El DANE reportó que la tasa de desempleo promedio de Cali bajó de 12,7 % a 10,6 % entre los primeros trimestres de 2024 y 2025: una reducción de 2,1 puntos porcentuales, la más baja desde la pandemia. La caída en la tasa de desempleo siempre será una buena noticia. No obstante, hay resultados preocupantes en las cifras del mercado laboral de Cali.
Los habitantes en edad de trabajar que estaban buscando trabajo o estaban ocupados se conocen como la Fuerza de Trabajo (FT), es decir, las cantidades de trabajo ofrecidas. Al comparar el primer trimestre de 2025 con el del año anterior, hay 21 mil personas menos en la FT en Cali, un 1,8% menos: menos caleños ofreciendo su trabajo.
Adicionalmente, los datos muestran que los ocupados fueron 5 mil más; un leve aumento del 0,5%. Los desocupados fueron 26 mil menos, una caída del 17,7%. Es decir, al mismo tiempo los puestos de trabajo crecieron muy poco y los desocupados cayeron sustancialmente; esto se dio por la salida de los caleños de la fuerza laboral. El 80% de la caída en los desocupados se explica por la salida del mercado de trabajo. Así, la tasa de desempleo disminuye, en mayor medida porque hay menos personas participando del mercado de trabajo, no porque tengamos sustancialmente más ocupados.
Desafortunadamente para la ciudad, hay 12 mil personas menos trabajando en la industria, una caída del 7%. Y el comercio también presentó una caída de 23 mil puestos de trabajo, una caída del 9,7%. En total se perdieron 48 mil empleos en siete sectores económicos.
Afortunadamente, otros sectores crearon empleo. La construcción generó 11 mil empleos, un aumento del 16,6%; las “actividades profesionales, científicas, técnicas y servicios administrativos” generaron 18 mil y la “administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana” generó 14 mil. En total se generaron 53 mil empleos que compensaron la pérdida de 48 mil, de tal manera que neto se crearon 5 mil.
Las cifras de empleo en la ciudad no son malas, pero tampoco son las mejores. Es buena noticia que baje la tasa de desempleo, pero no podemos perder de vista que sustancialmente se debe a la salida de la fuerza laboral de los caleños. Lo que está pasando con la generación de empleo en Cali podría ser mucho mejor si sectores como la industria y el comercio no estuviesen presentando una contracción de sus ocupados. Es imperativo para la ciudad generar las condiciones para mantener los puestos de trabajo existentes y atraer más inversión que genere puestos de trabajo en la industria, pero esto será muy difícil este año de grandes incertidumbres políticas y económicas en el nivel nacional.
(una version de esta columna fué publicada en el diario el País de Cali el 1ro de mayo de 2025)
https://www.elpais.com.co/economia/mercado-laboral-en-cali-hay-menos-calenos-ofreciendo-su-trabajo-0224.html
jueves, 1 de mayo de 2025
lunes, 3 de marzo de 2025
La estabilidad fiscal en juego en 2025
El pronunciamiento del 17 de febrero de 2025 del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) confirma lo que muchos economistas advertimos: la situación fiscal del país sigue deteriorándose y las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes para frenar el problema.
El 2024 deja cifras preocupantes. El déficit llegó al 6,8% del PIB, por encima del 4,3% registrado en 2023. La deuda alcanzó el 60% del PIB, cambiando la tendencia de disminución de la deuda que se había logrado entre 2021 y 2023. A pesar de estos números, el gobierno afirma haber cumplido con la regla fiscal, pero lo hizo gracias a una maniobra contable: el uso de las transacciones de única vez (TUV) por $31,9 billones aprobadas por el CONFIS. Las TUV fueron una maniobra técnicamente discutible que no se había empleado antes, que daría para muchas columnas. Sin estas operaciones extraordinarias, según las CARF, el balance primario neto estructural habría sido de -1,8% del PIB, incumpliendo la regla fiscal.
El CARF advierte que las finanzas públicas están en una posición frágil y que la presión sobre tasas de interés y la inflación se mantendrá. La caída en el recaudo tributario de 2024, que fue $71,2 billones inferior a lo programado, tendrá efectos persistentes en 2025 y más allá.
