En los últimos días se ha confirmado la recesión económica en Estados Unidos y Europa. La pregunta no es si habrá recesión, sino cuánto durará y cómo afectará a Colombia y al Valle del Cauca.
Las vías de trasmisión de los efectos a la economía colombiana y local son diversas. Por ejemplo, la recesión implicará una menor demanda de productos en esos países que se traducirá en menores exportaciones. Esos mecanismos de trasmisión son los que hoy en día hacen imposible que el auge o caída de una economía grande se aísle y no se transmita al resto del mundo.
Uno de esos mecanismos de trasmisión son las remesas, los dineros que los colombianos que han migrado a otros países (legal o ilegalmente) envían a sus familiares en Colombia. Estas remesas hacen parte del presupuesto de numerosos hogares colombianos. Según un estudio del Banco de la República, el 73% de los giros se realizan mensualmente y en su mayoría son empleados para la compra de alimentos, servicios públicos y alquiler de vivienda (en un 68% del total de las remesas).
Por otro lado, el informe muestra que el 50,8% de los remitentes se encuentran en los EE.UU. (con un giro promedio de US$280), seguidos de un 28,1% que residen en España (cuyo giro oscila entre los US$317).
Entonces, cuando las economías de Estados Unidos y España se encuentran en expansión se espera que el mercado laboral de dichos países tenga un comportamiento favorable para nuestros compatriotas. Hecho que se refleja en un aumento de las remesas a las familias de origen.
Por otro lado, cuando estas economías se contraen, los despidos se aceleran y los ingresos bajan. Esto se traduce en menos dólares o euros enviados a Colombia.
Según el último Censo de Población, el 2,9% de los hogares colombianos tenían a uno de sus miembros en el exterior. En el caso del Valle del Cauca, ese porcentaje es dos veces más grande (6,5%) que el total nacional. Esto contrasta con el departamento de Antioquia donde el 2,9% de los hogares tiene uno de sus miembros en el exterior y Bogotá donde éste porcentaje es del 3,3%.
Es decir, en el Valle alrededor de 70.000 personas se radicaron en el exterior, de los cuales 38.000 son de Cali. Esta cifra equivale al 6.9% de los hogares caleños con uno de sus miembros por fuera del país, mientras que en Medellín son 4,1%.
A la luz de estas cifras, Cali sería una de las ciudades capitales más afectadas por este mecanismo de trasmisión de las recesiones de EE.UU. y España a nuestra economía. ¿Estamos preparados para hacer frente a esta situación?
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Diciembre 9 de 2008)
martes, 9 de diciembre de 2008
lunes, 24 de noviembre de 2008
2009: Año clave para la meta de inflación
La meta fijada por el Emisor es acertada y permite retomar credibilidad.
El viernes pasado se cumplió una de las reuniones rutinarias de la Junta del Banco de la República, pero ésta tenía una finalidad muy importante: fijar la meta de inflación para el año 2009, o para ser más precisos un rango dentro del cual se espera esté la inflación. Esta meta es importante para la fijación de diferentes precios, como por ejemplo los ajustes a los arrendamientos.
Pero más importante aún para la economía es que la meta se convierte en la referencia para la formación de expectativas sobre el comportamiento futuro de los precios en el país. Por ejemplo, si los empresarios esperan que la inflación sea alta, incrementarán sus precios de acuerdo a esa inflación esperada; si los trabajadores esperan que la inflación sea alta, exigirán un incremento en los salarios acorde. Por el contrario si se espera que los precios no crezcan tanto, entonces los aumentos en precios serán moderados y las aspiraciones salariales no serán tan altas.
La meta de inflación del Emisor, cuando es creíble, sirve como guía para la formación de expectativas de los ciudadanos, pero si no es creíble, no se tomará en cuenta por parte de los empresarios ni por los asalariados.
Es importante tener en cuenta, que la meta de inflación es una intención por pronosticar el comportamiento futuro de los precios, los cuales dependen de varios factores. La inflación no se puede determinar por decreto. Así la meta que establece la Junta del Banco de la República corresponde a un pronóstico.
