lunes, 25 de junio de 2012

Locomotora desacelerada.

Los datos disponibles en los últimos días muestran señales claras que la economía colombiana está experimentando una desaceleración. No obstante es claro que la economía colombiana sigue creciendo a un ritmo positivo, dicho ritmo ha venido disminuyendo. El vigor de las locomotoras se está perdiendo. Primero, las encuesta mensual manufacturera del DANE y la de opinión dela ANDI mostraron como la industria venía desacelerando en el mes de abril. Ahora los nuevos datos del PIB trimestral muestran que el crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2012 fue de 4,7%, inferior al crecimiento del 5,0% que se había presentado para el mismo período en el 2011. Este crecimiento es destacado, si comparamos lo que está ocurriendo en la zona Euro. Por ejemplo, el crecimiento del PIB, para el mismo periodo, de Alemania fue del 1,7% y de Francia del 0,7%. Mientras que España (-0,3%), Italia (-1,1%), Grecia (-6,5%) experimentaron decrecimientos en sus economías. Así, en comparación con los Europeos, Colombia presenta una economía dinámica. Si nos comparamos con el vecindario latinoamericano, la cuestión es diferente. En el caso de Panamá, el crecimiento del PIB para el primer trimestre de 2012 la variación anual fue del 10,6%, en Perú del 6%, en Chile y Venezuela del 5,6% y en Argentina del 5,2%. Por otro lado, México presenta un crecimiento relativamente parecidos al colombiano (4,6%), mientras que Brasil presenta uno de los crecimientos más pequeños de la región: 0,8%. Así, la región, en su mayoría presenta un crecimiento que, si bien es menor al experimentado el año pasado, es relativamente alto para la gran incertidumbre que se presenta a nivel internacional. Regresando a Colombia, es interesante ver cuáles son los sectores que están liderando el crecimiento. De hecho, recordemos que el plan de desarrollo de la actual administración plantea emplear cinco sectores como locomotoras que jalonen el crecimiento de la economía Colombiana y que generen empleo. Las locomotoras escogidas por esta administración fueron: 1) El sector agropecuario, 2) la vivienda y construcción de ciudades amables, 3) la construcción de infraestructura para el transporte , 4) el sector minero-energético y 5) sectores asociados a la innovación. Los resultados del DANE muestran que el sector agrícola decreció en 0,4%, es especial debido a la caída en la producción del café que cayó un 26%. Así, esta locomotora no está empujando, de hecho se está devolviendo. La locomotora de la construcción tampoco está ayudando, el sector decreció en 0,6%. De hecho, la construcción de obras civiles cayó en 8,1%, mientras que las edificaciones crecieron a un ritmo relativamente bajo de 3,5%. Es decir, tanto la locomotora de la vivienda y construcción de ciudades amables y la construcción de infraestructura para el transporte no están funcionando. La única locomotora que si está creciendo vigorosamente es el sector minero, que creció en 12,4%. Este sector presenta un dinamismo atado a las exportaciones de petróleo y carbón. Así, los datos muestran que la economía colombiana sigue creciendo pero no al ritmo vigoroso que se desea. Es más, los resultados muestran claramente que las locomotoras del gobierno no están funcionando como se desearía y por tanto se requiere un empujón fuerte para que dichas locomotoras arranquen de nuevo y la economía retome su senda de crecimiento. (Esta columna de opinión fue publicada en el Diario El País de Cali el lunes 25 de julio de 2012)

lunes, 4 de junio de 2012

Educación Vs competitividad

En días recientes, un renombrado instituto suizo IMD (Institute Management Development) publicó su informe anual sobre competitividad. Dicho informe clasifica a 59 diferentes países de todo el mundo en diferentes aspectos relacionados con la competitividad. Los resultados para Colombia no son buenos. De hecho para el 2012 ocupamos el peor puesto desde 2008, año en el que nuestro países fue clasificado por primera vez. ¡Nuestro puesto fue el 52 entre 59 países! Este resultado no es muy diferente a otro indicadores construidos por otras instituciones que tienen como objetivo medir aspectos de la competitividad de los países. Por ejemplo, el Banco Mundial en un índice que evalúa el desempeño logístico de 155 países clasificó para 2012 a Colombia en el puesto 64. El mismo Banco Mundial construye otro índice conocido como el reporte “Doing Business” que mide la facilidad de crear negocios en 138 países. En ese ranking clasificamos de 42. Y para no hacer un listado grande de rankings, podemos mencionar el “Global Competitiveness Index” construido por el Foro Económico Mundial; en este ranking Colombia ocupa para 2012 la posición 68 de 142 países. En otras palabras, no nos va muy bien en los diferentes rankings, pero lo que llama la atención en el ranking divulgado esta semana es el porqué nos va tan mal. El IMD define competitividad como la habilidad que tiene un país en administrar sus recursos y competencias para aumentar la prosperidad de su población. Para medir dicha habilidad, se miden cuatro dimensiones: Comportamiento económico, Eficiencia del gobierno, eficiencia de los negocios e Infraestructura. En esta última categoría se incluye tanto la infraestructura básica , infraestructura científica, salud y medio ambiente y educación. Lo alarmante de esta cifra, es que ocupamos el último puesto en educación. Este resultado ha traído de nuevo a la agenda pública un resultado que ya conocíamos. Nuestro sector educativo no está a la altura para brindar una educación de talla mundial, una educación que permita a toda nuestra población aprovechar los demás recursos con que contamos y así lograr la prosperidad. Este es el gran cuello de botella que enfrenta nuestro país para aprovechar toda su riqueza. Los resultados no se pueden ocultar. De hecho el índice de competitividad global del IMD solo muestra otra cara de una moneda que las cifras nos estaban mostrando desde hace ya unos años. Por ejemplo, las pruebas estandarizadas que permiten comparar a nivel internacional el desempeño de nuestros niños en áreas como las matemáticas y ciencias naturales no deja bien parado a nuestro sistema educativo. La prueba PISA administrada por la OECD compara estudiantes de aproximadamente 15 años para diferentes países. Colombia participó en las pruebas para los años 2006, 2009 y 2011. Si bien los resultados no están disponibles aún para 2011, se encuentra que en Ciencias para 2006 Colombia se ubicó en el puesto 53 de 57 y en 2009 en el puesto 54 de 65. En el caso de matemáticas en el 2006 nuestros estudiantes quedaron en el puesto 54 y en el 2009 el puesto 58. Otra prueba que nos permite comparar nuestros estudiantes con otros países es el TIMSS administrado por la Asociación Internacional para la Evaluación de los logros educativos. Colombia ha participado en esta prueba en 2003 y 2007. En 2007, para el caso de matemáticas la prueba clasificó nuestros estudiantes de cuarto grado de 30 de 36 países comparados y para octavo grado el puesto fue de 40 entre 48. Para las pruebas de ciencias los resultados son similares. Estas cifras sólo son reflejo de una situación muy delicada en la base de nuestro sistema educativo. Si entendemos competitividad como “la habilidad que tiene un país en administrar sus recursos y competencias para aumentar la prosperidad de su población”, el gran cuello de botella que enfrenta nuestra país es nuestro sector educativo. Es imperativo que nuestra población tenga la formación adecuada para generar nuevas oportunidades de negocio en un mundo cada vez más competitivo. (Esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el lunes 4 de junio de 2012)