En la década de los 60 Cali y el Valle vivieron la primera gran ola de inversión extranjera que transformó la ciudad y la región trascendentalmente. Después de esa década, la economía vallecaucana no fue la misma. El aparato productivo se modernizó y transformó en ejemplo de un proceso de industrialización a nivel nacional e internacional.
La pujanza de nuestra región durante los años 70 en gran medida se debe a la llegada de la inversión extranjera. Pero no sólo fue importante la apertura de nuevas plantas sino también el arribo a la región de nuevas prácticas empresariales y el desarrollo del capital humano en la región gracias a la presencia de las firmas extranjeras.
Lastimosamente la llegada de la inversión extranjera a nuestra región no continuó con el mismo ritmo y en la segunda parte de la década del 90 e inicios de este siglo la tendencia se revirtió y algunas empresas migraron de la región. Esto se produce en un momento en que la economía mundial presenta una tendencia a globalizarse y la inversión extranjera se hace aún más común alrededor del mundo de lo que había sido en las décadas anteriores. Sin embargo, es paradójico que en una época en que está de moda la inversión extranjera directa y en la que el país se ha vuelto atractivo para los inversionistas extranjeros, el Valle del Cauca no esté experimentando una avalancha de inversionistas.
Las ventajas de establecerse en el Valle del Cauca parecen casi obvias para los vallecaucanos. La proximidad a la cuenca del Pacífico y la cercanía a grandes mercados como los de Bogotá y Medellín, nuestra malla vial y la relativamente alta disponibilidad de mano de obra calificada en la región son evidentes. Pero lastimosamente, en el mundo competitivo de hoy, tener esas ventajas no es suficiente. Además se necesita un ambiente institucional propicio para que los inversionistas lleguen a la región, se necesita crear el ambiente de negocios adecuado y comunicarlo en todas las esquinas del mundo. El sector público, así como el privado, tiene que ponerse de acuerdo para facilitar la instalación de nuevas empresas y para promocionar la región.
Hoy en día, literalmente, todo el mundo se encuentra compitiendo por atraer inversión que genere empleo. Esto lo han entendido desde hace unos años ciudades como Bogotá, Medellín y Barranquilla. Por ejemplo, Barranquilla creo Pro Barranquilla, una institución privada para promocionar la ciudad y facilitar la llegada de inversión a la ciudad. En Medellín el sector público creo ACI Medellín y en Bogotá se constituyó una institución de carácter mixto Invest in Bogotá.
Los frutos de estas agencias de promoción no se han visto esperar. La inversión ha llegado a esas regiones con mayor dinamismo que a la nuestra. No basta con que estemos más cerca que esas ciudades de los mercados de los países de la cuenca del pacífico, no basta con tener la mejor infraestructura vial del país, no basta con tener una tradición de ser una región que acoge las migraciones. Es imperativo que nuestra región salga a vender sus bondades en todo el mundo, esta es la única forma que podremos recuperar las oportunidades de negocio que estamos perdiendo.
Tal vez la nueva agencia de promoción de Inversión del Valle del Cauca no será garantía de que llegué nuevas inversiones a la región y se genere de nuevo empleo de calidad. No obstante, esta nueva agencia sí llega en buen momento y nivela el terreno de juego. Terreno de juego que teníamos desnivelado en nuestra contra y en favor de Bogotá, Medellín y Barranquilla, por solo mencionar algunas ciudades del país.
En buena parte el futuro de nuestra región y del empleo productivo de la ciudad dependerá del éxito que tenga esta nueva agencia para promocionar nuestra región como un destino de inversión. Necesitamos una nueva ola de inversión para vivir nuevamente años de prosperidad y pujanza como se vivieron a principios de la década del 70.
(Este artículo de opinión fue publicado en el Diario el País de Cali el martes 19 de Octubre de 2010)
martes, 19 de octubre de 2010
jueves, 7 de octubre de 2010
Premio Nobel de economía 2010...se abren las apuestas.
Esta es la época del año en que los economistas del todo el mundo hacemos cábalas sobre quien o quienes serán los receptores del premio nobel en economía. Este próximo lunes 11 de octubre la Real Academia Sueca de Ciencias anunciará el ganador del premio más importante que puede recibir un economista.
Hasta la popular serie de los Simpsons, en el capítulo de estreno de la nueva temporada emitido el domingo pasado, en la primera escena tratan de adivinar el ganador de este Nobel. Según los escritores de los Simpsons el ganador sería Jagdish Bhagwati. Bhagwati es un economista indio muy conocido por su trabajo en el comercio exterior y su defensa del libre comercio.
En mi opinión, difícilmente los Simpsons acertarán en esta ocasión. El año pasado, la crisis económica y la caída de los mercados financieros parecen haber influenciado la elección de los ganadores de este premio. Parecía imposible otorgar el premio a un economista o un grupo de ellos que su trabajo estuviera relacionado con el libre mercado o con demostrar la eficiencia de los mercados. Así fueron elegidos como ganadores los profesores Ostrom y Williamson conocidos por sus aportes en estudiar cómo se realizan decisiones económicas por fuera de los mercados. Además la profesora Ostrom se convirtió en la primera mujer en ganar el premio Nobel.
Este año, parece muy probable que la elección del premio Nobel esté por la misma onda, fuera de temas en los que parecería los aportes de la teoría económica parecen quedarse cortos. Por ejemplo, difícilmente economistas que trabajen en modelos expliquen el desarrollo económico o el comportamiento de la economía como un todo. Es decir, economistas como Robert J. Barro (uno de los pioneros de la nueva macroeconomía clásica) o Paul Romer (más conocido por mostrar la importancia del cambio tecnológico en el crecimiento de la economía). Ni pensar en economistas que trabajan en mostrar y defender la eficiencia de los mercados financieros como Eugene Fama y Kenneth French, estos últimos tendrán que esperar por lo menos una década para ser reconsiderados como posibles receptores del premio.
Mi apuesta va por el lado de economistas que estudien fenómenos sociales o aspectos de la realidad que tradicionalmente no han sido galardonados. Por ejemplo, el profesor William Nordhaus conocido por su trabajo en economía ambiental en especial en entender y mitigar el calentamiento global por medio de herramientas económicas o el profesor Kevin M. Murphy por su trabajo pionero en temas como desigualdades salariales, demanda de empleo y retorno a la inversión en investigación médica.
En todo caso, acertar en el nuevo premio nobel en economía ha sido siempre una tarea difícil, y en especial el año pasado y este, adivinar el ganador se ha convertido en una tarea casi que imposible. La recesión del año anterior y la caída del mercado financiero han quitado del escenario una buena cantidad de candidatos naturales. Lo único cierto es que los economistas tendremos un par de días en los que la frivolidad de quien se convierte en el próximo premio Nobel nos distraerá un poco de discusiones más trascendentales sobre el futuro de la economía global y el dólar.
En el siguiente link se puede encontrar un interesante link a un sitio de apostadores https://www.ipredict.co.nz/app.php?do=browse&cat=99
Hasta la popular serie de los Simpsons, en el capítulo de estreno de la nueva temporada emitido el domingo pasado, en la primera escena tratan de adivinar el ganador de este Nobel. Según los escritores de los Simpsons el ganador sería Jagdish Bhagwati. Bhagwati es un economista indio muy conocido por su trabajo en el comercio exterior y su defensa del libre comercio.
En mi opinión, difícilmente los Simpsons acertarán en esta ocasión. El año pasado, la crisis económica y la caída de los mercados financieros parecen haber influenciado la elección de los ganadores de este premio. Parecía imposible otorgar el premio a un economista o un grupo de ellos que su trabajo estuviera relacionado con el libre mercado o con demostrar la eficiencia de los mercados. Así fueron elegidos como ganadores los profesores Ostrom y Williamson conocidos por sus aportes en estudiar cómo se realizan decisiones económicas por fuera de los mercados. Además la profesora Ostrom se convirtió en la primera mujer en ganar el premio Nobel.
Este año, parece muy probable que la elección del premio Nobel esté por la misma onda, fuera de temas en los que parecería los aportes de la teoría económica parecen quedarse cortos. Por ejemplo, difícilmente economistas que trabajen en modelos expliquen el desarrollo económico o el comportamiento de la economía como un todo. Es decir, economistas como Robert J. Barro (uno de los pioneros de la nueva macroeconomía clásica) o Paul Romer (más conocido por mostrar la importancia del cambio tecnológico en el crecimiento de la economía). Ni pensar en economistas que trabajan en mostrar y defender la eficiencia de los mercados financieros como Eugene Fama y Kenneth French, estos últimos tendrán que esperar por lo menos una década para ser reconsiderados como posibles receptores del premio.
Mi apuesta va por el lado de economistas que estudien fenómenos sociales o aspectos de la realidad que tradicionalmente no han sido galardonados. Por ejemplo, el profesor William Nordhaus conocido por su trabajo en economía ambiental en especial en entender y mitigar el calentamiento global por medio de herramientas económicas o el profesor Kevin M. Murphy por su trabajo pionero en temas como desigualdades salariales, demanda de empleo y retorno a la inversión en investigación médica.
En todo caso, acertar en el nuevo premio nobel en economía ha sido siempre una tarea difícil, y en especial el año pasado y este, adivinar el ganador se ha convertido en una tarea casi que imposible. La recesión del año anterior y la caída del mercado financiero han quitado del escenario una buena cantidad de candidatos naturales. Lo único cierto es que los economistas tendremos un par de días en los que la frivolidad de quien se convierte en el próximo premio Nobel nos distraerá un poco de discusiones más trascendentales sobre el futuro de la economía global y el dólar.
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¿Quitar ceros a los billetes?
En el congreso están en trámite varios proyectos de Ley que tienen implicaciones fiscales y que podrían tener efecto sobre las finanzas públicas del país. Entre estos proyectos está el de la creación del Nuevo peso colombiano. Este proyecto de Ley tiene como objetivo crear una nueva moneda para Colombia. La idea es quitarle 3 ceros a todos los precios, facturas, monedas y billetes. Así, de ser aprobado el proyecto de Ley, un salario mensual de 1,000,000 de pesos sería de 1,000 nuevos pesos y por ejemplo un billete de 50 mil pesos sería remplazado por un billete de 50 nuevos pesos.
Este tipo de medidas usualmente se implementan en países que tienen fuertes procesos inflacionarios en los cuales los precios crecen tanto que la cantidad de ceros hacen inmanejable cualquier cálculo cotidiano. La medida se emplea convencionalmente para disminuir los costos en que incurren los ciudadanos para llevar la contabilidad y para simplificar la vida. En otros casos, se emplea como una medida desesperada para frenar la inflación. Para no ir muy lejos, México adoptó una medida similar a partir del primero de enero de 1993, tras experimentar una fuerte inflación durante los años ochenta y no poder realizar sus pagos de deuda externa en 1982. Por otro lado, nuestro vecino Venezuela estrenó el Bolívar fuerte el primero de enero de 2008. En últimas, el Bolívar fuerte implicó lo mismo que se espera con el proyecto de Ley en Colombia, quitarle tres ceros a todos los precios. Bueno, y la historia de la economía venezolana es bien conocida. La verdad no parece que este cambio haya cambiado algo sustancial en el maltrecho aparato productivo del vecino o haya frenado la inflación relativamente alta.
¿Es conveniente esta medida para Colombia? ¿Para qué la medida? La verdad es que si se adopta la medida no es para disminuir la inflación. El crecimiento de los precios está controlado. ¿Para facilitar el cálculo de las personas y la contabilidad? Puede ser. Pero, ¿vale la pena?
