La construcción y el comercio son los sectores más importantes para dinamizar la economía de nuestra ciudad.
La construcción de centros comerciales en Cali ha venido creciendo rápidamente durante los últimos años y están surgiendo nuevos proyectos que hacen pensar que el sector comercio seguirá en expansión en la ciudad, así como la construcción. Buenas noticias para la economía de la ciudad.
La construcción, en casi 20 años ha venido ganando terreno en la economía de la ciudad, pasando de una participación del 15,8% del PIB en 1990 a representar algo más de la quinta parte de la economía de Cali. Esto ha convertido a la construcción en uno de los sectores más importantes para dinamizar la economía de nuestra ciudad.
En especial, es uno de los sectores más importantes de la economía caleña. En la capital del Valle, la construcción (incluyendo las obras civiles) representa el 21.2% del PIB municipal, mientras que en Bogotá este sector representa el 5.1% y en Colombia el 5.7%.
De hecho, ha sido uno de los sectores más dinámicos de la economía caleña en los últimos años, lo que ha permitido que la economía de la ciudad se haya recuperado y presente los mismos niveles de dinamismo que se registraban a principios de los 90.
Por otro lado, el comercio en los últimos 20 años pasó de tener una participación en el PIB de 5,6% a una del 10,7%, este peso es similar a lo que pasa en Colombia y en Bogotá. Así, entre el sector de la construcción y el comercio tenemos hoy el 31,7% del PIB de la ciudad.
Esta participación mayor de los sectores de la construcción y del comercio es producto del cambio de la estructura productiva de Cali, que ha pasado de una ciudad industrial a una donde los servicios generan mayor valor agregado. Este es un proceso natural en su madurez y no parece tener marcha atrás.
De hecho, buena parte de la recuperación económica durante la segunda mitad de esta década se debe a la construcción y al comercio. Pero si bien el presente de estos dos sectores es importante, su futuro parece ser igual de importante. Los planes de construir nuevos proyectos destinados al uso comercial es una buena noticia.
La apuesta de las grandes cadenas de superficies y de cadenas internacionales en la ciudad se está poniendo más seria. De esta manera, estos planes demuestran que la confianza de los inversionistas está retornando a Cali. Afortunadamente, estos nuevos proyectos estarán generando nuevos puestos de empleo en el sector de la construcción en los próximos años.
Según el censo de edificaciones del Dane, divulgado en días pasados, en Cali el área construida para el comercio creció 7,1% en el último trimestre del año pasado. Por otro lado, en Bogotá, el área construida para el comercio sólo creció 1,8% para el mismo periodo y en Medellín y Barranquilla el área destinada al comercio cayó 19,4% y 11,5%, respectivamente. Así, el dinamismo de la construcción de edificaciones dedicadas al comercio seguirá con esta dinámica interesante en la ciudad de Cali.
Estos nuevos proyectos implicarán en un mediano plazo la posibilidad de más plazas de trabajo en el sector comercio y mayor competencia en el comercio caleño. Estas son buenas noticias para la ciudad.
(Este artículo de opinión fué publicado el 14 de marzo de 2010 en el diario El País de la ciudad de Cali)
lunes, 15 de marzo de 2010
martes, 9 de marzo de 2010
El desempleo en Cali no cede
Se requiere de una estrategia exitosa para que la desocupación disminuya y se logren puestos de trabajo de calidad.
El empleo es el nexo entre el nivel de actividad económica y el bienestar de los individuos. Si una economía produce mucho, esa producción solo será accesible si los individuos tienen poder de compra gracias a sus ingresos fruto de los puestos de trabajo.
El Dane divulgó las cifras del mercado laboral. En Cali, encontramos que la tasa de desempleo disminuyó en enero del 2010, si comparamos con el mismo mes del 2009, pasando de 14.1% a 12.8%. Si bien esta tasa es menor, es importante resaltar aspectos preocupantes de subemepleo.
