La falta de movilidad martiriza a todos los ciudadanos de las grandes ciudades al hacer cada vez más complicado el desplazamiento al interior de estas. El problema de la falta de movilidad no es únicamente las molestias asociadas o el no poder emplear el carro; el problema es también económico.
Los trancones no sólo representan desplazamientos más costosos en tiempo, combustible, desgaste de los vehículos y más contaminación, sino que también representan mayor dificultad para realizar negocios y que la actividad económica florezca.
En los próximos días el norte y el oeste de la ciudad empezarán a experimentar una disminución en la movilidad aún mayora la que vivimos hoy, gracias al inicio de algunas obras. Esto agravará la situación de movilidad de toda la ciudad.
Los ciudadanos tendremos que resignarnos a los altos costos en tiempo y otros recursos que implicarán estas obras. Pero en este caso es importante tener en cuenta que la razón para aceptar esta disminución en la movilidad es permitir que en el mediano plazo los tiempos de desplazamiento disminuyan o por lo menos no sigan aumentando al ritmo que ha corrido los últimos años. Así, cuando estemos en los nuevos trancones tendremos que pensar que estamos invirtiendo nuestro tiempo y paciencia hoy, para tener una mejor movilidad en el mediano plazo. Ojalá esta inversión de recursos, de nuestro tiempo y paciencia traiga altos rendimientos en términos de mejor movilidad. El tiempo y la gestión de la administración y contratistas nos dirá si esa inversión valió la pena.
(Una versión de este artículo de opinión fué publicado en el Periodico quincenal El País Norte del 12 de agosto página 8.)
jueves, 16 de septiembre de 2010
lunes, 13 de septiembre de 2010
¿Adiós a la recesión en Estados Unidos?
La economía norteamericana tal vez es la economía que más indicadores emite semanalmente, y tal vez es la economía con la mayor cantidad de lupas encima. Literalmente todo el mundo sigue de cerca lo que ocurre con la economía de ese país y cualquier noticia imprevista puede desatar grandes movimientos de capitales en todo los mercados del mundo. Y no es para menos, nos guste o no, Estados Unidos sigue siendo la economía más grande del mundo y buena parte del motor de la economía global.
Esta semana que termina se publicaron diferentes indicadores que hacen pensar que el panorama de la economía norteamericana no es muy alegador para lo que falta del año. En especial el viernes salió a las luz pública el resultado de la evolución de los inventarios al por mayor. Esos inventarios crecieron en un 1,3% en julio, el crecimiento más grande en este indicador desde julio de 2008. Ese aumento es casi 3 veces más grande que lo que esperaban los analistas.
¿Qué implica este dato? Por un lado, cuando los inventarios aumentan es porque se produce más de lo que se vende. En otras palabras, las compañías estadounidenses estaban esperando un aumento de la demanda durante el verano que estimuló el crecimiento de la producción de ese país durante el primer semestre, pero el aumento de la demanda fue mucho menor del esperado. De esta manera la producción se fue a aumentar los inventarios.
Naturalmente, el aumento en los inventarios es un fenómeno que no puede sostenerse por mucho tiempo y lo común es que en los siguientes meses se presente una disminución de la producción para desacumular inventarios. El problema de esto es que el aumento de los inventarios explicó 37.5% del crecimiento de la economía nortermericana durante el segundo trimestres. En otras palabras, durante la segunda mitad del año, uno de los “motorcitos” del crecimiento de la economía norteamericana con seguridad desaparecerá. Y a menos que aparezca otro motorcito que remplace al crecimiento en los inventarios, no se podrá esperar un crecimiento parecido durante la segunda mitad de este año.
Esta información parece mostrar que el tímido vigor de la recuperación de la economía norteamericana está perdiendo impulso. Por otro lado, parece ser que las autoridades económicas se les está acabando el “arsenal” de armas para afrontar la caída de la economía norteamericana. Aún si la Fed redujera más las tasa de interés, eso no parece que hará alguna diferencia en los resultados futuros de la economía norteamericana. Y el efecto del paquete de estímulo fiscal se agotó y no parece existir una fórmula para aumentar el paquete de estimulo fiscal sin disparar aún más el déficit fiscal en ese país. El empleo no responde en ese país y el mercado inmobiliario no da señales claras de recuperación.