Según un estudio reciente del Banco de la República, la medida tendría un costo de 22 mil millones de pesos. Estos costos implican la elaboración de nuevas planchas para los nuevos billetes y la impresión de los mismos, así como nuevos moldes para las monedas y la acuñación de éstas. También las campañas educativas para explicarle a toda la ciudadanía lo que ocurrirá y que realmente no tendrá muchos efectos prácticos. Si la Ley fuese aprobada, con seguridad se necesitarán un período de dos a cuatro años para que se realice finalmente la transición entre el peso actual y el nuevo peso colombiano. En ese periodo estaríamos empleando los billetes y monedas actuales y los nuevos sin los tres ceros. Esto podrá causar alguna confusión, pero finalmente nos acostumbraremos.
De hecho, si hay un momento adecuado para hacer el cambio y quitar los tres ceros sería ahora. Pero me surgen varias preguntas. ¿No sería mejor que el congreso discutieras proyectos de Ley que resuelva problemas estructurales de la economía colombiana? ¿Esos de 22 mil millones de pesos no estarían mejor invertidos en otros asuntos? ¿A caso no hay otros problemas más apremiantes como el empleo o la revaluación? La verdad no es claro porque el Congreso tiene que destinar su tiempo a una Ley tan inocua cuando existen otras prioridades y reformas estructurales prioritarias.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 7 de octubre de 2010)
Este tipo de medidas usualmente se implementan en países que tienen fuertes procesos inflacionarios en los cuales los precios crecen tanto que la cantidad de ceros hacen inmanejable cualquier cálculo cotidiano. La medida se emplea convencionalmente para disminuir los costos en que incurren los ciudadanos para llevar la contabilidad y para simplificar la vida. En otros casos, se emplea como una medida desesperada para frenar la inflación. Para no ir muy lejos, México adoptó una medida similar a partir del primero de enero de 1993, tras experimentar una fuerte inflación durante los años ochenta y no poder realizar sus pagos de deuda externa en 1982. Por otro lado, nuestro vecino Venezuela estrenó el Bolívar fuerte el primero de enero de 2008. En últimas, el Bolívar fuerte implicó lo mismo que se espera con el proyecto de Ley en Colombia, quitarle tres ceros a todos los precios. Bueno, y la historia de la economía venezolana es bien conocida. La verdad no parece que este cambio haya cambiado algo sustancial en el maltrecho aparato productivo del vecino o haya frenado la inflación relativamente alta.
¿Es conveniente esta medida para Colombia? ¿Para qué la medida? La verdad es que si se adopta la medida no es para disminuir la inflación. El crecimiento de los precios está controlado. ¿Para facilitar el cálculo de las personas y la contabilidad? Puede ser. Pero, ¿vale la pena?
Según un estudio reciente del Banco de la República, la medida tendría un costo de 22 mil millones de pesos. Estos costos implican la elaboración de nuevas planchas para los nuevos billetes y la impresión de los mismos, así como nuevos moldes para las monedas y la acuñación de éstas. También las campañas educativas para explicarle a toda la ciudadanía lo que ocurrirá y que realmente no tendrá muchos efectos prácticos. Si la Ley fuese aprobada, con seguridad se necesitarán un período de dos a cuatro años para que se realice finalmente la transición entre el peso actual y el nuevo peso colombiano. En ese periodo estaríamos empleando los billetes y monedas actuales y los nuevos sin los tres ceros. Esto podrá causar alguna confusión, pero finalmente nos acostumbraremos.
De hecho, si hay un momento adecuado para hacer el cambio y quitar los tres ceros sería ahora. Pero me surgen varias preguntas. ¿No sería mejor que el congreso discutieras proyectos de Ley que resuelva problemas estructurales de la economía colombiana? ¿Esos de 22 mil millones de pesos no estarían mejor invertidos en otros asuntos? ¿A caso no hay otros problemas más apremiantes como el empleo o la revaluación? La verdad no es claro porque el Congreso tiene que destinar su tiempo a una Ley tan inocua cuando existen otras prioridades y reformas estructurales prioritarias.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 7 de octubre de 2010)
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jueves, 16 de septiembre de 2010
(La movilidad) Un asunto económico
La falta de movilidad martiriza a todos los ciudadanos de las grandes ciudades al hacer cada vez más complicado el desplazamiento al interior de estas. El problema de la falta de movilidad no es únicamente las molestias asociadas o el no poder emplear el carro; el problema es también económico.
Los trancones no sólo representan desplazamientos más costosos en tiempo, combustible, desgaste de los vehículos y más contaminación, sino que también representan mayor dificultad para realizar negocios y que la actividad económica florezca.
En los próximos días el norte y el oeste de la ciudad empezarán a experimentar una disminución en la movilidad aún mayora la que vivimos hoy, gracias al inicio de algunas obras. Esto agravará la situación de movilidad de toda la ciudad.
Los ciudadanos tendremos que resignarnos a los altos costos en tiempo y otros recursos que implicarán estas obras. Pero en este caso es importante tener en cuenta que la razón para aceptar esta disminución en la movilidad es permitir que en el mediano plazo los tiempos de desplazamiento disminuyan o por lo menos no sigan aumentando al ritmo que ha corrido los últimos años. Así, cuando estemos en los nuevos trancones tendremos que pensar que estamos invirtiendo nuestro tiempo y paciencia hoy, para tener una mejor movilidad en el mediano plazo. Ojalá esta inversión de recursos, de nuestro tiempo y paciencia traiga altos rendimientos en términos de mejor movilidad. El tiempo y la gestión de la administración y contratistas nos dirá si esa inversión valió la pena.
(Una versión de este artículo de opinión fué publicado en el Periodico quincenal El País Norte del 12 de agosto página 8.)
Los trancones no sólo representan desplazamientos más costosos en tiempo, combustible, desgaste de los vehículos y más contaminación, sino que también representan mayor dificultad para realizar negocios y que la actividad económica florezca.
En los próximos días el norte y el oeste de la ciudad empezarán a experimentar una disminución en la movilidad aún mayora la que vivimos hoy, gracias al inicio de algunas obras. Esto agravará la situación de movilidad de toda la ciudad.
Los ciudadanos tendremos que resignarnos a los altos costos en tiempo y otros recursos que implicarán estas obras. Pero en este caso es importante tener en cuenta que la razón para aceptar esta disminución en la movilidad es permitir que en el mediano plazo los tiempos de desplazamiento disminuyan o por lo menos no sigan aumentando al ritmo que ha corrido los últimos años. Así, cuando estemos en los nuevos trancones tendremos que pensar que estamos invirtiendo nuestro tiempo y paciencia hoy, para tener una mejor movilidad en el mediano plazo. Ojalá esta inversión de recursos, de nuestro tiempo y paciencia traiga altos rendimientos en términos de mejor movilidad. El tiempo y la gestión de la administración y contratistas nos dirá si esa inversión valió la pena.
(Una versión de este artículo de opinión fué publicado en el Periodico quincenal El País Norte del 12 de agosto página 8.)
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lunes, 13 de septiembre de 2010
¿Adiós a la recesión en Estados Unidos?
La economía norteamericana tal vez es la economía que más indicadores emite semanalmente, y tal vez es la economía con la mayor cantidad de lupas encima. Literalmente todo el mundo sigue de cerca lo que ocurre con la economía de ese país y cualquier noticia imprevista puede desatar grandes movimientos de capitales en todo los mercados del mundo. Y no es para menos, nos guste o no, Estados Unidos sigue siendo la economía más grande del mundo y buena parte del motor de la economía global.
Esta semana que termina se publicaron diferentes indicadores que hacen pensar que el panorama de la economía norteamericana no es muy alegador para lo que falta del año. En especial el viernes salió a las luz pública el resultado de la evolución de los inventarios al por mayor. Esos inventarios crecieron en un 1,3% en julio, el crecimiento más grande en este indicador desde julio de 2008. Ese aumento es casi 3 veces más grande que lo que esperaban los analistas.
¿Qué implica este dato? Por un lado, cuando los inventarios aumentan es porque se produce más de lo que se vende. En otras palabras, las compañías estadounidenses estaban esperando un aumento de la demanda durante el verano que estimuló el crecimiento de la producción de ese país durante el primer semestre, pero el aumento de la demanda fue mucho menor del esperado. De esta manera la producción se fue a aumentar los inventarios.
Naturalmente, el aumento en los inventarios es un fenómeno que no puede sostenerse por mucho tiempo y lo común es que en los siguientes meses se presente una disminución de la producción para desacumular inventarios. El problema de esto es que el aumento de los inventarios explicó 37.5% del crecimiento de la economía nortermericana durante el segundo trimestres. En otras palabras, durante la segunda mitad del año, uno de los “motorcitos” del crecimiento de la economía norteamericana con seguridad desaparecerá. Y a menos que aparezca otro motorcito que remplace al crecimiento en los inventarios, no se podrá esperar un crecimiento parecido durante la segunda mitad de este año.
Esta información parece mostrar que el tímido vigor de la recuperación de la economía norteamericana está perdiendo impulso. Por otro lado, parece ser que las autoridades económicas se les está acabando el “arsenal” de armas para afrontar la caída de la economía norteamericana. Aún si la Fed redujera más las tasa de interés, eso no parece que hará alguna diferencia en los resultados futuros de la economía norteamericana. Y el efecto del paquete de estímulo fiscal se agotó y no parece existir una fórmula para aumentar el paquete de estimulo fiscal sin disparar aún más el déficit fiscal en ese país. El empleo no responde en ese país y el mercado inmobiliario no da señales claras de recuperación.
Así, el fin de la crisis parece aún estar algo lejos y empieza a crecer la probabilidad de que la economía norteamericana presente una nueva recaida, fenómeno conocido como una recesión en forma de “W”. De hecho, el profesor Nourier Rubini (quien pasó casi a la categoría de Gurú económico por ser de los pocos economistas que predigo la recesión de Estados Unidos) prevé que en estos momentos existe una probabilidad del 40% de una recaída (recesión en forma de “W”) frente a una probabilidad del 30% que se presentaba hace un mes. Y según sus estimaciones esa probabilidad parece tener una tendencia crecer.
Así, es muy difícil esperar una recuperación rápida y la posibilidad de una nueva caída en el crecimiento económico de la economía norteamericana aún no está alegada. Una recesión en forma de “W” es cada vez más posible en ese país.
(Una versión más corta de esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el DOmingo 12 de Septiembre de 2010)
Esta semana que termina se publicaron diferentes indicadores que hacen pensar que el panorama de la economía norteamericana no es muy alegador para lo que falta del año. En especial el viernes salió a las luz pública el resultado de la evolución de los inventarios al por mayor. Esos inventarios crecieron en un 1,3% en julio, el crecimiento más grande en este indicador desde julio de 2008. Ese aumento es casi 3 veces más grande que lo que esperaban los analistas.
¿Qué implica este dato? Por un lado, cuando los inventarios aumentan es porque se produce más de lo que se vende. En otras palabras, las compañías estadounidenses estaban esperando un aumento de la demanda durante el verano que estimuló el crecimiento de la producción de ese país durante el primer semestre, pero el aumento de la demanda fue mucho menor del esperado. De esta manera la producción se fue a aumentar los inventarios.
Naturalmente, el aumento en los inventarios es un fenómeno que no puede sostenerse por mucho tiempo y lo común es que en los siguientes meses se presente una disminución de la producción para desacumular inventarios. El problema de esto es que el aumento de los inventarios explicó 37.5% del crecimiento de la economía nortermericana durante el segundo trimestres. En otras palabras, durante la segunda mitad del año, uno de los “motorcitos” del crecimiento de la economía norteamericana con seguridad desaparecerá. Y a menos que aparezca otro motorcito que remplace al crecimiento en los inventarios, no se podrá esperar un crecimiento parecido durante la segunda mitad de este año.
