte es mandar las señales correctas a los mercados y a los prestamistas de que se están tomando medidas para ajustarse a la realidad fiscal. Esta señal no se puede menospreciar, de esto depende la confianza en el país, el precio del dólar y la disponibilidad de crédito. Es muy importante que se sigan implementando acciones para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas. La estabilidad de las cuentas fiscales es fundamental para el desarrollo económico a largo plazo. (Una versión de esta columna de opinión fué publicada en el diario el País de Cali el 11 de junio de 2024)