Así, el fin de la crisis parece aún estar algo lejos y empieza a crecer la probabilidad de que la economía norteamericana presente una nueva recaida, fenómeno conocido como una recesión en forma de “W”. De hecho, el profesor Nourier Rubini (quien pasó casi a la categoría de Gurú económico por ser de los pocos economistas que predigo la recesión de Estados Unidos) prevé que en estos momentos existe una probabilidad del 40% de una recaída (recesión en forma de “W”) frente a una probabilidad del 30% que se presentaba hace un mes. Y según sus estimaciones esa probabilidad parece tener una tendencia crecer.
Así, es muy difícil esperar una recuperación rápida y la posibilidad de una nueva caída en el crecimiento económico de la economía norteamericana aún no está alegada. Una recesión en forma de “W” es cada vez más posible en ese país.
(Una versión más corta de esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el DOmingo 12 de Septiembre de 2010)
Esta semana que termina se publicaron diferentes indicadores que hacen pensar que el panorama de la economía norteamericana no es muy alegador para lo que falta del año. En especial el viernes salió a las luz pública el resultado de la evolución de los inventarios al por mayor. Esos inventarios crecieron en un 1,3% en julio, el crecimiento más grande en este indicador desde julio de 2008. Ese aumento es casi 3 veces más grande que lo que esperaban los analistas.
¿Qué implica este dato? Por un lado, cuando los inventarios aumentan es porque se produce más de lo que se vende. En otras palabras, las compañías estadounidenses estaban esperando un aumento de la demanda durante el verano que estimuló el crecimiento de la producción de ese país durante el primer semestre, pero el aumento de la demanda fue mucho menor del esperado. De esta manera la producción se fue a aumentar los inventarios.
Naturalmente, el aumento en los inventarios es un fenómeno que no puede sostenerse por mucho tiempo y lo común es que en los siguientes meses se presente una disminución de la producción para desacumular inventarios. El problema de esto es que el aumento de los inventarios explicó 37.5% del crecimiento de la economía nortermericana durante el segundo trimestres. En otras palabras, durante la segunda mitad del año, uno de los “motorcitos” del crecimiento de la economía norteamericana con seguridad desaparecerá. Y a menos que aparezca otro motorcito que remplace al crecimiento en los inventarios, no se podrá esperar un crecimiento parecido durante la segunda mitad de este año.
Esta información parece mostrar que el tímido vigor de la recuperación de la economía norteamericana está perdiendo impulso. Por otro lado, parece ser que las autoridades económicas se les está acabando el “arsenal” de armas para afrontar la caída de la economía norteamericana. Aún si la Fed redujera más las tasa de interés, eso no parece que hará alguna diferencia en los resultados futuros de la economía norteamericana. Y el efecto del paquete de estímulo fiscal se agotó y no parece existir una fórmula para aumentar el paquete de estimulo fiscal sin disparar aún más el déficit fiscal en ese país. El empleo no responde en ese país y el mercado inmobiliario no da señales claras de recuperación.
Así, el fin de la crisis parece aún estar algo lejos y empieza a crecer la probabilidad de que la economía norteamericana presente una nueva recaida, fenómeno conocido como una recesión en forma de “W”. De hecho, el profesor Nourier Rubini (quien pasó casi a la categoría de Gurú económico por ser de los pocos economistas que predigo la recesión de Estados Unidos) prevé que en estos momentos existe una probabilidad del 40% de una recaída (recesión en forma de “W”) frente a una probabilidad del 30% que se presentaba hace un mes. Y según sus estimaciones esa probabilidad parece tener una tendencia crecer.
Así, es muy difícil esperar una recuperación rápida y la posibilidad de una nueva caída en el crecimiento económico de la economía norteamericana aún no está alegada. Una recesión en forma de “W” es cada vez más posible en ese país.
(Una versión más corta de esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el DOmingo 12 de Septiembre de 2010)
Etiquetas:
Crisis económica,
Estados Unidos,
inventarios.,
recesión en forma de W
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