Esta información parece mostrar que el tímido vigor de la recuperación de la economía norteamericana está perdiendo impulso. Por otro lado, parece ser que las autoridades económicas se les está acabando el “arsenal” de armas para afrontar la caída de la economía norteamericana. Aún si la Fed redujera más las tasa de interés, eso no parece que hará alguna diferencia en los resultados futuros de la economía norteamericana. Y el efecto del paquete de estímulo fiscal se agotó y no parece existir una fórmula para aumentar el paquete de estimulo fiscal sin disparar aún más el déficit fiscal en ese país. El empleo no responde en ese país y el mercado inmobiliario no da señales claras de recuperación.
Así, el fin de la crisis parece aún estar algo lejos y empieza a crecer la probabilidad de que la economía norteamericana presente una nueva recaida, fenómeno conocido como una recesión en forma de “W”. De hecho, el profesor Nourier Rubini (quien pasó casi a la categoría de Gurú económico por ser de los pocos economistas que predigo la recesión de Estados Unidos) prevé que en estos momentos existe una probabilidad del 40% de una recaída (recesión en forma de “W”) frente a una probabilidad del 30% que se presentaba hace un mes. Y según sus estimaciones esa probabilidad parece tener una tendencia crecer.
Así, es muy difícil esperar una recuperación rápida y la posibilidad de una nueva caída en el crecimiento económico de la economía norteamericana aún no está alegada. Una recesión en forma de “W” es cada vez más posible en ese país.
(Una versión más corta de esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el DOmingo 12 de Septiembre de 2010)
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miércoles, 11 de agosto de 2010
Exportadores deben actuar con cautela
Pese a los anuncios del restablecimiento de las relaciones comerciales con Venezuela, el gran problema para normalizar esos acuerdos, desde el punto de vista colombiano, es la credibilidad que tenga cualquier anuncio del gobierno del presidente Hugo Chávez.
Aunque imagino que los industriales tomaran este anuncio con bastante cautela, es de esperar que los hechos ratifiquen lo que se ha dicho al término del encuentro de ayer entre los presidentes de Colombia y Venezuela.
Primero que todo, hay que tener en cuenta que hasta que no se salden las deudas con los exportadores colombianos no es creíble que vaya a crecer el comercio entre las dos naciones, así el presidente Hugo Chávez lo diga. Ningún empresario va a arriesgar su capital de trabajo exportando si no le van a pagar. Y lo que vaya a pasar de aquí a los próximos seis meses 0 un año dependerá mucho de la eficacia de la comisi6n para saldar esas deudas.
En eso será muy importante la primera comisión, que se encargará del pago de la deuda y el reimpulso de las relaciones comerciales, porque de ello dependerá el rumbo del comercio del lado colombiano hacia Venezuela.
Si eso se soluciona y se aclara, no veo ningún inconveniente para que el comercio fluya de nuevo hacia ese país. Porque el aparato productivo colombiano sigui6 funcionando y el venezolano está colapsado. De hecho, prácticamente la mayoría de los bienes de consumo masivo disponibles en los mercados de Venezuela son importados y el surtidor natural es Colombia. Por lo tanto no creo difícil restablecer los canales de distribución.
Ahora, el otro aspecto importante, es que debimos aprender la lección sobre lo necesario que es diversificar los mercados; no pensar en el venezolano únicamente. Creo que esa lección fue asimilada por los productores colombianos y de ahora en adelante ningún industrial nacional va a poner todos los huevos en esa sola canasta.
Lastimosamente, la institucionalidad venezolana es muy pobre y el poder está concentrado úricamente en la figura del Presidente, razón por la cual es imposible blindar los vínculos comerciales. Por eso cuando el presidente Chávez decide cortar las relaciones comerciales con Colombia, se cortan de un día para otro.
En lo que tiene que ver con el comercio de frontera, con seguridad a partir de hoy ya queda normalizado; porque es un comercio que se ve afectado s610 por las trabas administrativas, por las dificultades que les impongan a los colombianos y venezolanos para pasar de un lado a otro de la frontera y que no se les arrebate o les sean incautadas sus mercancías en el paso de un lado a otro.
(Este asrtículo de opinión fué publicado en el períodico El País de Cali el día 11 de agosto de 2010)
Aunque imagino que los industriales tomaran este anuncio con bastante cautela, es de esperar que los hechos ratifiquen lo que se ha dicho al término del encuentro de ayer entre los presidentes de Colombia y Venezuela.
Primero que todo, hay que tener en cuenta que hasta que no se salden las deudas con los exportadores colombianos no es creíble que vaya a crecer el comercio entre las dos naciones, así el presidente Hugo Chávez lo diga. Ningún empresario va a arriesgar su capital de trabajo exportando si no le van a pagar. Y lo que vaya a pasar de aquí a los próximos seis meses 0 un año dependerá mucho de la eficacia de la comisi6n para saldar esas deudas.
En eso será muy importante la primera comisión, que se encargará del pago de la deuda y el reimpulso de las relaciones comerciales, porque de ello dependerá el rumbo del comercio del lado colombiano hacia Venezuela.
Si eso se soluciona y se aclara, no veo ningún inconveniente para que el comercio fluya de nuevo hacia ese país. Porque el aparato productivo colombiano sigui6 funcionando y el venezolano está colapsado. De hecho, prácticamente la mayoría de los bienes de consumo masivo disponibles en los mercados de Venezuela son importados y el surtidor natural es Colombia. Por lo tanto no creo difícil restablecer los canales de distribución.
Ahora, el otro aspecto importante, es que debimos aprender la lección sobre lo necesario que es diversificar los mercados; no pensar en el venezolano únicamente. Creo que esa lección fue asimilada por los productores colombianos y de ahora en adelante ningún industrial nacional va a poner todos los huevos en esa sola canasta.
Lastimosamente, la institucionalidad venezolana es muy pobre y el poder está concentrado úricamente en la figura del Presidente, razón por la cual es imposible blindar los vínculos comerciales. Por eso cuando el presidente Chávez decide cortar las relaciones comerciales con Colombia, se cortan de un día para otro.
En lo que tiene que ver con el comercio de frontera, con seguridad a partir de hoy ya queda normalizado; porque es un comercio que se ve afectado s610 por las trabas administrativas, por las dificultades que les impongan a los colombianos y venezolanos para pasar de un lado a otro de la frontera y que no se les arrebate o les sean incautadas sus mercancías en el paso de un lado a otro.
(Este asrtículo de opinión fué publicado en el períodico El País de Cali el día 11 de agosto de 2010)
miércoles, 28 de julio de 2010
La economía va bien, pero el empleo va mal.
En su último discurso ante el Congreso, el presidente Uribe dijo que Colombia estaba de Moda. Y parece que los mercados le están dando la razón, basta con recordar la nueva sigla de moda: STIC para denotar mercados atractivos como Sur Africa, Turkia, Indonesia y Colombia. Sigla que en los mercados internacionales parece estar desplazando el sex-appeal de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Los dos últimos cuatrenios han cambiado la vida económica del país, para bien o para mal. Nadie duda que la seguridad es uno de los activos que le quedan a la sociedad colombiana y que han permitido tener tasas de inversión impensables hace 10 años. Las exenciones tributarias y los contratos de estabilidad tributaria han permitido que los capitales regresen al país y que en estos momentos Colombia se encuentre de “Moda” entre los inversionistas.
Pero el gran lunar del desempeño económico del país está en el empleo. Precisamente, el empleo es el nexo entre el nivel de actividad económica y el bienestar de los individuos. Si una economía produce mucho, esa producción solo será accesible a los individuos si estos tienen poder de compra gracias a sus ingresos fruto de los puestos de trabajo.
En nuestra ciudad, especialmente el empleo es un problema delicado que será el mayor reto de la nueva administración. Cuando Uribe llegó a la presidencia, la tasa de desempleo estaba en 16.3% y al final de su primer gobierno la tasa era del 12.0%. Ahora, al final de su segundo mandato, la tasa de desempleo llega al 14.6%. Estas cifras son muy parecidas a lo que ocurrió en todo el país y parecen ser relativamente buenas. Pero el problema no está en la tasa de desempleo, está en el subempleo.
Los subempleados son los empleados que tienen un puesto que no necesariamente corresponde a las expectativas del trabajador, ni ofrece condiciones que permitan el mejoramiento de la calidad de vida del empleado. El subempleo es reflejo de la incapacidad del mercado de trabajo para satisfacer los requerimientos de la fuerza laboral en términos del número de horas, salario o cualificación de la labor. Así, el subempleo comprende a las personas que desean y están disponibles para trabajar bajo condiciones "más adecuadas" que se ajusten a sus expectativas.
El DANE mide el subempleo de dos maneras: el subempleo subjetivo y el objetivo. El subempleo subjetivo toma en cuenta el simple deseo manifestado por el trabajador de mejorar sus ingresos, el número de horas trabajadas o tener una labor acorde con sus competencias personales. En el caso de Cali, el subempleo subjetivo pasó del 32.2% al inicio de la primer periodo de Uribe al 42.4% en mayo de 2010. Por otro lado, considerando las 13 principales ciudades, la tasa de subempleo subjetivo pasó de 33.9% a 30.7%, para el mismo periodo. Es decir, en Cali aumentó mientras que en Colombia disminuyó.
Por otro lado, el subempleo objetivo comprende a aquellos trabajadores quienes tienen el deseo de mejorar sus ingresos, pero además han hecho una gestión para materializar su aspiración y están en disposición de efectuar el cambio. En Cali, la tasa de subempleo objetivo pasó de 14.0% al 18.5%, durante los ocho años de la era Uribe. Para las 13 principales ciudades, esta misma tasa de subempleo pasó de 10.2% al 13.4%.
En otras palabras, no importa cómo se mida el subempleo, este fenómeno viene aumentando en la ciudad de Cali y es más grave que a nivel nacional. De hecho, la tasa de subempleo objetivo de Cali es la más grande de las 24 ciudades que mide el DANE. Y la tasa de subempleo objetivo es muy superior al total nacional. Ese es parte de la herencia que le queda a Cali de estos ocho años.
Es importante reconocer que el empleo no es única responsabilidad del gobierno nacional, sino también de los locales, pero claramente en Cali está pasando algo grave con el empleo que amerita la atención del gobierno nacional.
Durante la década de los ochenta era muy común escuchar la expresión “la economía va bien pero el país va mal”. Esa expresión estaba relacionada con el hecho que la economía colombiana crecía mientras que en el vecindario las demás economías se veían en grandes aprietos. Hoy la expresión la podríamos cambiar a “la economía va bien, pero el empleo va mal”. Y esa es nuestra realidad local hoy. Para que la moda de los STIC se transforme en bienestar para los caleños falta trabajar en el frente del empleo.
(Una versión de esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el 22 de junio de 2010)
Los dos últimos cuatrenios han cambiado la vida económica del país, para bien o para mal. Nadie duda que la seguridad es uno de los activos que le quedan a la sociedad colombiana y que han permitido tener tasas de inversión impensables hace 10 años. Las exenciones tributarias y los contratos de estabilidad tributaria han permitido que los capitales regresen al país y que en estos momentos Colombia se encuentre de “Moda” entre los inversionistas.
Pero el gran lunar del desempeño económico del país está en el empleo. Precisamente, el empleo es el nexo entre el nivel de actividad económica y el bienestar de los individuos. Si una economía produce mucho, esa producción solo será accesible a los individuos si estos tienen poder de compra gracias a sus ingresos fruto de los puestos de trabajo.
En nuestra ciudad, especialmente el empleo es un problema delicado que será el mayor reto de la nueva administración. Cuando Uribe llegó a la presidencia, la tasa de desempleo estaba en 16.3% y al final de su primer gobierno la tasa era del 12.0%. Ahora, al final de su segundo mandato, la tasa de desempleo llega al 14.6%. Estas cifras son muy parecidas a lo que ocurrió en todo el país y parecen ser relativamente buenas. Pero el problema no está en la tasa de desempleo, está en el subempleo.