En general cuando cualquier entidad da proyecciones enfrenta un problema de credibilidad. Si las proyecciones no se cumplen, la siguiente proyección pierde credibilidad y el público no emplea esa información. Si las proyecciones se acercan a la realidad, es una fuente de información importante para tomar decisiones.
Este año la inflación estará un par de puntos porcentuales por encima del rango meta fijado por el Emisor. En el 2007 la inflación fue 1,2 puntos porcentuales por encima del rango de inflación. Es decir, en diciembre se cumplirán dos años seguidos en los que no se cumple la meta. Estos dos últimos años contrastan con lo ocurrido en el 2006, 2005 y 2004, años para los cuales la inflación se encontró en el rango fijado como meta de inflación por el Banco.
La credibilidad futura del cumplimiento de las metas de inflación del Banco depende de lo que ocurra el próximo año. No acertar con la meta de inflación en el 2009 implicará una pérdida de credibilidad muy fuerte el Banco y unos costos muy grandes para la economía colombiana.
Buena parte de los analistas estaban esperando que el Banco de la República mantuviese la meta de inflación para el 2009 sin modificaciones respecto al 2008. Una de las razones para esperar este comportamiento es que en los años en que la meta no se ha cumplido, la Junta mantiene la meta para el siguiente año.
A octubre del 2008 la inflación anual es de 7,94%, es decir 3,4 puntos porcentuales por encima del techo de la meta. Pero hoy es muy difícil esperar que la inflación caiga tantos puntos en el 2009 como para que la meta fijada entre 3,5% y 4,5 se cumpla. Afortunadamente la Junta rompió su tradición y decidió elevar la meta de inflación a un rango entre 4,5% y 5,5%. Creo que está decisión es acertada y permite retomar credibilidad en el cumplimiento de la meta.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Noviembre 24 de 2008)
El viernes pasado se cumplió una de las reuniones rutinarias de la Junta del Banco de la República, pero ésta tenía una finalidad muy importante: fijar la meta de inflación para el año 2009, o para ser más precisos un rango dentro del cual se espera esté la inflación. Esta meta es importante para la fijación de diferentes precios, como por ejemplo los ajustes a los arrendamientos.
Pero más importante aún para la economía es que la meta se convierte en la referencia para la formación de expectativas sobre el comportamiento futuro de los precios en el país. Por ejemplo, si los empresarios esperan que la inflación sea alta, incrementarán sus precios de acuerdo a esa inflación esperada; si los trabajadores esperan que la inflación sea alta, exigirán un incremento en los salarios acorde. Por el contrario si se espera que los precios no crezcan tanto, entonces los aumentos en precios serán moderados y las aspiraciones salariales no serán tan altas.
La meta de inflación del Emisor, cuando es creíble, sirve como guía para la formación de expectativas de los ciudadanos, pero si no es creíble, no se tomará en cuenta por parte de los empresarios ni por los asalariados.
Es importante tener en cuenta, que la meta de inflación es una intención por pronosticar el comportamiento futuro de los precios, los cuales dependen de varios factores. La inflación no se puede determinar por decreto. Así la meta que establece la Junta del Banco de la República corresponde a un pronóstico.
En general cuando cualquier entidad da proyecciones enfrenta un problema de credibilidad. Si las proyecciones no se cumplen, la siguiente proyección pierde credibilidad y el público no emplea esa información. Si las proyecciones se acercan a la realidad, es una fuente de información importante para tomar decisiones.
Este año la inflación estará un par de puntos porcentuales por encima del rango meta fijado por el Emisor. En el 2007 la inflación fue 1,2 puntos porcentuales por encima del rango de inflación. Es decir, en diciembre se cumplirán dos años seguidos en los que no se cumple la meta. Estos dos últimos años contrastan con lo ocurrido en el 2006, 2005 y 2004, años para los cuales la inflación se encontró en el rango fijado como meta de inflación por el Banco.