Los subempleados son quienes tienen un puesto que no necesariamente corresponde a las expectativas del trabajador, ni ofrece condiciones que permitan el mejoramiento de su calidad de vida. El subempleo es reflejo de la incapacidad del mercado para satisfacer los requerimientos de la fuerza laboral en términos de horarios, salario o cualificación. Así, el subempleo comprende a quienes desean trabajar bajo condiciones más ajustadas a sus expectativas.
El Dane mide el subempleo de dos maneras: subjetivo y el objetivo.
El subempleo subjetivo toma en cuenta el deseo manifestado por el trabajador de mejorar sus ingresos, su horario o de tener una labor acorde con sus competencias. En Cali, el subempleo subjetivo pasó del 32.9% en enero del 2009 a 37.1% en enero del 2010.
Por otro lado, el subempleo objetivo comprende a aquellos que tienen el deseo de mejorar sus ingresos y han hecho una gestión para ello y están en disposición de efectuar el cambio. En Cali, la tasa de subempleo objetivo pasó de 27.6% a 30.2%.
La tasa de subemeplo objetivo de Cali es la más grande de las 24 ciudades que mide el Dane. Y la tasa de subempleo objetivo es muy superior al total nacional y solamente superada por cuatro de las 24 ciudades medidas (Pasto, Popayán, Ibagué y Riohacha.
Es más, entre enero del 2009 y enero del 2010, según el Dane, existen 57.000 ocupados más en Cali. Pero lo interesante es que existen 68.000 más subemeplados subjetivos y 62.000 subemeplados objetivos más.
Así, las cosas el tipo de empleo que se está generando en la ciudad no parece estar respondiendo a las necesidades de nuestra fuerza laboral. Esta es una situación preocupante. Necesitamos crear empleos, pero no cualquier tipo de empleo, sino empleos dignos y que correspondan a las expectativas de la fuerza de trabajo.
Esto requiere una estrategia agresiva de la administración local. No podemos quedarnos cruzados de manos para esperar que la recuperación de la economía se traduzca en nuevos empleos para los caleños. De hecho es necesario crear el clima de negocios adecuado para permitir la creación de nuevos puestos de trabajo y la mejora de los que existen actualmente.
La política de generación de empleo de la administración local no es clara y si existe no parece estar generando los resultados deseados. Por ejemplo, el ‘Doing Business Report’ publicado por el Banco Mundial para nuestro país, ubica a Cali en la posición 20 de 21 ciudades comparadas. Esto se refleja en las cifras de empleo. En la ciudad urge una política clara de generación de empleo y de fomento de la actividad económica.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario El País de Cali el 9 de marzo de 2009)
El empleo es el nexo entre el nivel de actividad económica y el bienestar de los individuos. Si una economía produce mucho, esa producción solo será accesible si los individuos tienen poder de compra gracias a sus ingresos fruto de los puestos de trabajo.
El Dane divulgó las cifras del mercado laboral. En Cali, encontramos que la tasa de desempleo disminuyó en enero del 2010, si comparamos con el mismo mes del 2009, pasando de 14.1% a 12.8%. Si bien esta tasa es menor, es importante resaltar aspectos preocupantes de subemepleo.
Los subempleados son quienes tienen un puesto que no necesariamente corresponde a las expectativas del trabajador, ni ofrece condiciones que permitan el mejoramiento de su calidad de vida. El subempleo es reflejo de la incapacidad del mercado para satisfacer los requerimientos de la fuerza laboral en términos de horarios, salario o cualificación. Así, el subempleo comprende a quienes desean trabajar bajo condiciones más ajustadas a sus expectativas.
El Dane mide el subempleo de dos maneras: subjetivo y el objetivo.
El subempleo subjetivo toma en cuenta el deseo manifestado por el trabajador de mejorar sus ingresos, su horario o de tener una labor acorde con sus competencias. En Cali, el subempleo subjetivo pasó del 32.9% en enero del 2009 a 37.1% en enero del 2010.
Por otro lado, el subempleo objetivo comprende a aquellos que tienen el deseo de mejorar sus ingresos y han hecho una gestión para ello y están en disposición de efectuar el cambio. En Cali, la tasa de subempleo objetivo pasó de 27.6% a 30.2%.