Los subempleados son los empleados que tienen un puesto que no necesariamente corresponde a las expectativas del trabajador, ni ofrece condiciones que permitan el mejoramiento de la calidad de vida del empleado. El subempleo es reflejo de la incapacidad del mercado de trabajo para satisfacer los requerimientos de la fuerza laboral en términos del número de horas, salario o cualificación de la labor. Así, el subempleo comprende a las personas que desean y están disponibles para trabajar bajo condiciones "más adecuadas" que se ajusten a sus expectativas.
El DANE mide el subempleo de dos maneras: el subempleo subjetivo y el objetivo. El subempleo subjetivo toma en cuenta el simple deseo manifestado por el trabajador de mejorar sus ingresos, el número de horas trabajadas o tener una labor acorde con sus competencias personales. En el caso de Cali, el subempleo subjetivo pasó del 32.2% al inicio de la primer periodo de Uribe al 42.4% en mayo de 2010. Por otro lado, considerando las 13 principales ciudades, la tasa de subempleo subjetivo pasó de 33.9% a 30.7%, para el mismo periodo. Es decir, en Cali aumentó mientras que en Colombia disminuyó.
Por otro lado, el subempleo objetivo comprende a aquellos trabajadores quienes tienen el deseo de mejorar sus ingresos, pero además han hecho una gestión para materializar su aspiración y están en disposición de efectuar el cambio. En Cali, la tasa de subempleo objetivo pasó de 14.0% al 18.5%, durante los ocho años de la era Uribe. Para las 13 principales ciudades, esta misma tasa de subempleo pasó de 10.2% al 13.4%.
En otras palabras, no importa cómo se mida el subempleo, este fenómeno viene aumentando en la ciudad de Cali y es más grave que a nivel nacional. De hecho, la tasa de subempleo objetivo de Cali es la más grande de las 24 ciudades que mide el DANE. Y la tasa de subempleo objetivo es muy superior al total nacional. Ese es parte de la herencia que le queda a Cali de estos ocho años.
Es importante reconocer que el empleo no es única responsabilidad del gobierno nacional, sino también de los locales, pero claramente en Cali está pasando algo grave con el empleo que amerita la atención del gobierno nacional.
Durante la década de los ochenta era muy común escuchar la expresión “la economía va bien pero el país va mal”. Esa expresión estaba relacionada con el hecho que la economía colombiana crecía mientras que en el vecindario las demás economías se veían en grandes aprietos. Hoy la expresión la podríamos cambiar a “la economía va bien, pero el empleo va mal”. Y esa es nuestra realidad local hoy. Para que la moda de los STIC se transforme en bienestar para los caleños falta trabajar en el frente del empleo.
(Una versión de esta columna de opinión fue publicada en el diario el País de Cali el 22 de junio de 2010)
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sábado, 29 de mayo de 2010
A proposito de la primera vuelta...
Tras una pregunta de una periodista sobre las propuestas de los candidatos, esta fué mi respuesta.
".....Igual opina Julio César Alonso, director del Centro de Investigaciones en Economía y Finanzas de la Universidad Icesi, Cienfi, quien aseguró que el candidato que diga que no va a tocar los impuestos tendría necesariamente que reducir sus gastos.
“Y reducir gastos en un país como el nuestro es bastante difícil porque muchas de las responsabilidades del Estado son constitucionales y no se pueden recortar. Los giros a las regiones en temas como salud y educación son intocables y hacen parte de las mayores asignaciones del Presupuesto que deben hacer los gobiernos”, señaló. "
Tomado del País de Cali, ver nota completa en el siguiente link: Se necesitan más impuestos.
".....Igual opina Julio César Alonso, director del Centro de Investigaciones en Economía y Finanzas de la Universidad Icesi, Cienfi, quien aseguró que el candidato que diga que no va a tocar los impuestos tendría necesariamente que reducir sus gastos.
“Y reducir gastos en un país como el nuestro es bastante difícil porque muchas de las responsabilidades del Estado son constitucionales y no se pueden recortar. Los giros a las regiones en temas como salud y educación son intocables y hacen parte de las mayores asignaciones del Presupuesto que deben hacer los gobiernos”, señaló. "
Tomado del País de Cali, ver nota completa en el siguiente link: Se necesitan más impuestos.
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Motores del PIB y el empleo en Cali
La construcción (incluyendo las obras civiles) representa el 21,2% del PIB de Cali, mientras que en Bogotá este sector representa el 5,1% y en Colombia 5,7%. De hecho, la construcción ha sido uno de los sectores más dinámicos de la economía caleña en los últimos años, lo que ha permitido que la economía de la ciudad se haya recuperado y presente los mismos niveles de dinamismo que se presentaban a principios de los 90.
Por otro lado, el comercio representa el 10,7% del PIB, este peso es similar a lo que pasa en Colombia y en Bogotá. Así, entre el sector de la construcción y el comercio tenemos hoy el 31,7% del PIB de la ciudad.
Pero lo que ocurra con el PIB no tiene impacto sobre los hogares caleños si éste no se traduce en empleo.
Según el Dane, los sectores económicos que más generan empleo en el área de Cali y Yumbo son el comercio, hoteles y restaurantes (31,3%), los servicios (23,11%), la industria (17,64%) y la construcción y las actividades inmobiliarias (15,9%).
De esta manera, tanto en términos de PIB como de empleo, la construcción y el comercio son sectores vitales para Cali. En el corto y mediano plazos, aumentar los 1.066.000 ocupados de la ciudad dependerá de lo que ocurra en estos dos sectores.
La buena noticia es que la construcción parece tener buenas perspectivas, así como el comercio. Esto trae buenos vientos para el empleo que se generará en la ciudad
(esta columna de opinión fue publicada en el diario El País de Cali el 28 de Mayo de 2010)
Por otro lado, el comercio representa el 10,7% del PIB, este peso es similar a lo que pasa en Colombia y en Bogotá. Así, entre el sector de la construcción y el comercio tenemos hoy el 31,7% del PIB de la ciudad.
Pero lo que ocurra con el PIB no tiene impacto sobre los hogares caleños si éste no se traduce en empleo.
Según el Dane, los sectores económicos que más generan empleo en el área de Cali y Yumbo son el comercio, hoteles y restaurantes (31,3%), los servicios (23,11%), la industria (17,64%) y la construcción y las actividades inmobiliarias (15,9%).
De esta manera, tanto en términos de PIB como de empleo, la construcción y el comercio son sectores vitales para Cali. En el corto y mediano plazos, aumentar los 1.066.000 ocupados de la ciudad dependerá de lo que ocurra en estos dos sectores.
La buena noticia es que la construcción parece tener buenas perspectivas, así como el comercio. Esto trae buenos vientos para el empleo que se generará en la ciudad
(esta columna de opinión fue publicada en el diario El País de Cali el 28 de Mayo de 2010)
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miércoles, 26 de mayo de 2010
Eurozona y los hogares vallecaucanos
La caída de la bolsa de Nueva York, y demás bolsas alrededor del mundo, en los últimos días son una clara señal de que los esfuerzos de la Unión Europea por rescatar inicialmente a Grecia y más recientemente a Portugal y España no tienen contentos a los mercados.
Las deudas crecientes de Portugal y España, están poniendo en jaque la recuperación de la economía de Estados Unidos y de carambola la economía global. La pregunta más importante en estos momentos es ¿en qué medida la situación fiscal y el fuerte ajuste que tendrán que realizar estos tres países europeos se trasmitirá a nuestra economía?
Uno de esos mecanismos de trasmisión que se deberán monitorear con cuidado por su impacto social son las remesas. Es decir, los dineros que los colombianos que han migrado a otros países envían a sus familiares en Colombia.
En especial, las remesas hacen parte del presupuesto de numerosos hogares colombianos y en especial del Valle. Según un estudio del Banco de la República, el 73% de los giros se realizan mensualmente y en su mayoría son empleados para la compra de alimentos, servicios públicos y alquiler de vivienda (en un 68% del total de las remesas).
Por otro lado, las cifras del Banco de la República muestra que para 2009 el 43.9% de las remesas provenían de España y el 32.4% de EE.UU. Así, para una buena parte de los hogares vallecaucanos, lo que ocurra con las finanzas públicas de España y en Wall Street se convierte en un asunto de supervivencia.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario El País de la ciudad de Cali el 24 de mayo)
Las deudas crecientes de Portugal y España, están poniendo en jaque la recuperación de la economía de Estados Unidos y de carambola la economía global. La pregunta más importante en estos momentos es ¿en qué medida la situación fiscal y el fuerte ajuste que tendrán que realizar estos tres países europeos se trasmitirá a nuestra economía?
Uno de esos mecanismos de trasmisión que se deberán monitorear con cuidado por su impacto social son las remesas. Es decir, los dineros que los colombianos que han migrado a otros países envían a sus familiares en Colombia.
En especial, las remesas hacen parte del presupuesto de numerosos hogares colombianos y en especial del Valle. Según un estudio del Banco de la República, el 73% de los giros se realizan mensualmente y en su mayoría son empleados para la compra de alimentos, servicios públicos y alquiler de vivienda (en un 68% del total de las remesas).
Por otro lado, las cifras del Banco de la República muestra que para 2009 el 43.9% de las remesas provenían de España y el 32.4% de EE.UU. Así, para una buena parte de los hogares vallecaucanos, lo que ocurra con las finanzas públicas de España y en Wall Street se convierte en un asunto de supervivencia.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario El País de la ciudad de Cali el 24 de mayo)
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martes, 13 de abril de 2010
Colcha de retazos (Los impuestos en Cali)
Hace dos semanas la Administración Municipal presentó un proyecto de acuerdo para exonerar a asociaciones, fundaciones y corporaciones sin ánimo de lucro del pago del impuesto de espectáculos públicos. Un “retazo” más para la colcha de impuestos, sobretasas y exenciones que se encuentran regadas en una gran cantidad de acuerdos municipales. Muy seguramente, la exención solicitada es justa y necesaria. Pero es apenas razonable la reacción del Concejo Municipal al reclamar una mirada más integral a las finanzas públicas y no permitir reformas a cuentagotas.
La Comisión de Presupuesto reclamó un proyecto de estatuto tributario para poder estudiar la exención y pidió que se presente lo más pronto posible. De hecho, la misma Administración ya había prometido el año pasado la presentación del mismo y se esperaba que a finales de marzo se presentara el proyecto. Tras la reacción del Concejo, la Administración terminó retirando la propuesta. ¿Por qué es importante un estatuto tributario?
Hoy, en nuestra ciudad no es fácil entender esas señales. No es fácil saber que tributos se le debe pagar al Municipio y mucho menos determinar cómo se liquidan. En la actualidad, Cali tiene alrededor de 20 impuestos o sobretasas que gravan las actividades económicas de la ciudad. La cantidad de tributos municipales es grande y su cobro depende de diferentes bases y tasas, haciendo de la estructura de los tributos locales una colcha de retazos de decretos y acuerdos seguidos de diferentes modificaciones. Cumplir con esta cantidad de tributos y ‘seguirle la pista’ a sus respectivas modificaciones se torna en una labor complicada que implica sobrecostos a la actividad empresarial y hace difícil a los ciudadanos cumplir con sus obligaciones. Asimismo, obtener la información relevante de las exenciones disponibles para diferentes actividades y sus respectivas vigencias se torna en una tarea de investigador privado. Esto se refleja en rankings de competitividad, como el del ‘Doing Business Report’ que clasificó a Cali en la posición 20 de 21 ciudades comparadas en Colombia.