La credibilidad futura del cumplimiento de las metas de inflación del Banco depende de lo que ocurra el próximo año. No acertar con la meta de inflación en el 2009 implicará una pérdida de credibilidad muy fuerte el Banco y unos costos muy grandes para la economía colombiana.
Buena parte de los analistas estaban esperando que el Banco de la República mantuviese la meta de inflación para el 2009 sin modificaciones respecto al 2008. Una de las razones para esperar este comportamiento es que en los años en que la meta no se ha cumplido, la Junta mantiene la meta para el siguiente año.
A octubre del 2008 la inflación anual es de 7,94%, es decir 3,4 puntos porcentuales por encima del techo de la meta. Pero hoy es muy difícil esperar que la inflación caiga tantos puntos en el 2009 como para que la meta fijada entre 3,5% y 4,5 se cumpla. Afortunadamente la Junta rompió su tradición y decidió elevar la meta de inflación a un rango entre 4,5% y 5,5%. Creo que está decisión es acertada y permite retomar credibilidad en el cumplimiento de la meta.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Noviembre 24 de 2008)
martes, 4 de noviembre de 2008
Desaceleración e innovación
Las noticias que llegaron sobre el PIB de EE.UU. confirman las expectativas sobre el comportamiento de esa economía. La contracción del PIB para el tercer trimestre del 2008 de 0,3% ha sido la más grande desde la última recesión de ese país presentada en el 2001. Pero la parte más preocupante es la caída en el gasto de los hogares de un 3,1%, caída que es la más grande desde el segundo trimestre de 1980.
Esta caída en el gasto de los hogares implica que el motor de crecimiento de esa economía se ha apagado y por eso, la demanda por nuestras exportaciones será menor.
Por otro lado, el precio de nuestras exportaciones tradicionales también va en caída, lo que implicará un menor valor de las exportaciones en dólares.
La caída en el consumo de los hogares norteamericanos tendrá efectos sobre la economía colombiana.
También es claro que, si bien la economía colombiana verá afectado el comportamiento de su PIB, no se presentará una recesión sino una desaceleración del PIB.
La diferencia parece simplemente un juego de palabras, pero no lo es. Una recesión corresponde a una disminución en el valor de los bienes y servicios producidos en un país. En especial, la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de los Estados Unidos define una recesión como una diminución del PIB por dos trimestres consecutivos o más. De hecho, en la historia reciente de Colombia, y siguiendo esta definición, la única recesión se presentó durante el periodo comprendido entre el tercer trimestre de 1998 y el segundo trimestre del 1999.
Mientras que una desaceleración de la economía es un crecimiento, aún positivo, menor que el período anterior; estos episodios de desaceleración en la economía son relativamente comunes en Colombia.
La desaceleración de la economía no es tan grave como una recesión, pero implica un reto para el tejido empresarial colombiano. Es inevitable esperar la desaparición de algunas empresas, en especial las pymes que son más vulnerables a estos procesos de desaceleración, por eso tendrán que enfrentar un ambiente internacional hostil restricciones de crédito interno y una demanda menos dinámica que en otros años.
Este ambiente no es la hecatombe, pero implica un gran reto. Aquellas pymes que tengan procesos productivos eficientes, innovadores y flexibles pasarán el examen, aquellas que no hicieron bien la tarea durante los años de crecimiento probablemente no pasarán el examen.
Afortunadamente aún existe tiempo para enderezar el rumbo de las organizaciones que no han hecho la tarea. La innovación y la tecnología son la clave. Un buen ejemplo de cómo emplear la tecnología para hacer eficientes los procesos productivos es presentado por Don Tapscott y Anthony Williams en su libro Wikinomics.
La tecnología, el conocimiento de dominio público, y la capacidad de formar redes entre pymes es la mayor arma disponible para que las pymes se sobrepongan a la desaceleración de la economía.
Hoy en día la tecnología disponible permite que un individuo o pyme cree una innovación en cualquier lugar del mundo y colabore con otras organizaciones alrededor del mundo. El tamaño de la organización no es tan importante como su capacidad de asociarse con otras para crear valor y el potencial de una buena idea.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Noviembre 4 de 2008)
Esta caída en el gasto de los hogares implica que el motor de crecimiento de esa economía se ha apagado y por eso, la demanda por nuestras exportaciones será menor.