La tasa de subemeplo objetivo de Cali es la más grande de las 24 ciudades que mide el Dane. Y la tasa de subempleo objetivo es muy superior al total nacional y solamente superada por cuatro de las 24 ciudades medidas (Pasto, Popayán, Ibagué y Riohacha.
Es más, entre enero del 2009 y enero del 2010, según el Dane, existen 57.000 ocupados más en Cali. Pero lo interesante es que existen 68.000 más subemeplados subjetivos y 62.000 subemeplados objetivos más.
Así, las cosas el tipo de empleo que se está generando en la ciudad no parece estar respondiendo a las necesidades de nuestra fuerza laboral. Esta es una situación preocupante. Necesitamos crear empleos, pero no cualquier tipo de empleo, sino empleos dignos y que correspondan a las expectativas de la fuerza de trabajo.
Esto requiere una estrategia agresiva de la administración local. No podemos quedarnos cruzados de manos para esperar que la recuperación de la economía se traduzca en nuevos empleos para los caleños. De hecho es necesario crear el clima de negocios adecuado para permitir la creación de nuevos puestos de trabajo y la mejora de los que existen actualmente.
La política de generación de empleo de la administración local no es clara y si existe no parece estar generando los resultados deseados. Por ejemplo, el ‘Doing Business Report’ publicado por el Banco Mundial para nuestro país, ubica a Cali en la posición 20 de 21 ciudades comparadas. Esto se refleja en las cifras de empleo. En la ciudad urge una política clara de generación de empleo y de fomento de la actividad económica.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario El País de Cali el 9 de marzo de 2009)
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miércoles, 3 de marzo de 2010
Las replicas económicas del Terremoto
La globalización implica que lo que ocurra en un país afecte el resto del mundo y viceversa. Esto significa por ejemplo que lo que ocurra en un país como Chile tendrá efecto en Colombia. Chile es uno de los países del mundo más integrados con el comercio exterior, cuenta con alrededor de 33 acuerdos comerciales o tratados de libre comercios con diferentes países o regiones del mundo. Entre esos tratados se encuentra el TLC con Colombia que entró en vigencia el 08 de mayo de 2009.
El TLC entre Chile y Colombia ha permitido consolidar la relación económica entre los dos países. En enero de este año Chile se convirtió en el segundo destino de nuestras exportaciones, detrás de Estados Unidos. En otras palabras, Chile desplazó a nuestro socio natural Venezuela y de esta manera, el aumento de las exportaciones a Chile ha evitado que se presente una debacle en las exportaciones colombianas, después de los inconvenientes con nuestros vecinos.
Por otro lado, Colombia se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los inversionistas chilenos, siendo el tercero más importante en 2008 y el y el cuarto en 2009. Al mismo tiempo, las empresas colombianas llegan cada vez más con inversiones a Chile; por ejemplo: ISA, Terpel y Manuelita.
A finales de los ochenta y principios de la década de los 90, Chile realizó los ajustes estructurales en su economía que permitieron que este país se convirtiera en el ejemplo a seguir. Hoy, ese país austral es el paradigma de un país relativamente pequeño que le saca provecho a la globalización. Su infraestructura vial, portuaria y de telecomunicaciones, unida a sus instituciones convierten a Chile en uno de los países más competitivos del mundo.
En esta oportunidad, las instituciones chilenas enfrenta su mayor reto, reconstruir al país después del desastre natural del fin de semana pasado. Si bien es temprano para determinar la magnitud de los daños causados por el sismo, es innegable que la infraestructura de transporte ha sufrido y la comunicación terrestre entre las diferentes regiones y los puertos se han visto afectadas.
Después que se terminen las tareas de rescate y búsqueda de víctimas, Chile necesitará enfocar todos sus esfuerzos en la reconstrucción de su infraestructura económica. Afortunadamente, Chile ha ahorrado durante sus vacas gordas para las vacas flacas. Hoy el gobierno chileno cuenta con un muy buen colchón: el fondo del cobre. En ese fondo los chilenos ahorraron buena parte de los ingresos que se percibieron por la gran bonanza en el precio del cobre de los primeros años de esta década. Ese fondo será la mejor fuente de financiación de la reconstrucción de ese país. Así, si bien en el corto plazo Chile podrá enfrentar una caída en sus exportaciones, en el mediano plazo ese país podrá reconstruir su infraestructura y recobrar su senda de crecimiento.