Una manera de facilitar que los ciudadanos y empresarios cumplan sus obligaciones es brindar información transparente sobre la normatividad de cada uno de los tributos. Esto se logra de manera muy fácil, compilando toda la normatividad asociada a los tributos locales en un estatuto tributario municipal. El último estatuto tributario de Cali fue construido en 1999. Es decir, tenemos un estatuto tributario de más de 10 años y por supuesto que en estos años se han realizado cambios en la reglamentación. Cambios que se encuentran diseminados en decretos y acuerdos.
Un nuevo estatuto tributario para Cali era una de las primeras tareas en materia fiscal que tenía esta Administración. Ahora al final de su período, esta debería dejar la tarea hecha para que el futuro gobierno no tenga que concentrarse en eso. Ya es hora que se haga la tarea, porque quien sufre las consecuencias es la ciudad. Ojalá este incidente con el Concejo implique que empezarán a trabajar en el nuevo estatuto tributario.
Es momento que la Alcaldía y el Concejo se pongan a la par con otras ciudades del país. En especial, cuando un estatuto tributario es una tarea que tiene un costo bajo y sólo requiere voluntad política para organizar la casa. Es importante entender que la competitividad de la ciudad no sólo pasa por nuevas obras de infraestructura, sino también por contar con herramientas que hagan transparente nuestra estructura tributaria, disminuyendo los costos de los empresarios.
(Este artículo de opinión fué publicado en el períodico El País de la ciudad de Cali el 12 de abril de 2010)
La Comisión de Presupuesto reclamó un proyecto de estatuto tributario para poder estudiar la exención y pidió que se presente lo más pronto posible. De hecho, la misma Administración ya había prometido el año pasado la presentación del mismo y se esperaba que a finales de marzo se presentara el proyecto. Tras la reacción del Concejo, la Administración terminó retirando la propuesta. ¿Por qué es importante un estatuto tributario?
Hoy, en nuestra ciudad no es fácil entender esas señales. No es fácil saber que tributos se le debe pagar al Municipio y mucho menos determinar cómo se liquidan. En la actualidad, Cali tiene alrededor de 20 impuestos o sobretasas que gravan las actividades económicas de la ciudad. La cantidad de tributos municipales es grande y su cobro depende de diferentes bases y tasas, haciendo de la estructura de los tributos locales una colcha de retazos de decretos y acuerdos seguidos de diferentes modificaciones. Cumplir con esta cantidad de tributos y ‘seguirle la pista’ a sus respectivas modificaciones se torna en una labor complicada que implica sobrecostos a la actividad empresarial y hace difícil a los ciudadanos cumplir con sus obligaciones. Asimismo, obtener la información relevante de las exenciones disponibles para diferentes actividades y sus respectivas vigencias se torna en una tarea de investigador privado. Esto se refleja en rankings de competitividad, como el del ‘Doing Business Report’ que clasificó a Cali en la posición 20 de 21 ciudades comparadas en Colombia.
Una manera de facilitar que los ciudadanos y empresarios cumplan sus obligaciones es brindar información transparente sobre la normatividad de cada uno de los tributos. Esto se logra de manera muy fácil, compilando toda la normatividad asociada a los tributos locales en un estatuto tributario municipal. El último estatuto tributario de Cali fue construido en 1999. Es decir, tenemos un estatuto tributario de más de 10 años y por supuesto que en estos años se han realizado cambios en la reglamentación. Cambios que se encuentran diseminados en decretos y acuerdos.
Un nuevo estatuto tributario para Cali era una de las primeras tareas en materia fiscal que tenía esta Administración. Ahora al final de su período, esta debería dejar la tarea hecha para que el futuro gobierno no tenga que concentrarse en eso. Ya es hora que se haga la tarea, porque quien sufre las consecuencias es la ciudad. Ojalá este incidente con el Concejo implique que empezarán a trabajar en el nuevo estatuto tributario.
Es momento que la Alcaldía y el Concejo se pongan a la par con otras ciudades del país. En especial, cuando un estatuto tributario es una tarea que tiene un costo bajo y sólo requiere voluntad política para organizar la casa. Es importante entender que la competitividad de la ciudad no sólo pasa por nuevas obras de infraestructura, sino también por contar con herramientas que hagan transparente nuestra estructura tributaria, disminuyendo los costos de los empresarios.
(Este artículo de opinión fué publicado en el períodico El País de la ciudad de Cali el 12 de abril de 2010)
lunes, 15 de marzo de 2010
Construcción y Comercio impulsan la economía caleña
La construcción y el comercio son los sectores más importantes para dinamizar la economía de nuestra ciudad.
La construcción de centros comerciales en Cali ha venido creciendo rápidamente durante los últimos años y están surgiendo nuevos proyectos que hacen pensar que el sector comercio seguirá en expansión en la ciudad, así como la construcción. Buenas noticias para la economía de la ciudad.
La construcción, en casi 20 años ha venido ganando terreno en la economía de la ciudad, pasando de una participación del 15,8% del PIB en 1990 a representar algo más de la quinta parte de la economía de Cali. Esto ha convertido a la construcción en uno de los sectores más importantes para dinamizar la economía de nuestra ciudad.
En especial, es uno de los sectores más importantes de la economía caleña. En la capital del Valle, la construcción (incluyendo las obras civiles) representa el 21.2% del PIB municipal, mientras que en Bogotá este sector representa el 5.1% y en Colombia el 5.7%.
De hecho, ha sido uno de los sectores más dinámicos de la economía caleña en los últimos años, lo que ha permitido que la economía de la ciudad se haya recuperado y presente los mismos niveles de dinamismo que se registraban a principios de los 90.
Por otro lado, el comercio en los últimos 20 años pasó de tener una participación en el PIB de 5,6% a una del 10,7%, este peso es similar a lo que pasa en Colombia y en Bogotá. Así, entre el sector de la construcción y el comercio tenemos hoy el 31,7% del PIB de la ciudad.
Esta participación mayor de los sectores de la construcción y del comercio es producto del cambio de la estructura productiva de Cali, que ha pasado de una ciudad industrial a una donde los servicios generan mayor valor agregado. Este es un proceso natural en su madurez y no parece tener marcha atrás.
De hecho, buena parte de la recuperación económica durante la segunda mitad de esta década se debe a la construcción y al comercio. Pero si bien el presente de estos dos sectores es importante, su futuro parece ser igual de importante. Los planes de construir nuevos proyectos destinados al uso comercial es una buena noticia.
La apuesta de las grandes cadenas de superficies y de cadenas internacionales en la ciudad se está poniendo más seria. De esta manera, estos planes demuestran que la confianza de los inversionistas está retornando a Cali. Afortunadamente, estos nuevos proyectos estarán generando nuevos puestos de empleo en el sector de la construcción en los próximos años.
Según el censo de edificaciones del Dane, divulgado en días pasados, en Cali el área construida para el comercio creció 7,1% en el último trimestre del año pasado. Por otro lado, en Bogotá, el área construida para el comercio sólo creció 1,8% para el mismo periodo y en Medellín y Barranquilla el área destinada al comercio cayó 19,4% y 11,5%, respectivamente. Así, el dinamismo de la construcción de edificaciones dedicadas al comercio seguirá con esta dinámica interesante en la ciudad de Cali.
Estos nuevos proyectos implicarán en un mediano plazo la posibilidad de más plazas de trabajo en el sector comercio y mayor competencia en el comercio caleño. Estas son buenas noticias para la ciudad.
(Este artículo de opinión fué publicado el 14 de marzo de 2010 en el diario El País de la ciudad de Cali)
La construcción de centros comerciales en Cali ha venido creciendo rápidamente durante los últimos años y están surgiendo nuevos proyectos que hacen pensar que el sector comercio seguirá en expansión en la ciudad, así como la construcción. Buenas noticias para la economía de la ciudad.
La construcción, en casi 20 años ha venido ganando terreno en la economía de la ciudad, pasando de una participación del 15,8% del PIB en 1990 a representar algo más de la quinta parte de la economía de Cali. Esto ha convertido a la construcción en uno de los sectores más importantes para dinamizar la economía de nuestra ciudad.
En especial, es uno de los sectores más importantes de la economía caleña. En la capital del Valle, la construcción (incluyendo las obras civiles) representa el 21.2% del PIB municipal, mientras que en Bogotá este sector representa el 5.1% y en Colombia el 5.7%.
De hecho, ha sido uno de los sectores más dinámicos de la economía caleña en los últimos años, lo que ha permitido que la economía de la ciudad se haya recuperado y presente los mismos niveles de dinamismo que se registraban a principios de los 90.
Por otro lado, el comercio en los últimos 20 años pasó de tener una participación en el PIB de 5,6% a una del 10,7%, este peso es similar a lo que pasa en Colombia y en Bogotá. Así, entre el sector de la construcción y el comercio tenemos hoy el 31,7% del PIB de la ciudad.
Esta participación mayor de los sectores de la construcción y del comercio es producto del cambio de la estructura productiva de Cali, que ha pasado de una ciudad industrial a una donde los servicios generan mayor valor agregado. Este es un proceso natural en su madurez y no parece tener marcha atrás.
De hecho, buena parte de la recuperación económica durante la segunda mitad de esta década se debe a la construcción y al comercio. Pero si bien el presente de estos dos sectores es importante, su futuro parece ser igual de importante. Los planes de construir nuevos proyectos destinados al uso comercial es una buena noticia.
La apuesta de las grandes cadenas de superficies y de cadenas internacionales en la ciudad se está poniendo más seria. De esta manera, estos planes demuestran que la confianza de los inversionistas está retornando a Cali. Afortunadamente, estos nuevos proyectos estarán generando nuevos puestos de empleo en el sector de la construcción en los próximos años.
Según el censo de edificaciones del Dane, divulgado en días pasados, en Cali el área construida para el comercio creció 7,1% en el último trimestre del año pasado. Por otro lado, en Bogotá, el área construida para el comercio sólo creció 1,8% para el mismo periodo y en Medellín y Barranquilla el área destinada al comercio cayó 19,4% y 11,5%, respectivamente. Así, el dinamismo de la construcción de edificaciones dedicadas al comercio seguirá con esta dinámica interesante en la ciudad de Cali.
Estos nuevos proyectos implicarán en un mediano plazo la posibilidad de más plazas de trabajo en el sector comercio y mayor competencia en el comercio caleño. Estas son buenas noticias para la ciudad.
(Este artículo de opinión fué publicado el 14 de marzo de 2010 en el diario El País de la ciudad de Cali)
martes, 9 de marzo de 2010
El desempleo en Cali no cede
Se requiere de una estrategia exitosa para que la desocupación disminuya y se logren puestos de trabajo de calidad.
El empleo es el nexo entre el nivel de actividad económica y el bienestar de los individuos. Si una economía produce mucho, esa producción solo será accesible si los individuos tienen poder de compra gracias a sus ingresos fruto de los puestos de trabajo.
El Dane divulgó las cifras del mercado laboral. En Cali, encontramos que la tasa de desempleo disminuyó en enero del 2010, si comparamos con el mismo mes del 2009, pasando de 14.1% a 12.8%. Si bien esta tasa es menor, es importante resaltar aspectos preocupantes de subemepleo.
Los subempleados son quienes tienen un puesto que no necesariamente corresponde a las expectativas del trabajador, ni ofrece condiciones que permitan el mejoramiento de su calidad de vida. El subempleo es reflejo de la incapacidad del mercado para satisfacer los requerimientos de la fuerza laboral en términos de horarios, salario o cualificación. Así, el subempleo comprende a quienes desean trabajar bajo condiciones más ajustadas a sus expectativas.
El Dane mide el subempleo de dos maneras: subjetivo y el objetivo.
El subempleo subjetivo toma en cuenta el deseo manifestado por el trabajador de mejorar sus ingresos, su horario o de tener una labor acorde con sus competencias. En Cali, el subempleo subjetivo pasó del 32.9% en enero del 2009 a 37.1% en enero del 2010.