Por otro lado, el precio de nuestras exportaciones tradicionales también va en caída, lo que implicará un menor valor de las exportaciones en dólares.
La caída en el consumo de los hogares norteamericanos tendrá efectos sobre la economía colombiana.
También es claro que, si bien la economía colombiana verá afectado el comportamiento de su PIB, no se presentará una recesión sino una desaceleración del PIB.
La diferencia parece simplemente un juego de palabras, pero no lo es. Una recesión corresponde a una disminución en el valor de los bienes y servicios producidos en un país. En especial, la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de los Estados Unidos define una recesión como una diminución del PIB por dos trimestres consecutivos o más. De hecho, en la historia reciente de Colombia, y siguiendo esta definición, la única recesión se presentó durante el periodo comprendido entre el tercer trimestre de 1998 y el segundo trimestre del 1999.
Mientras que una desaceleración de la economía es un crecimiento, aún positivo, menor que el período anterior; estos episodios de desaceleración en la economía son relativamente comunes en Colombia.
La desaceleración de la economía no es tan grave como una recesión, pero implica un reto para el tejido empresarial colombiano. Es inevitable esperar la desaparición de algunas empresas, en especial las pymes que son más vulnerables a estos procesos de desaceleración, por eso tendrán que enfrentar un ambiente internacional hostil restricciones de crédito interno y una demanda menos dinámica que en otros años.
Este ambiente no es la hecatombe, pero implica un gran reto. Aquellas pymes que tengan procesos productivos eficientes, innovadores y flexibles pasarán el examen, aquellas que no hicieron bien la tarea durante los años de crecimiento probablemente no pasarán el examen.
Afortunadamente aún existe tiempo para enderezar el rumbo de las organizaciones que no han hecho la tarea. La innovación y la tecnología son la clave. Un buen ejemplo de cómo emplear la tecnología para hacer eficientes los procesos productivos es presentado por Don Tapscott y Anthony Williams en su libro Wikinomics.
La tecnología, el conocimiento de dominio público, y la capacidad de formar redes entre pymes es la mayor arma disponible para que las pymes se sobrepongan a la desaceleración de la economía.
Hoy en día la tecnología disponible permite que un individuo o pyme cree una innovación en cualquier lugar del mundo y colabore con otras organizaciones alrededor del mundo. El tamaño de la organización no es tan importante como su capacidad de asociarse con otras para crear valor y el potencial de una buena idea.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Noviembre 4 de 2008)
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Desaceleración e innovación
Las noticias que llegaron sobre el PIB de EE.UU. confirman las expectativas sobre el comportamiento de esa economía. La contracción del PIB para el tercer trimestre del 2008 de 0,3% ha sido la más grande desde la última recesión de ese país presentada en el 2001. Pero la parte más preocupante es la caída en el gasto de los hogares de un 3,1%, caída que es la más grande desde el segundo trimestre de 1980.
Esta caída en el gasto de los hogares implica que el motor de crecimiento de esa economía se ha apagado y por eso, la demanda por nuestras exportaciones será menor.
Por otro lado, el precio de nuestras exportaciones tradicionales también va en caída, lo que implicará un menor valor de las exportaciones en dólares.
La caída en el consumo de los hogares norteamericanos tendrá efectos sobre la economía colombiana.
También es claro que, si bien la economía colombiana verá afectado el comportamiento de su PIB, no se presentará una recesión sino una desaceleración del PIB.
La diferencia parece simplemente un juego de palabras, pero no lo es. Una recesión corresponde a una disminución en el valor de los bienes y servicios producidos en un país. En especial, la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de los Estados Unidos define una recesión como una diminución del PIB por dos trimestres consecutivos o más. De hecho, en la historia reciente de Colombia, y siguiendo esta definición, la única recesión se presentó durante el periodo comprendido entre el tercer trimestre de 1998 y el segundo trimestre del 1999.