En cuanto a Colombia, en el corto plazo se presentarán dos efectos directos. Primero, la fuente y creciente inversión que provenía de Chile se verá afectada. Muy seguramente en 2010 no veremos el mismo dinamismo que se observó en los últimos años y esto disminuirá el flujo nada despreciable de inversión extranjera proveniente de Chile.
Por otro lado, experimentaremos una caída de nuestras exportaciones. Ahora que nuestros exportadores habían logrado remplazar a nuestro Venezuela con Chile como destino, se presenta esta catástrofe. Esto implicará la necesidad de reenfocar los esfuerzos a otros mercados y ratificar la necesidad de continuar en la diversificación de los destinos de nuestras exportaciones.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 3 de Marzo de 2010)
El TLC entre Chile y Colombia ha permitido consolidar la relación económica entre los dos países. En enero de este año Chile se convirtió en el segundo destino de nuestras exportaciones, detrás de Estados Unidos. En otras palabras, Chile desplazó a nuestro socio natural Venezuela y de esta manera, el aumento de las exportaciones a Chile ha evitado que se presente una debacle en las exportaciones colombianas, después de los inconvenientes con nuestros vecinos.
Por otro lado, Colombia se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los inversionistas chilenos, siendo el tercero más importante en 2008 y el y el cuarto en 2009. Al mismo tiempo, las empresas colombianas llegan cada vez más con inversiones a Chile; por ejemplo: ISA, Terpel y Manuelita.
A finales de los ochenta y principios de la década de los 90, Chile realizó los ajustes estructurales en su economía que permitieron que este país se convirtiera en el ejemplo a seguir. Hoy, ese país austral es el paradigma de un país relativamente pequeño que le saca provecho a la globalización. Su infraestructura vial, portuaria y de telecomunicaciones, unida a sus instituciones convierten a Chile en uno de los países más competitivos del mundo.
En esta oportunidad, las instituciones chilenas enfrenta su mayor reto, reconstruir al país después del desastre natural del fin de semana pasado. Si bien es temprano para determinar la magnitud de los daños causados por el sismo, es innegable que la infraestructura de transporte ha sufrido y la comunicación terrestre entre las diferentes regiones y los puertos se han visto afectadas.
Después que se terminen las tareas de rescate y búsqueda de víctimas, Chile necesitará enfocar todos sus esfuerzos en la reconstrucción de su infraestructura económica. Afortunadamente, Chile ha ahorrado durante sus vacas gordas para las vacas flacas. Hoy el gobierno chileno cuenta con un muy buen colchón: el fondo del cobre. En ese fondo los chilenos ahorraron buena parte de los ingresos que se percibieron por la gran bonanza en el precio del cobre de los primeros años de esta década. Ese fondo será la mejor fuente de financiación de la reconstrucción de ese país. Así, si bien en el corto plazo Chile podrá enfrentar una caída en sus exportaciones, en el mediano plazo ese país podrá reconstruir su infraestructura y recobrar su senda de crecimiento.
En cuanto a Colombia, en el corto plazo se presentarán dos efectos directos. Primero, la fuente y creciente inversión que provenía de Chile se verá afectada. Muy seguramente en 2010 no veremos el mismo dinamismo que se observó en los últimos años y esto disminuirá el flujo nada despreciable de inversión extranjera proveniente de Chile.
Por otro lado, experimentaremos una caída de nuestras exportaciones. Ahora que nuestros exportadores habían logrado remplazar a nuestro Venezuela con Chile como destino, se presenta esta catástrofe. Esto implicará la necesidad de reenfocar los esfuerzos a otros mercados y ratificar la necesidad de continuar en la diversificación de los destinos de nuestras exportaciones.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 3 de Marzo de 2010)
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