Por otro lado, el subempleo objetivo comprende a aquellos que tienen el deseo de mejorar sus ingresos y han hecho una gestión para ello y están en disposición de efectuar el cambio. En Cali, la tasa de subempleo objetivo pasó de 27.6% a 30.2%.
La tasa de subemeplo objetivo de Cali es la más grande de las 24 ciudades que mide el Dane. Y la tasa de subempleo objetivo es muy superior al total nacional y solamente superada por cuatro de las 24 ciudades medidas (Pasto, Popayán, Ibagué y Riohacha.
Es más, entre enero del 2009 y enero del 2010, según el Dane, existen 57.000 ocupados más en Cali. Pero lo interesante es que existen 68.000 más subemeplados subjetivos y 62.000 subemeplados objetivos más.
Así, las cosas el tipo de empleo que se está generando en la ciudad no parece estar respondiendo a las necesidades de nuestra fuerza laboral. Esta es una situación preocupante. Necesitamos crear empleos, pero no cualquier tipo de empleo, sino empleos dignos y que correspondan a las expectativas de la fuerza de trabajo.
Esto requiere una estrategia agresiva de la administración local. No podemos quedarnos cruzados de manos para esperar que la recuperación de la economía se traduzca en nuevos empleos para los caleños. De hecho es necesario crear el clima de negocios adecuado para permitir la creación de nuevos puestos de trabajo y la mejora de los que existen actualmente.
La política de generación de empleo de la administración local no es clara y si existe no parece estar generando los resultados deseados. Por ejemplo, el ‘Doing Business Report’ publicado por el Banco Mundial para nuestro país, ubica a Cali en la posición 20 de 21 ciudades comparadas. Esto se refleja en las cifras de empleo. En la ciudad urge una política clara de generación de empleo y de fomento de la actividad económica.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario El País de Cali el 9 de marzo de 2009)
El empleo es el nexo entre el nivel de actividad económica y el bienestar de los individuos. Si una economía produce mucho, esa producción solo será accesible si los individuos tienen poder de compra gracias a sus ingresos fruto de los puestos de trabajo.
El Dane divulgó las cifras del mercado laboral. En Cali, encontramos que la tasa de desempleo disminuyó en enero del 2010, si comparamos con el mismo mes del 2009, pasando de 14.1% a 12.8%. Si bien esta tasa es menor, es importante resaltar aspectos preocupantes de subemepleo.
Los subempleados son quienes tienen un puesto que no necesariamente corresponde a las expectativas del trabajador, ni ofrece condiciones que permitan el mejoramiento de su calidad de vida. El subempleo es reflejo de la incapacidad del mercado para satisfacer los requerimientos de la fuerza laboral en términos de horarios, salario o cualificación. Así, el subempleo comprende a quienes desean trabajar bajo condiciones más ajustadas a sus expectativas.
El Dane mide el subempleo de dos maneras: subjetivo y el objetivo.
El subempleo subjetivo toma en cuenta el deseo manifestado por el trabajador de mejorar sus ingresos, su horario o de tener una labor acorde con sus competencias. En Cali, el subempleo subjetivo pasó del 32.9% en enero del 2009 a 37.1% en enero del 2010.
Por otro lado, el subempleo objetivo comprende a aquellos que tienen el deseo de mejorar sus ingresos y han hecho una gestión para ello y están en disposición de efectuar el cambio. En Cali, la tasa de subempleo objetivo pasó de 27.6% a 30.2%.
La tasa de subemeplo objetivo de Cali es la más grande de las 24 ciudades que mide el Dane. Y la tasa de subempleo objetivo es muy superior al total nacional y solamente superada por cuatro de las 24 ciudades medidas (Pasto, Popayán, Ibagué y Riohacha.
Es más, entre enero del 2009 y enero del 2010, según el Dane, existen 57.000 ocupados más en Cali. Pero lo interesante es que existen 68.000 más subemeplados subjetivos y 62.000 subemeplados objetivos más.
Así, las cosas el tipo de empleo que se está generando en la ciudad no parece estar respondiendo a las necesidades de nuestra fuerza laboral. Esta es una situación preocupante. Necesitamos crear empleos, pero no cualquier tipo de empleo, sino empleos dignos y que correspondan a las expectativas de la fuerza de trabajo.
Esto requiere una estrategia agresiva de la administración local. No podemos quedarnos cruzados de manos para esperar que la recuperación de la economía se traduzca en nuevos empleos para los caleños. De hecho es necesario crear el clima de negocios adecuado para permitir la creación de nuevos puestos de trabajo y la mejora de los que existen actualmente.
La política de generación de empleo de la administración local no es clara y si existe no parece estar generando los resultados deseados. Por ejemplo, el ‘Doing Business Report’ publicado por el Banco Mundial para nuestro país, ubica a Cali en la posición 20 de 21 ciudades comparadas. Esto se refleja en las cifras de empleo. En la ciudad urge una política clara de generación de empleo y de fomento de la actividad económica.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario El País de Cali el 9 de marzo de 2009)
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miércoles, 3 de marzo de 2010
Las replicas económicas del Terremoto
La globalización implica que lo que ocurra en un país afecte el resto del mundo y viceversa. Esto significa por ejemplo que lo que ocurra en un país como Chile tendrá efecto en Colombia. Chile es uno de los países del mundo más integrados con el comercio exterior, cuenta con alrededor de 33 acuerdos comerciales o tratados de libre comercios con diferentes países o regiones del mundo. Entre esos tratados se encuentra el TLC con Colombia que entró en vigencia el 08 de mayo de 2009.
El TLC entre Chile y Colombia ha permitido consolidar la relación económica entre los dos países. En enero de este año Chile se convirtió en el segundo destino de nuestras exportaciones, detrás de Estados Unidos. En otras palabras, Chile desplazó a nuestro socio natural Venezuela y de esta manera, el aumento de las exportaciones a Chile ha evitado que se presente una debacle en las exportaciones colombianas, después de los inconvenientes con nuestros vecinos.
Por otro lado, Colombia se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los inversionistas chilenos, siendo el tercero más importante en 2008 y el y el cuarto en 2009. Al mismo tiempo, las empresas colombianas llegan cada vez más con inversiones a Chile; por ejemplo: ISA, Terpel y Manuelita.
A finales de los ochenta y principios de la década de los 90, Chile realizó los ajustes estructurales en su economía que permitieron que este país se convirtiera en el ejemplo a seguir. Hoy, ese país austral es el paradigma de un país relativamente pequeño que le saca provecho a la globalización. Su infraestructura vial, portuaria y de telecomunicaciones, unida a sus instituciones convierten a Chile en uno de los países más competitivos del mundo.
En esta oportunidad, las instituciones chilenas enfrenta su mayor reto, reconstruir al país después del desastre natural del fin de semana pasado. Si bien es temprano para determinar la magnitud de los daños causados por el sismo, es innegable que la infraestructura de transporte ha sufrido y la comunicación terrestre entre las diferentes regiones y los puertos se han visto afectadas.
Después que se terminen las tareas de rescate y búsqueda de víctimas, Chile necesitará enfocar todos sus esfuerzos en la reconstrucción de su infraestructura económica. Afortunadamente, Chile ha ahorrado durante sus vacas gordas para las vacas flacas. Hoy el gobierno chileno cuenta con un muy buen colchón: el fondo del cobre. En ese fondo los chilenos ahorraron buena parte de los ingresos que se percibieron por la gran bonanza en el precio del cobre de los primeros años de esta década. Ese fondo será la mejor fuente de financiación de la reconstrucción de ese país. Así, si bien en el corto plazo Chile podrá enfrentar una caída en sus exportaciones, en el mediano plazo ese país podrá reconstruir su infraestructura y recobrar su senda de crecimiento.
En cuanto a Colombia, en el corto plazo se presentarán dos efectos directos. Primero, la fuente y creciente inversión que provenía de Chile se verá afectada. Muy seguramente en 2010 no veremos el mismo dinamismo que se observó en los últimos años y esto disminuirá el flujo nada despreciable de inversión extranjera proveniente de Chile.
Por otro lado, experimentaremos una caída de nuestras exportaciones. Ahora que nuestros exportadores habían logrado remplazar a nuestro Venezuela con Chile como destino, se presenta esta catástrofe. Esto implicará la necesidad de reenfocar los esfuerzos a otros mercados y ratificar la necesidad de continuar en la diversificación de los destinos de nuestras exportaciones.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 3 de Marzo de 2010)
El TLC entre Chile y Colombia ha permitido consolidar la relación económica entre los dos países. En enero de este año Chile se convirtió en el segundo destino de nuestras exportaciones, detrás de Estados Unidos. En otras palabras, Chile desplazó a nuestro socio natural Venezuela y de esta manera, el aumento de las exportaciones a Chile ha evitado que se presente una debacle en las exportaciones colombianas, después de los inconvenientes con nuestros vecinos.
Por otro lado, Colombia se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los inversionistas chilenos, siendo el tercero más importante en 2008 y el y el cuarto en 2009. Al mismo tiempo, las empresas colombianas llegan cada vez más con inversiones a Chile; por ejemplo: ISA, Terpel y Manuelita.
A finales de los ochenta y principios de la década de los 90, Chile realizó los ajustes estructurales en su economía que permitieron que este país se convirtiera en el ejemplo a seguir. Hoy, ese país austral es el paradigma de un país relativamente pequeño que le saca provecho a la globalización. Su infraestructura vial, portuaria y de telecomunicaciones, unida a sus instituciones convierten a Chile en uno de los países más competitivos del mundo.
En esta oportunidad, las instituciones chilenas enfrenta su mayor reto, reconstruir al país después del desastre natural del fin de semana pasado. Si bien es temprano para determinar la magnitud de los daños causados por el sismo, es innegable que la infraestructura de transporte ha sufrido y la comunicación terrestre entre las diferentes regiones y los puertos se han visto afectadas.
Después que se terminen las tareas de rescate y búsqueda de víctimas, Chile necesitará enfocar todos sus esfuerzos en la reconstrucción de su infraestructura económica. Afortunadamente, Chile ha ahorrado durante sus vacas gordas para las vacas flacas. Hoy el gobierno chileno cuenta con un muy buen colchón: el fondo del cobre. En ese fondo los chilenos ahorraron buena parte de los ingresos que se percibieron por la gran bonanza en el precio del cobre de los primeros años de esta década. Ese fondo será la mejor fuente de financiación de la reconstrucción de ese país. Así, si bien en el corto plazo Chile podrá enfrentar una caída en sus exportaciones, en el mediano plazo ese país podrá reconstruir su infraestructura y recobrar su senda de crecimiento.
En cuanto a Colombia, en el corto plazo se presentarán dos efectos directos. Primero, la fuente y creciente inversión que provenía de Chile se verá afectada. Muy seguramente en 2010 no veremos el mismo dinamismo que se observó en los últimos años y esto disminuirá el flujo nada despreciable de inversión extranjera proveniente de Chile.
Por otro lado, experimentaremos una caída de nuestras exportaciones. Ahora que nuestros exportadores habían logrado remplazar a nuestro Venezuela con Chile como destino, se presenta esta catástrofe. Esto implicará la necesidad de reenfocar los esfuerzos a otros mercados y ratificar la necesidad de continuar en la diversificación de los destinos de nuestras exportaciones.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 3 de Marzo de 2010)
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miércoles, 17 de febrero de 2010
Nos estamos quedando atrás (Clima de Negocios en Cali)
La competitividad de una ciudad depende de su infraestructura, de sus servicios públicos, de la movilidad, del acceso a los puertos y de la calidad y calificación de su recurso humano, entre muchos otros aspectos. Pero tal vez uno de los aspectos más importantes para la competitividad de una ciudad es su clima de negocios.
