lunes, 2 de julio de 2012
Última decisión del Emisor
No obstante el pedido de algunos gremios y del presidente Santos para bajar las tasas de interés, en su última reunión del viernes pasado, la junta del Banco de la República tomó la decisión de mantener la tasa de interés de intervención inalterada. Típicamente los miembros de la junta del Banco de la República se reúnen al final del mes y resuelven tomar alguna acción de política económica. Lo común es que decidan si mantienen constante, suben o bajan la tasa de interés que el Baco de la República paga a los bancos para recibirles dinero. La decisión de la tasa termina en últimas, y después de un proceso que puede tardar hasta un año, afectando las demás tasa de interés. Por ejemplo, la tasa que pagamos en los prestamos hipotecarios, las tasas que pagamos en las tarjetas de crédito, la de los CDTs, etc.
La importancia de esa decisión radica en que la tasa de interés actúa como una herramienta que ayuda a que la economía aumente o disminuya su crecimiento. Cuando las tasas de interés disminuyen, se espera que aumente los incentivos para endeudarse, para comprar casas, para comprar con las tarjetas de crédito, para comprar maquinaria. Es decir, la demanda se estimula y esto puede hacer crecer la economía. Si por el contrario las tasas aumentan, esto en principio debería desestimular el endeudamiento y por tanto la demanda interna disminuirá.
Para entender esta decisión previsible de mantener constante la tasa de interés, es importante recordar que hace unos pocos meses era impensable que el Banco de la República considerase la posibilidad de disminuir la tasa de interés. Es más las apuestas de los analistas se dividían entre si subían o se mantenían iguales las tasas de interés. ¿Qué a cambiado?
Bueno, por un lado la euforia que se sentía alrededor de la economía colombiana se ha moderado. A principios de este año, los datos del año pasado mostraban una economía creciendo rápidamente y por un momento existía la sensación que los ojos de todos los inversionistas del mundo estaban sobre Colombia. Nos estabas convirtiendo en una “vedette”. A la par de la euforia, el Banco de la República y el ministerio de hacienda venían prendiendo alarmas por el crecimiento en el endeudamiento de los hogares colombianos, en especial el aumento de la cartera para consumo. Por el lado internacional, durante el primer trimestre de este año existía una sensación de una lenta pero segura recuperación de la economía norteamericana y nubarrones sobre la situación económica de la Unión Europea. Así, si bien el ambiente internacional no era el más favorable, la economía colombiana venía creciendo a un buen ritmo y parecía apenas lógico aumentar las tasas para disminuir el crecimiento de los créditos de consumo.
Ahora, que tenemos información más confiable de lo ocurrido en el primer trimestre de 2012, parece evidente que el panorama es totalmente diferente. La economía estadounidense está creciendo a un ritmo menor al esperado, el panorama en la zona euro no se ve muy claro en el mediano plazo. Por otro lado, la economía colombiana ha empezado a crecer a un ritmo menor del esperado y pareciese que los efectos de una posible crisis a nivel internacional han tenido un mayor efecto al esperado; en especial en la demanda de petróleo y carbón. Y la calidad de la cartera de los créditos de consumo se ha deteriorado sustancialmente en los últimos meses; en otras palabras, mas hogares se han “colgado” en sus cuotas de créditos de consumo.
En resumen, la economía colombiana ha empezado a mostrar que no se puede aislar del efecto de una crisis internacional y que la euforia tal vez no estaba tenía bases tan sólidas como creíamos. Ahora, eso no quiere decir que la economía colombiana esté frente a una debacle, pero tampoco estábamos frente al “boom” que parecía reinar en el ambiente.
En estos momentos la tasa de intervención del Banrep está en 5,25%, misma tasa vigente desde febrero de este año. Los datos muestran que probablemente será necesario un estímulo a la economía para la segunda mitad de este año. El tamaño de dicho estímulo dependerá de la magnitud de la crisis en Europa y del tamaño del contagio en el resto del mundo.
En este nuevo escenario parece prudente esperar el momento indicado para realizar una fuerte baja en la tasa de interés que permita reanimar la economía colombiana. Es decir, es mejor ahorrar espacio en la política monetaria, pues es muy probable que necesitemos usarla. Para revivir una economía puede ser más efectiva una baja de tasas de interés grande y de un solo golpe que pequeñas disminuciones. Más en un escenario donde los hogares tienen un nivel de endeudamiento relativamente alto. Así es mejor ahorrarse la posibilidad de bajar tasas para una época de “vacas más flacas”.
(Una versión de est columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el 2 de junio de 2012)
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