Mientras que una desaceleración de la economía es un crecimiento, aún positivo, menor que el período anterior; estos episodios de desaceleración en la economía son relativamente comunes en Colombia.
La desaceleración de la economía no es tan grave como una recesión, pero implica un reto para el tejido empresarial colombiano. Es inevitable esperar la desaparición de algunas empresas, en especial las pymes que son más vulnerables a estos procesos de desaceleración, por eso tendrán que enfrentar un ambiente internacional hostil restricciones de crédito interno y una demanda menos dinámica que en otros años.
Este ambiente no es la hecatombe, pero implica un gran reto. Aquellas pymes que tengan procesos productivos eficientes, innovadores y flexibles pasarán el examen, aquellas que no hicieron bien la tarea durante los años de crecimiento probablemente no pasarán el examen.
Afortunadamente aún existe tiempo para enderezar el rumbo de las organizaciones que no han hecho la tarea. La innovación y la tecnología son la clave. Un buen ejemplo de cómo emplear la tecnología para hacer eficientes los procesos productivos es presentado por Don Tapscott y Anthony Williams en su libro Wikinomics.
La tecnología, el conocimiento de dominio público, y la capacidad de formar redes entre pymes es la mayor arma disponible para que las pymes se sobrepongan a la desaceleración de la economía.
Hoy en día la tecnología disponible permite que un individuo o pyme cree una innovación en cualquier lugar del mundo y colabore con otras organizaciones alrededor del mundo. El tamaño de la organización no es tan importante como su capacidad de asociarse con otras para crear valor y el potencial de una buena idea.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Noviembre 4 de 2008)
Esta caída en el gasto de los hogares implica que el motor de crecimiento de esa economía se ha apagado y por eso, la demanda por nuestras exportaciones será menor.
Por otro lado, el precio de nuestras exportaciones tradicionales también va en caída, lo que implicará un menor valor de las exportaciones en dólares.
La caída en el consumo de los hogares norteamericanos tendrá efectos sobre la economía colombiana.
También es claro que, si bien la economía colombiana verá afectado el comportamiento de su PIB, no se presentará una recesión sino una desaceleración del PIB.
La diferencia parece simplemente un juego de palabras, pero no lo es. Una recesión corresponde a una disminución en el valor de los bienes y servicios producidos en un país. En especial, la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de los Estados Unidos define una recesión como una diminución del PIB por dos trimestres consecutivos o más. De hecho, en la historia reciente de Colombia, y siguiendo esta definición, la única recesión se presentó durante el periodo comprendido entre el tercer trimestre de 1998 y el segundo trimestre del 1999.
Mientras que una desaceleración de la economía es un crecimiento, aún positivo, menor que el período anterior; estos episodios de desaceleración en la economía son relativamente comunes en Colombia.
La desaceleración de la economía no es tan grave como una recesión, pero implica un reto para el tejido empresarial colombiano. Es inevitable esperar la desaparición de algunas empresas, en especial las pymes que son más vulnerables a estos procesos de desaceleración, por eso tendrán que enfrentar un ambiente internacional hostil restricciones de crédito interno y una demanda menos dinámica que en otros años.
Este ambiente no es la hecatombe, pero implica un gran reto. Aquellas pymes que tengan procesos productivos eficientes, innovadores y flexibles pasarán el examen, aquellas que no hicieron bien la tarea durante los años de crecimiento probablemente no pasarán el examen.
Afortunadamente aún existe tiempo para enderezar el rumbo de las organizaciones que no han hecho la tarea. La innovación y la tecnología son la clave. Un buen ejemplo de cómo emplear la tecnología para hacer eficientes los procesos productivos es presentado por Don Tapscott y Anthony Williams en su libro Wikinomics.
La tecnología, el conocimiento de dominio público, y la capacidad de formar redes entre pymes es la mayor arma disponible para que las pymes se sobrepongan a la desaceleración de la economía.