El Banco mundial publicó la segunda versión del “Doing Business Report” a nivel de ciudades para nuestro país, y los resultados de Cali no podían ser más malos. En el 2008 cuando sólo se consideraron 13 ciudades, Cali se ubicaba en el puesto 4. En 2010, de 21 ciudades comparadas, el índice que clasifica la facilidad para hacer negocios la colocó en la posición 20.
Esta caída en el índice prende las alarmas, algo no anda bien en el clima de negocios de la ciudad. Si bien, según el Banco Mundial los descensos en el ranking pudieron presentarse por la inclusión de ocho nuevas ciudades con regulaciones “muy competitivas” a la hora de crear negocios, esta posición penúltima requiere un análisis profundo.
El índice mide cinco aspectos para el caso de la Cali: apertura de una empresa, obtención de permisos de construcción, registro de propiedades, pago de impuestos, cumplimiento de contratos.
En cuanto a la apertura de empresas, Cali pasó del puesto 5 en 2008 al 9 en 2010. Si bien el número de procedimientos y de días, así como los costos, para abrir una nueva empresa, disminuyeron en la ciudad, en otras capitales disminuyeron aún más, lo que hace que la ciudad no sea más líder en este aspecto.
En el registro de inmuebles, la ciudad pasó del puesto 3 en 2008 al 6 en 2010. En este caso, el número procedimientos y de días y el costo no cambió mucho entre los dos años, pero otras ciudades disminuyeron drásticamente estos indicadores.
En el caso del pago de los impuestos, Cali pasó de la posición 5 a la 11 en 2010. Otra vez, en Cali no cambiaron mucho las condiciones, pero otras ciudades mejoraron en facilidades, menor tiempo y costos extras asociados al pago de los impuestos.
Así, los resultados muestran dos cosas. Primero, en la mayoría de los casos no se ha empeorado frente al 2008, pero otras ciudades han mejorado más que Cali. Esto hace que la ciudad pierda competitividad frente al resto del país. La ciudad se está quedando atrás, las mejoras deben ser continuas y no puntuales.
Segundo, las áreas evaluadas no dependen únicamente de las administraciones municipales, sino también de las administraciones departamentales y del mismo nivel nacional. Así, pareciera que en 19 de las otras ciudades evaluadas la coordinación entre las autoridades locales, departamentales y nacionales ha sido mejor .
Estas estadísticas no hacen otra cosa sino hacer visible la dificultad relativa que están experimentando los empresarios caleños. Naturalmente estas realidades se reflejan en la creación de empleo formal y en las altas tasas de desempleo que se presentan en nuestra ciudad.
(Este artículo fue publicado en el diario el PAIS de la ciudad de Cali el 17 de enero de 2010)
El Banco mundial publicó la segunda versión del “Doing Business Report” a nivel de ciudades para nuestro país, y los resultados de Cali no podían ser más malos. En el 2008 cuando sólo se consideraron 13 ciudades, Cali se ubicaba en el puesto 4. En 2010, de 21 ciudades comparadas, el índice que clasifica la facilidad para hacer negocios la colocó en la posición 20.
Esta caída en el índice prende las alarmas, algo no anda bien en el clima de negocios de la ciudad. Si bien, según el Banco Mundial los descensos en el ranking pudieron presentarse por la inclusión de ocho nuevas ciudades con regulaciones “muy competitivas” a la hora de crear negocios, esta posición penúltima requiere un análisis profundo.
El índice mide cinco aspectos para el caso de la Cali: apertura de una empresa, obtención de permisos de construcción, registro de propiedades, pago de impuestos, cumplimiento de contratos.
En cuanto a la apertura de empresas, Cali pasó del puesto 5 en 2008 al 9 en 2010. Si bien el número de procedimientos y de días, así como los costos, para abrir una nueva empresa, disminuyeron en la ciudad, en otras capitales disminuyeron aún más, lo que hace que la ciudad no sea más líder en este aspecto.
En el registro de inmuebles, la ciudad pasó del puesto 3 en 2008 al 6 en 2010. En este caso, el número procedimientos y de días y el costo no cambió mucho entre los dos años, pero otras ciudades disminuyeron drásticamente estos indicadores.
En el caso del pago de los impuestos, Cali pasó de la posición 5 a la 11 en 2010. Otra vez, en Cali no cambiaron mucho las condiciones, pero otras ciudades mejoraron en facilidades, menor tiempo y costos extras asociados al pago de los impuestos.
Así, los resultados muestran dos cosas. Primero, en la mayoría de los casos no se ha empeorado frente al 2008, pero otras ciudades han mejorado más que Cali. Esto hace que la ciudad pierda competitividad frente al resto del país. La ciudad se está quedando atrás, las mejoras deben ser continuas y no puntuales.
Segundo, las áreas evaluadas no dependen únicamente de las administraciones municipales, sino también de las administraciones departamentales y del mismo nivel nacional. Así, pareciera que en 19 de las otras ciudades evaluadas la coordinación entre las autoridades locales, departamentales y nacionales ha sido mejor .
Estas estadísticas no hacen otra cosa sino hacer visible la dificultad relativa que están experimentando los empresarios caleños. Naturalmente estas realidades se reflejan en la creación de empleo formal y en las altas tasas de desempleo que se presentan en nuestra ciudad.
(Este artículo fue publicado en el diario el PAIS de la ciudad de Cali el 17 de enero de 2010)
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domingo, 10 de enero de 2010
¿Dividir la comuna 22 de la ciudad? (Versión algo más larga)
En los últimos días ha tomado fuerza la idea de algunos líderes de la comuna 22 de crear un municipio aparte. Este artículo es mi opinión un poco más amplia al respecto. La versión breve fue publicada en el diario el País de Cali el domingo 10 de enero de 2010.
El informe sobre el desarrollo mundial del Banco Mundial de 2009, tiene unas conclusiones interesantes para la ciudad de Cali. El crecimiento económico será desequilibrado. De hecho, tratar de dispersar la actividad económica en toda la ciudad significa desalentarla. No obstante, ese tipo de desarrollo puede ser incluyente, ya que aún las personas que están alejadas de los lugares donde se desarrolla la actividad económica o de formación pueden beneficiarse de la concentración creciente de generación de riqueza en un reducido número de lugares. El camino para conseguir los beneficios del crecimiento desigual y obtener el desarrollo incluyente es emplear una combinación bien calibrada de instituciones, infraestructura e intervenciones que permitan la movilidad y el aprovechamiento de las ventajas que dan las ciudades.
De hecho, el mismo estudio encontró que las dimensiones más importantes para que se produzca el desarrollo en las ciudades son, en su orden: la densidad, las distancias y las divisiones. La densidad (el número de habitantes por hectárea) en las ciudades debe ser relativamente alta. Esto implica que las distancias entre las zonas de “dormitorio” y aquellas de mayor actividad económica y de formación son bajas o es viable reducirlas con una mejor movilidad de los ciudadanos, la reducción de los costos de transporte y las inversiones en infraestructura. Por otro lado, las divisiones entre las zonas de “dormitorio” con mejores estándares de vida y más desarrollados y barrios subnormales o aquellos de bajo nivel de vida deberían minimizarse para permitir la movilidad y coordinación entre las políticas del orden local.
Pero miremos los datos de la Comuna 22. Según Planeación Municipal (Cali en cifras) en el 2008 esta comuna tenía un cubrimiento de aseo de tan solo el 24.84%, y de energía del 91.9%. Tambien es bien sabido, que en alcantarilladlo y acueducto buena parte de las soluciones son privadas e implican costos de operación altos. Las vías de comunicación no parecen adecuadas para el flujo de estudiantes tanto de colegios como de universidad que van a la comuna. Los andenes parecen no existir por gran parte de la comuna y buena proporción de las vías internas están en muy mal estado. Por otro lado, los 9.053 habitantes de esta comuna son los que viven la densidad más baja: 8.55 habitantes por hectárea. Mientras que la densidad de comunas como la 2 (el oeste de Cali) y la 12 son de 93.59 y 337.87 habitantes por hectárea, respectivamente.
Los predios de esta comuna representaban en 2008 el 5.9% del valor total de los predios urbanos de Cali. Es decir, el pago por predial y valorización de esta comuna deberá estar por ese porcentaje. La inversión pública en esta comuna en el 2008 fue de 953 millones (el 2.7% del total de la inversión de Cali). Si vemos otras comunas como la 19, esta representan el 14.6% del valor total de los predios (y por tanto algo parecido en el pago de predial) y recibió tan solo el 3.17% de la inversión de la ciudad. La comuna 2, representa el 17.2% del valor total de los predios (y por tanto algo parecido en el pago de predial) y recibió el 3.84% de la inversión pública de la ciudad. Es más en términos per cápita, la comuna 22 recibió una inversión de 106 mil pesos por habitante, mientras que la comuna más cercana en inversión por habitante fue la 21 con casi 45 pesos por habitante (el promedio para todo Cali fue de 17 pesos por habitante). Así comparativamente, para el 2008 no parecen ser pocos los recursos que se han invertido en la comuna.
Hay que reconocer que los recursos de inversión de la ciudad son pocos, y ese es el problema: son pocos para todas las comunas. No parece existir muchos argumentos para pensar en dividir la ciudad , cuando lo que debemos pensar es como la integramos más, como generamos la infraestructura que permita la movilidad de sus pobladores a los centros de producción y formación que una manera rápida y a bajo costo.
El informe sobre el desarrollo mundial del Banco Mundial de 2009, tiene unas conclusiones interesantes para la ciudad de Cali. El crecimiento económico será desequilibrado. De hecho, tratar de dispersar la actividad económica en toda la ciudad significa desalentarla. No obstante, ese tipo de desarrollo puede ser incluyente, ya que aún las personas que están alejadas de los lugares donde se desarrolla la actividad económica o de formación pueden beneficiarse de la concentración creciente de generación de riqueza en un reducido número de lugares. El camino para conseguir los beneficios del crecimiento desigual y obtener el desarrollo incluyente es emplear una combinación bien calibrada de instituciones, infraestructura e intervenciones que permitan la movilidad y el aprovechamiento de las ventajas que dan las ciudades.
De hecho, el mismo estudio encontró que las dimensiones más importantes para que se produzca el desarrollo en las ciudades son, en su orden: la densidad, las distancias y las divisiones. La densidad (el número de habitantes por hectárea) en las ciudades debe ser relativamente alta. Esto implica que las distancias entre las zonas de “dormitorio” y aquellas de mayor actividad económica y de formación son bajas o es viable reducirlas con una mejor movilidad de los ciudadanos, la reducción de los costos de transporte y las inversiones en infraestructura. Por otro lado, las divisiones entre las zonas de “dormitorio” con mejores estándares de vida y más desarrollados y barrios subnormales o aquellos de bajo nivel de vida deberían minimizarse para permitir la movilidad y coordinación entre las políticas del orden local.
Pero miremos los datos de la Comuna 22. Según Planeación Municipal (Cali en cifras) en el 2008 esta comuna tenía un cubrimiento de aseo de tan solo el 24.84%, y de energía del 91.9%. Tambien es bien sabido, que en alcantarilladlo y acueducto buena parte de las soluciones son privadas e implican costos de operación altos. Las vías de comunicación no parecen adecuadas para el flujo de estudiantes tanto de colegios como de universidad que van a la comuna. Los andenes parecen no existir por gran parte de la comuna y buena proporción de las vías internas están en muy mal estado. Por otro lado, los 9.053 habitantes de esta comuna son los que viven la densidad más baja: 8.55 habitantes por hectárea. Mientras que la densidad de comunas como la 2 (el oeste de Cali) y la 12 son de 93.59 y 337.87 habitantes por hectárea, respectivamente.