Para el 2025, la situación no mejora. El plan financiero del gobierno proyecta un déficit de 5,1% del PIB y una deuda del 60,6%, aún lejos del ancla fiscal del 55%. Para cumplir la regla fiscal, se requieren ajustes por $46 billones, ya sea en ingresos o en gastos. Sin embargo, el CARF considera que los ingresos proyectados por el gobierno son demasiado optimistas: la meta de recaudo es $34 billones superior a su estimación, lo que sugiere que el desbalance podría ser aún mayor.
Uno de los mayores problemas es el pago de intereses de la deuda, que absorberá uno de cada tres pesos recaudados. Esto limita los recursos disponibles para inversión social y obliga a tomar decisiones serias sobre la reducción del déficit. Además, según el CARF, existen presiones fiscales adicionales que no se han incluido en el escenario base, como los compromisos de gasto aplazados de 2024 y el impacto del aumento del salario mínimo, que podrían sumar hasta $28,5 billones adicionales al problema.
El CARF es claro: sin medidas estructurales, la sostenibilidad fiscal seguirá en riesgo. No basta con maniobras contables como las TUV o estrategias de manejo de caja que solo postergan el problema. Es momento de decisiones firmes: ajustar el gasto, reformar la estructura tributaria y garantizar que las finanzas públicas sean viables a largo plazo. El gobierno tiene la responsabilidad de estabilizar la economía antes de que la situación se torne aún más crítica, pero no parece que el gobierno tenga esto dentro de sus planes para el 2025 o 2026.
(Una versión de esta columna de opinión fué publicada en el diario el País de Cali el 1 de marzo de 2025)
Etiquetas:
Reglas fiscal; Colombia; deficit fiscal
martes, 14 de enero de 2025
La inflación más cerca de la meta: buena noticia para Colombia.
La inflación en Colombia cerró 2024 en 5,20%, una disminución significativa respecto al 9,28% del 2023; esa es una muy buena noticia. Pero, la tarea aún no está terminada. Este resultado está por encima del rango que establece el Banco de la República (Banrep) como meta: entre el 2% y 4%.
El Banrep fija rangos metas de inflación desde 2002. Ya hay una tradición de 23 años con un rango meta: 12 veces se ha cumplido la meta (52,2 %) y 11 no. Esa meta es un objetivo de largo plazo. No importa si se esté lejos de cumplirla los próximos años, el Banrep la mantiene. Eso, en parte, le da credibilidad a la tarea del Banrep de mantener la inflación bajo control.
Estos resultados no son malos si se ven con una perspectiva histórica. De 2002 a 2009 se cumplió la meta en 50% de los años. Se dejó claro el compromiso de bajar la inflación. El rango meta terminó esa década entre 4,5% y 5%. En la siguiente, de 2010 a 2019, el rango bajó (2% - 4%) con un mejor resultado: 70% de aciertos. Esa década cerró con una inflación bajo control y sin preocupaciones. Era una variable bajo control.
La actual década está marcada por los efectos de la pandemia y sus estragos sobre la cadena logística que marcó un inicio con inflación relativamente alta a nivel mundial. En Colombia el 2020, la inflación se situó por debajo del rango meta (1,61%). El 2021, la inflación se situó levemente por encima: 5,62%. En 2022, se disparó y por primera vez en el siglo se observó una inflación de dos dígitos (13,12%). En 2023, empieza a ceder rompiendo la tendencia alcista (9,28%). En 2024 se continua la tendencia a regresar al rango meta, que se espera se logre en el 2025.
El cumplimiento de la meta de inflación hace que se mantenga su credibilidad y la legitimidad de la independencia y políticas del Banrep. Ese es un activo invaluable para el país. Cuando la meta es creíble, ésta sirve como guía para la formación de expectativas de los ciudadanos; por ejemplo, para que los empresarios fijen precios y los asalariados renegocien sus contratos.
La meta de inflación es un ejercicio de “planear” el comportamiento futuro de los precios, los cuales dependen de innumerables factores. La inflación no se puede decretar, pero el Banrep sí cuenta con la tasa de interés como herramienta para influenciar la economía y, de carambola, la inflación. El resultado del 2024 es positivo en materia de la inflación y va en la dirección correcta y legitima la institucionalidad económica del país, pero falta el último tramo.
(Una versión de esta columna de opinión fué publicada en el diario el País de Cali el 11 de enero de 2025)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)