Hoy en día la tecnología disponible permite que un individuo o pyme cree una innovación en cualquier lugar del mundo y colabore con otras organizaciones alrededor del mundo. El tamaño de la organización no es tan importante como su capacidad de asociarse con otras para crear valor y el potencial de una buena idea.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Noviembre 4 de 2008)
viernes, 10 de octubre de 2008
Vacas flacas y el cobro de valorización.
Los abuelos recomendaban ahorrar en épocas de las vacas gordas para cuando llegaran las vacas flacas. Siguiendo esa idea, la mayoría de los economistas estamos de acuerdo que la política económica debe ser contra-cíclica, en especial la política fiscal. En otras palabras, se debería tener una política fiscal de tal manera que se presentaran ahorros fiscales cuando la economía está acelerada y se gaste más cuando la economía se desacelera gracias a los ahorros.
Las finanzas municipales vienen en un proceso de recuperación que ha evitado que la administración anterior y la actual generen ahorros para la época de vacas flacas. Por otro lado, de las tres principales fuentes de ingresos tributarios del municipio de Cali, dos de ellas dependen fuertemente del nivel de actividad económica: el impuesto de Industria y comercio y la sobretasa a la gasolina. De tal manera que en épocas de desaceleración, se espera que el recaudo por industria y comercio y sobretasa a la gasolina no crezca con la misma vitalidad que cuando la economía crece.
A estas alturas de la crisis financiera internacional es evidente que el próximo año no será un año de vacas gordas. El próximo será un año difícil para el sector empresarial y para los hogares del país y de la ciudad. Un año en el que el ambiente internacional será hostil y en el que la mayoría de las organizaciones tratarán de capotear la desaceleración. Y es precisamente en un año como ese en el que aumentar el gasto en infraestructura y el gasto social tiene mucho sentido. Siempre y cuando esa mayor inversión y gasto se financie con el ahorro de las épocas de vacas gordas. Ahorro con el que no cuentan las finanzas del municipio. No tiene mucho sentido aumentar el gasto aumentando el recaudo de tributos del sector privado en un año en el que se espera se pasen aprietos.
La administración acaba de presentar su presupuesto para el año 2009 a consideración del Concejo municipal. Este presupuesto asciende a un billón 560.763 millones de pesos. Según el proyecto de acuerdo, esos egresos serán financiados por un incremento del 21% en los ingresos totales. La administración espera un aumento del 10% para el 2009 de los impuestos y sobretasas, entre los cuales están el impuesto de industria y comercio y la sobretasa a la gasolina. Por otro lado, los ingresos no tributarios se presupuestan aumentarán en 31%.
De acuerdo al presupuesto propuesto, el próximo año se inicia el cobro por valorización. Del cuál se espera recaudar unos $187,9 miles de millones. Mientras que por predial (sin incluir la Sobretasa Ambiental, ni la Sobretasa bomberil), se proyecta recibir $219,5 miles de millones; es decir el recaudo por valorización para el año 2009 será el 86% más de lo que se recibirá por predial.
Si bien es innegable la importancia de los 21 proyectos que se financiarán con el cobro por valorización, también es importante recordar que la última vez que se aplicó este cobro fue a partir de 1996. La mala coincidencia del cobro de valorización con una de las peores crisis económicas de la ciudad trajo como resultado una carga excesiva sobre los caleños y que las 27 obras que se tenía proyectadas en ese momento no se realizarán por completo. La pregunta, hoy que se encuentra en estudio este presupuesto, es ¿Será que estamos repitiendo la historia? ¿Vale la pena iniciar el cobro por valorización el próximo año?
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Otubre 10 de 2008)
Las finanzas municipales vienen en un proceso de recuperación que ha evitado que la administración anterior y la actual generen ahorros para la época de vacas flacas. Por otro lado, de las tres principales fuentes de ingresos tributarios del municipio de Cali, dos de ellas dependen fuertemente del nivel de actividad económica: el impuesto de Industria y comercio y la sobretasa a la gasolina. De tal manera que en épocas de desaceleración, se espera que el recaudo por industria y comercio y sobretasa a la gasolina no crezca con la misma vitalidad que cuando la economía crece.