Los predios de esta comuna representaban en 2008 el 5.9% del valor total de los predios urbanos de Cali. Es decir, el pago por predial y valorización de esta comuna deberá estar por ese porcentaje. La inversión pública en esta comuna en el 2008 fue de 953 millones (el 2.7% del total de la inversión de Cali). Si vemos otras comunas como la 19, esta representan el 14.6% del valor total de los predios (y por tanto algo parecido en el pago de predial) y recibió tan solo el 3.17% de la inversión de la ciudad. La comuna 2, representa el 17.2% del valor total de los predios (y por tanto algo parecido en el pago de predial) y recibió el 3.84% de la inversión pública de la ciudad. Es más en términos per cápita, la comuna 22 recibió una inversión de 106 mil pesos por habitante, mientras que la comuna más cercana en inversión por habitante fue la 21 con casi 45 pesos por habitante (el promedio para todo Cali fue de 17 pesos por habitante). Así comparativamente, para el 2008 no parecen ser pocos los recursos que se han invertido en la comuna.
Hay que reconocer que los recursos de inversión de la ciudad son pocos, y ese es el problema: son pocos para todas las comunas. No parece existir muchos argumentos para pensar en dividir la ciudad , cuando lo que debemos pensar es como la integramos más, como generamos la infraestructura que permita la movilidad de sus pobladores a los centros de producción y formación que una manera rápida y a bajo costo.
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¿Dividir la comuna 22 de la ciudad? (Versión Corta)
En los últimos días ha tomado fuerza la idea de algunos líderes de la comuna 22 de crear un municipio aparte. Este artículo es mi opinión breve al respectos.
Según Planeación Municipal (Cali en cifras) en el 2008, los 9.053 habitantes de esta comuna tenían un cubrimiento de aseo del 24,8%, y de energía del 91,9%. Por otro lado, el alcantarilladlo y acueducto en buena parte corresponde a soluciones privadas e implican costos de operación altos. Las vías de comunicación no parecen adecuadas para el flujo de estudiantes tanto de colegios como de universidad que van a la comuna. Los andenes parecen no existir por gran parte de la comuna y buena proporción de las vías internas están en muy mal estado.
En 2008, El valor de los predios de esta comuna representaba el 5,9% del valor total de los predios urbanos de Cali; es decir, el pago por predial y valorización de esta comuna debe estar por esa proporción. En 2008, la inversión pública en ella fue el 2,7% del total de la inversión de Cali. Si vemos otras comunas como la 19 y la 2, esto es bueno. La 19 representa el 14,6% del valor de los predios y recibió sólo el 3,17% de la inversión de la ciudad. La 2 representa el 17,2% del valor de los predios y recibió el 3,8% de la inversión pública. Es más, la comuna 22 recibió una inversión de $106 mil por habitante, mientras que la comuna más cercana fue la 21 con casi $45 por habitante (para todo Cali fue de $17 por habitante). Comparativamente, no parecen ser pocos los recursos que se invirtieron en la comuna 22. Lastimosamente, aún no se encuentran disponibles los datos del 2009.
Hay que reconocer que los recursos de inversión de la ciudad son pocos y por eso los problemas de infraestructura están en toda la ciudad. Además de las implicaciones morales y la necesidad de redistribuir los ingresos obtenidos de las zonas más pudientes a las menos, no parece existir muchos argumentos para pensar en dividir esta comuna de la ciudad. Ahora debemos pensar en cómo integramos más a la ciudad, como generamos la infraestructura que permita la movilidad de sus pobladores a los centros de producción y formación de una manera rápida y a bajo costo.
(Publicado en el diario el País de Cali el domingo 10 de enero de 2010)
Según Planeación Municipal (Cali en cifras) en el 2008, los 9.053 habitantes de esta comuna tenían un cubrimiento de aseo del 24,8%, y de energía del 91,9%. Por otro lado, el alcantarilladlo y acueducto en buena parte corresponde a soluciones privadas e implican costos de operación altos. Las vías de comunicación no parecen adecuadas para el flujo de estudiantes tanto de colegios como de universidad que van a la comuna. Los andenes parecen no existir por gran parte de la comuna y buena proporción de las vías internas están en muy mal estado.
En 2008, El valor de los predios de esta comuna representaba el 5,9% del valor total de los predios urbanos de Cali; es decir, el pago por predial y valorización de esta comuna debe estar por esa proporción. En 2008, la inversión pública en ella fue el 2,7% del total de la inversión de Cali. Si vemos otras comunas como la 19 y la 2, esto es bueno. La 19 representa el 14,6% del valor de los predios y recibió sólo el 3,17% de la inversión de la ciudad. La 2 representa el 17,2% del valor de los predios y recibió el 3,8% de la inversión pública. Es más, la comuna 22 recibió una inversión de $106 mil por habitante, mientras que la comuna más cercana fue la 21 con casi $45 por habitante (para todo Cali fue de $17 por habitante). Comparativamente, no parecen ser pocos los recursos que se invirtieron en la comuna 22. Lastimosamente, aún no se encuentran disponibles los datos del 2009.
Hay que reconocer que los recursos de inversión de la ciudad son pocos y por eso los problemas de infraestructura están en toda la ciudad. Además de las implicaciones morales y la necesidad de redistribuir los ingresos obtenidos de las zonas más pudientes a las menos, no parece existir muchos argumentos para pensar en dividir esta comuna de la ciudad. Ahora debemos pensar en cómo integramos más a la ciudad, como generamos la infraestructura que permita la movilidad de sus pobladores a los centros de producción y formación de una manera rápida y a bajo costo.
(Publicado en el diario el País de Cali el domingo 10 de enero de 2010)
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miércoles, 6 de enero de 2010
Inflación del 2009: una buena noticia para empezar el año.
La inflación del 2009 es la más baja de este siglo y sólo parecida a la observada en1955, año en que la inflación fue del 2.03%. Esta inflación baja se le puede abonar a diversa causas, como por ejemplo la baja tasa de cambio, la caída del precio del petróleo, la desaceleración de la economía y la política monetaria del Banco de la República; es decir se “alinearon los astros”. Por ahora destaquemos la política monetaria del Banco de la República, que en parte ha logrado estabilizar los precios y tras dos años en que se sobrepasaron las metas por fin genera buenas noticias en este frente.
Es importante recordar que en noviembre de 2008 el Emisor fijó la meta para el 2009 entre 4,5% y 5,5%. Esta meta fue fijada tras reconocer que en el 2008 no se cumpliría la meta. De hecho en 2008 la inflación estuvo 2.17 puntos porcentuales por encima del rango meta que era entre 5% y 4,5; esto prendió varias alarmas y en especial apareció tímidamente de nuevo el fantasma de la inflación de dos dígitos. En 2007 la inflación fue 1,2 puntos porcentuales por encima del rango de inflación. Es decir, en 2008 se cumplieron dos años seguidos en los que la inflación se volaba la meta; y la inflación parecía seguir para arriba. Lo ocurrido con la inflación y la meta en 2007 y 2008 contrastaba con lo ocurrido en 2006, 2005 y 2004, años para los cuales la inflación observada se encontró en el rango fijado como meta de inflación por el Banco.
Esto hacía que la credibilidad del cumplimiento de las metas de inflación fijadas por el Emisor estuviera en duda. Afortunadamente para el país, este año si bien la inflación no se encuentra en el rango propuesto (entre 4,5% y 5,5%), los precios crecieron mucho menos. Y en el caso de la inflación menos es siempre una buena noticia.
Este resultado, hace que la credibilidad de las metas fijadas por el Banco retorne. Ese es un activo invaluable para el país. Cuando la meta de inflación es creíble, ésta sirve como guía para la formación de expectativas de los ciudadanos colombianos; pero si ésta no es creíble la meta no se tomará en cuenta por parte de los empresarios al momento de fijar precios, ni por los asalariados al momento de renegociar sus contratos.
Es importante tener en cuenta, que la meta de inflación es un ejercicio de pronosticar el comportamiento futuro de los precios, los cuales dependen de innumerables factores. La inflación no se puede determinar por decreto. Si las proyecciones no se cumplen (o se alejan mucho de la realidad), la siguiente proyección pierde credibilidad y el público en general no emplea esa información para tomar decisiones. Por otro lado, si las proyecciones se acercan a la realidad de manera sistemática, éstas terminan siendo creíbles y por tanto una fuente de información importante para la toma de decisiones.
No obstante el dato de inflación es una buena noticia, la mejor noticia para el país es la recuperación de la credibilidad del emisor. Esta credibilidad es tal vez de los activos más importantes del país y de las mejores cartas de presentación en el exterior frente a inversionistas. Lograr la inflación más baja en la historia del país, al mismo tiempo que el PIB no cayó tanto como esperaban los analistas, es una muestra más de la gran estabilidad de la economía colombiana. Sin duda esa es la noticia más importante con miras a enfrentar un 2010 con un panorama político bastante nublado y uno económico no tan claro.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 6 de enero de 2010)
Es importante recordar que en noviembre de 2008 el Emisor fijó la meta para el 2009 entre 4,5% y 5,5%. Esta meta fue fijada tras reconocer que en el 2008 no se cumpliría la meta. De hecho en 2008 la inflación estuvo 2.17 puntos porcentuales por encima del rango meta que era entre 5% y 4,5; esto prendió varias alarmas y en especial apareció tímidamente de nuevo el fantasma de la inflación de dos dígitos. En 2007 la inflación fue 1,2 puntos porcentuales por encima del rango de inflación. Es decir, en 2008 se cumplieron dos años seguidos en los que la inflación se volaba la meta; y la inflación parecía seguir para arriba. Lo ocurrido con la inflación y la meta en 2007 y 2008 contrastaba con lo ocurrido en 2006, 2005 y 2004, años para los cuales la inflación observada se encontró en el rango fijado como meta de inflación por el Banco.
Esto hacía que la credibilidad del cumplimiento de las metas de inflación fijadas por el Emisor estuviera en duda. Afortunadamente para el país, este año si bien la inflación no se encuentra en el rango propuesto (entre 4,5% y 5,5%), los precios crecieron mucho menos. Y en el caso de la inflación menos es siempre una buena noticia.
Este resultado, hace que la credibilidad de las metas fijadas por el Banco retorne. Ese es un activo invaluable para el país. Cuando la meta de inflación es creíble, ésta sirve como guía para la formación de expectativas de los ciudadanos colombianos; pero si ésta no es creíble la meta no se tomará en cuenta por parte de los empresarios al momento de fijar precios, ni por los asalariados al momento de renegociar sus contratos.
Es importante tener en cuenta, que la meta de inflación es un ejercicio de pronosticar el comportamiento futuro de los precios, los cuales dependen de innumerables factores. La inflación no se puede determinar por decreto. Si las proyecciones no se cumplen (o se alejan mucho de la realidad), la siguiente proyección pierde credibilidad y el público en general no emplea esa información para tomar decisiones. Por otro lado, si las proyecciones se acercan a la realidad de manera sistemática, éstas terminan siendo creíbles y por tanto una fuente de información importante para la toma de decisiones.
No obstante el dato de inflación es una buena noticia, la mejor noticia para el país es la recuperación de la credibilidad del emisor. Esta credibilidad es tal vez de los activos más importantes del país y de las mejores cartas de presentación en el exterior frente a inversionistas. Lograr la inflación más baja en la historia del país, al mismo tiempo que el PIB no cayó tanto como esperaban los analistas, es una muestra más de la gran estabilidad de la economía colombiana. Sin duda esa es la noticia más importante con miras a enfrentar un 2010 con un panorama político bastante nublado y uno económico no tan claro.
(Este artículo de opinión fue publicado en el diario el País de Cali el 6 de enero de 2010)
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