A estas alturas de la crisis financiera internacional es evidente que el próximo año no será un año de vacas gordas. El próximo será un año difícil para el sector empresarial y para los hogares del país y de la ciudad. Un año en el que el ambiente internacional será hostil y en el que la mayoría de las organizaciones tratarán de capotear la desaceleración. Y es precisamente en un año como ese en el que aumentar el gasto en infraestructura y el gasto social tiene mucho sentido. Siempre y cuando esa mayor inversión y gasto se financie con el ahorro de las épocas de vacas gordas. Ahorro con el que no cuentan las finanzas del municipio. No tiene mucho sentido aumentar el gasto aumentando el recaudo de tributos del sector privado en un año en el que se espera se pasen aprietos.
La administración acaba de presentar su presupuesto para el año 2009 a consideración del Concejo municipal. Este presupuesto asciende a un billón 560.763 millones de pesos. Según el proyecto de acuerdo, esos egresos serán financiados por un incremento del 21% en los ingresos totales. La administración espera un aumento del 10% para el 2009 de los impuestos y sobretasas, entre los cuales están el impuesto de industria y comercio y la sobretasa a la gasolina. Por otro lado, los ingresos no tributarios se presupuestan aumentarán en 31%.
De acuerdo al presupuesto propuesto, el próximo año se inicia el cobro por valorización. Del cuál se espera recaudar unos $187,9 miles de millones. Mientras que por predial (sin incluir la Sobretasa Ambiental, ni la Sobretasa bomberil), se proyecta recibir $219,5 miles de millones; es decir el recaudo por valorización para el año 2009 será el 86% más de lo que se recibirá por predial.
Si bien es innegable la importancia de los 21 proyectos que se financiarán con el cobro por valorización, también es importante recordar que la última vez que se aplicó este cobro fue a partir de 1996. La mala coincidencia del cobro de valorización con una de las peores crisis económicas de la ciudad trajo como resultado una carga excesiva sobre los caleños y que las 27 obras que se tenía proyectadas en ese momento no se realizarán por completo. La pregunta, hoy que se encuentra en estudio este presupuesto, es ¿Será que estamos repitiendo la historia? ¿Vale la pena iniciar el cobro por valorización el próximo año?
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAIS (Otubre 10 de 2008)
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miércoles, 1 de octubre de 2008
La maraña de los impuestos en la Ciudad de Cali
En la actualidad los ingresos por tributos a nivel municipal provienen de cerca de 20 impuestos o sobretasas. Estos tributos se recaudan por razones tan disímiles que van desde aquel tributo que se cobra por el degüello de ganado menor hasta el que grava las actividades industriales, comerciales o de servicios realizadas dentro del municipio. De esos 20 tributos que se cobran a nivel municipal, tres de ellos concentran en promedio el 90,1% de los ingresos totales de Cali. Estos tres tributos son, en su orden de importancia: predial, industria y comercio y la sobretasa a la gasolina. Esta concentración de los ingresos en estos tres tributos es similar en los grandes y medianos municipios del país.
No obstante esta concentración, la cantidad de tributos municipales que recae sobre empresarios y ciudadanos es grande y su cobro depende de diferentes bases y tasas, haciendo de la estructura de los tributos municipales una maraña de decretos y acuerdos seguidos de diferentes modificaciones. Cumplir con esta cantidad de tributos y ‘seguirle la pista’ a sus respectivas modificaciones se torna en una labor relativamente complicada que implica sobrecostos a la actividad empresarial y hace más difícil a los ciudadanos cumplir con sus obligaciones. Asimismo, obtener la información relevante de las posibles exenciones a los tributos y sus respectivas vigencias se torna en una tarea de investigador privado.
Una manera de facilitar que los ciudadanos y empresarios cumplan sus obligaciones es brindar información transparente sobre la normatividad de cada uno de los tributos. Esto se logra de manera muy fácil, compilando toda la normatividad asociada a los tributos municipales en un estatuto tributario municipal.
El último intento que se presentó en Cali para facilitar el seguimiento y cumplimiento del pago de impuestos fue en 1999. Es decir, hace ya casi 10 años que la comunidad caleña no cuenta con una herramienta actualizada como ésta; y por supuesto en estos años se han realizado cambios en la reglamentación relevante. Cambios que se encuentran diseminados en decretos y acuerdos.
Si bien la existencia de un estatuto tributario municipal convencionalmente no se entiende como una ventaja comparativa de un municipio, es importante tener en cuenta que una herramienta como esta facilita la formalización de empresas, la transparencia en las reglas de juego y disminuye costos administrativos en las organizaciones. Las ventajas comparativas de un municipio no sólo se basan en la disponibilidad de recursos naturales, capital humano con la adecuada capacitación o infraestructura física; las ventajas comparativas de una ciudad también dependen de su claridad en las reglas de juego para sus empresarios.
Es momento que la Administración y el Concejo de nuestra ciudad se pongan a la par con otras ciudades del país y le faciliten a sus ciudadanos el acceso a la información de sus obligaciones tributarias del nivel municipal. En especial, cuando un estatuto tributario es una tarea que tiene un costo relativamente bajo y sólo requiere voluntad política para organizar la casa. Es importante entender que la competitividad de la ciudad no sólo pasa por nuevas obras de infraestructura, sino también por contar con herramientas que hagan transparente nuestra estructura tributaria, disminuyendo los costos de los empresarios.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAÍS DE LA CIUDAD DE CALI (Octubre 01 de 2008)
No obstante esta concentración, la cantidad de tributos municipales que recae sobre empresarios y ciudadanos es grande y su cobro depende de diferentes bases y tasas, haciendo de la estructura de los tributos municipales una maraña de decretos y acuerdos seguidos de diferentes modificaciones. Cumplir con esta cantidad de tributos y ‘seguirle la pista’ a sus respectivas modificaciones se torna en una labor relativamente complicada que implica sobrecostos a la actividad empresarial y hace más difícil a los ciudadanos cumplir con sus obligaciones. Asimismo, obtener la información relevante de las posibles exenciones a los tributos y sus respectivas vigencias se torna en una tarea de investigador privado.
Una manera de facilitar que los ciudadanos y empresarios cumplan sus obligaciones es brindar información transparente sobre la normatividad de cada uno de los tributos. Esto se logra de manera muy fácil, compilando toda la normatividad asociada a los tributos municipales en un estatuto tributario municipal.
El último intento que se presentó en Cali para facilitar el seguimiento y cumplimiento del pago de impuestos fue en 1999. Es decir, hace ya casi 10 años que la comunidad caleña no cuenta con una herramienta actualizada como ésta; y por supuesto en estos años se han realizado cambios en la reglamentación relevante. Cambios que se encuentran diseminados en decretos y acuerdos.
Si bien la existencia de un estatuto tributario municipal convencionalmente no se entiende como una ventaja comparativa de un municipio, es importante tener en cuenta que una herramienta como esta facilita la formalización de empresas, la transparencia en las reglas de juego y disminuye costos administrativos en las organizaciones. Las ventajas comparativas de un municipio no sólo se basan en la disponibilidad de recursos naturales, capital humano con la adecuada capacitación o infraestructura física; las ventajas comparativas de una ciudad también dependen de su claridad en las reglas de juego para sus empresarios.
Es momento que la Administración y el Concejo de nuestra ciudad se pongan a la par con otras ciudades del país y le faciliten a sus ciudadanos el acceso a la información de sus obligaciones tributarias del nivel municipal. En especial, cuando un estatuto tributario es una tarea que tiene un costo relativamente bajo y sólo requiere voluntad política para organizar la casa. Es importante entender que la competitividad de la ciudad no sólo pasa por nuevas obras de infraestructura, sino también por contar con herramientas que hagan transparente nuestra estructura tributaria, disminuyendo los costos de los empresarios.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN EL DIARIO EL PAÍS DE LA CIUDAD DE CALI (Octubre 01 de 2008)
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